Montevideo — La intendenta de Montevideo y una de las líderes de la oposición uruguaya, Carolina Cosse, dijo en una entrevista con Bloomberg Línea que “el costo de vida es una barrera” en el objetivo de facilitar la llegada a Uruguay de más extranjeros que potencien el mercado laboral de diferentes áreas, entre ellas el sector tecnológico.
Además, en una línea similar, se refirió a la pérdida de poder adquisitivo para los asalariados y señaló como problemática la cantidad de personas que se alimentan en ollas populares. “Nos tiene que dar vergüenza que haya 300 ollas populares”, dijo Cosse, que se posiciona en la interna del Frente Amplio como una eventual candidata a la presidencia en 2024.
La intendenta de Montevideo afirmó que el gobierno debería aplicar “políticas activas de distribución”, dijo que “esperando que se derrame solo el mercado, no derrama”, y cuestionó la conducción económica porque, según su criterio, “toma la decisión política de incluso extralimitarse en mantener un déficit fiscal”.
En la entrevista realizada la semana pasada, Cosse también habló sobre el estado de las calles, las veredas y la limpieza de Montevideo. El gobierno departamental anunció este lunes que reasumirá la gestión del levantamiento de basura en el Centro de Montevideo, ante el vencimiento del contrato vigente por un servicio hasta ahora tercerizado.
Sobre el posicionamiento de Uruguay como hub tecnológico, la frenteamplista señaló la necesidad de “escalar” un plan de formación en “pensamiento computacional” que permita capacitar al menos 5.000 personas. La intendenta también se refirió a la búsqueda de desarrollar dos zonas de Montevideo, una como distrito para las empresas tecnológicas y otra para la industria audiovisual.
La siguiente entrevista fue editada por motivos de extensión y claridad.
Hoy en día empresas como MercadoLibre, Globant o algunas locales como dLocal están en Montevideo. ¿Cómo podría la ciudad ganar espacio como una referencia para grandes tecnológicas?
En la Intendencia de Montevideo tenemos el plan de trabajar orientados a distritos, y nos gustaría por ejemplo orientar la calle Colón y su entorno a ser un distrito de desarrollo de Tecnologías de la Información y Comunicación. Esa era una zona muy potente comercialmente que ahora tiene muchos locales cerrados, entonces nos parece interesante que pueda darse allí el nuevo comercio del siglo actual, y fomentar la instalación con exenciones tributarias por parte de la Intendencia. El otro tema es que tenemos un área muy importante de la ciudad que quedó libre, que es el Mercado Modelo. Es un área de 15 hectáreas con la nave central incluida. De esas 15 hectáreas, 10 son del Estado, y tenemos ya un plan territorial aprobado para toda esa zona. Nos parece que sería un muy buen lugar para la industria audiovisual, porque tiene una gran área al lado de la nave central que daría para hacer la caja tipo estudio que Uruguay estaría necesitando en este momento. El crecimiento de la industria audiovisual en Uruguay ha sido exponencial. En Montevideo es exponencial. Tenemos todas las semanas del año locaciones comprometidas para la industria, con jugadores internacionales, y tenemos muy buenos protagonistas locales. Ahí tenemos una oportunidad también, donde ya hay un plan de ordenamiento territorial aprobado por lo que no hay que hacer ninguna vuelta nueva. Tenemos esa área y estamos tratando de promoverla en el exterior.
La falta de talento es un tema crítico en la industria tecnológica. ¿Hay un plan en Uruguay para atraer emprendedores?
En los gobiernos anteriores nosotros no llegamos a hacerlo y todavía sigue sin hacerse. Lo que necesitamos es un plan para escalar en la formación masiva en pensamiento computacional; que no es programación. Me parece que hay que escalar y tener algunas soluciones medio rápidas porque le damos trabajo a la gente y también la incorporamos a un circuito de estudio y de trabajo. Hay un frente de onda que tenemos que hacer que se expanda en Uruguay y rápidamente formar 5.000 personas. La industria los va a absorber rápidamente. Y después no olvidarnos de eso. Hay que tener un seguimiento para que eso se transforme en trayectorias de vida.
¿Qué opina sobre la llegada de millonarios argentinos a Uruguay como Marcos Galperin o Martín Migoya? ¿Cree que puede dar impulso al sector tecnológico?
Ojalá que si. A mí me parece que en Uruguay tenemos que tener un profundo pragmatismo y ser un país de puertas abiertas, para los millonarios y para los humildes. Porque me parece que no hay una migración clase A o una migración clase B. Todos son extranjeros que acuden por un motivo o por otro a Uruguay, y a todos le tenemos que abrir los brazos. Tenemos que tener una política para integrar a los más humildes de manera que se multipliquen los trabajos. La integración multiplica, no divide. La reacción a veces más fácil en el ser humano es la xenofobia. Hay que luchar contra eso, sea uno multimillonario o sea una persona muy humilde.
¿Tiene que haber algún cambio de política para fomentar la llegada de personas no millonarias?
Sí. De lo que sea. Creo que Uruguay, con la estructura de telecomunicaciones que tiene, con la Universidad que tiene, es un lugar para por ejemplo atraer científicos o profesionales. Uruguay es ideal para gente que está haciendo teletrabajo y a nosotros nos vendría bárbaro. Sin duda hay que fomentar la migración calificada.
¿El costo de vida es una barrera alta en ese sentido?
Es una barrera alta. Pero si los sueldos son de otro lugar capaz que no. Pero el costo de vida hoy es una barrera acá en Uruguay.
¿Cómo es su vínculo con el presidente Luis Lacalle Pou?
Es serio.
¿Tienen trato fluido?
Hablamos cuando tenemos que hablar. La política para mi no tiene que reducirse a una cuestión de amistad. Por supuesto tiene que haber un buen trato, pero no es una cuestión de club de amigos. Y si es de club de amigos le hace mal a la política.
Usted dijo que “está habiendo carros porque hay más pobres” y habló de “crisis económica”. ¿Se puede hablar de una crisis económica cuando se espera un crecimiento cercano al 5% del PIB este año?
Lo que pasa que la realidad de la economía no se explica por una sola gráfica. Andá a explicarle lo de la gráfica a las miles de personas que comen en las 300 ollas populares de Montevideo. Hay 275.000 porciones por semana. Se duplicó la gente en situación de calle. Tenemos alrededor de 4.000 personas en situación de calle. Hay que crecer pero hay que distribuir. No alcanza con crecer.
La pobreza creció en el orden de 2% desde que asumió Lacalle Pou hasta el último dato. Si la economía sigue creciendo a este ritmo uno creería que a la larga bajaría la pobreza.
No, uno no creería eso porque la historia ha demostrado que esperando que se derrame solo el mercado, no derrama. Tiene que haber políticas activas de distribución.
¿A su criterio qué políticas de distribución están faltando?
Falta una política contracíclica en términos de puestos de trabajo. La Cámara de la Construcción está reclamando un plan, porque en ese sector se genera trabajo rápidamente y con relativa baja preparación. Siempre la construcción ha sido el motor de la ocupación. Eso es lo que está faltando.
¿Qué opina de la estrategia del gobierno con la seguridad pública teniendo en cuenta que fue uno de los puntos que más se le criticaron al Frente Amplio?
Estar discutiendo si tenemos un homicidio por día, o un homicidio y un cuarto por día, es penoso. Eso es lo que se está discutiendo ahora. Creo que la seguridad está mal, está complicada.
¿Entiende que hace falta algún cambio de orientación?
Obviamente no está funcionando.
A la gestión del Frente Amplio de las empresas públicas se le cuestiona por ejemplo el Antel Arena o no haber bajado los combustibles con el precio internacional en caída ¿A la distancia tiene alguna autocrítica sobre estos puntos? ¿Y cómo lo ve en comparación con la actual gestión de los entes?
Hoy están en piloto automático. Antel está contra la pared, sin proyecto, con los niveles de inversión más bajos en décadas. ¿Cómo una empresa de telecomunicaciones va a estar con esos niveles de inversión y sin un proyecto? ¿Cuál es el proyecto? No hay proyecto. Y además tratándose de una empresa de tecnologías de la información hay determinados procesos y prácticas que tienen que ser constantes. Hay que revisar la calidad de la cobertura. Ahora hay sensación de inconformidad. En el tema de los combustibles, pensar que una refinería puede seguir los rumbos del precio del combustible a nivel internacional es desconocer totalmente el negocio. Las propias autoridades de ANCAP ahora están explicando la composición del precio del litro y la mayor parte son impuestos.
¿Eso debería cambiar?
Tiene que haber un diálogo profundo y transparentar las cosas.
Con miras a 2024 usted se posiciona como una eventual candidata por el Frente Amplio. ¿Ya tiene prevista una fecha para resolver esa situación?
De verdad a mí me parece que con 300 ollas populares en Montevideo, 4.000 personas en situación de calle, las empresas públicas contra la pared, el costo de vida, la gente que no llega a fin de mes… No está el asunto para hablar de candidaturas. Y el Frente Amplio me parece que está haciendo lo que tiene que hacer con el FA te escucha. Después, con eso, generar propuestas. El Frente tiene que ocuparse del 2022 y prepararse sí para 2024, pero sobre todo prepararse para entender la realidad.
Igual de todos modos el calendario marca que el año que viene sobre octubre debería haber un congreso donde se resuelven las candidaturas, por lo que eso es un plazo real sobre la mesa. ¿Cómo lo vive?
Preguntále al Frente.
¿Cómo se puede trabajar desde el gobierno para que baje el costo de vida para los uruguayos?
Con la política económica. Para empezar tienen que haber una política dirigida a la generación de trabajo. El trabajo es el eje central para desarrollar esa política.
Porque el costo de vida no es un problema de este gobierno. Hace rato que Uruguay es caro.
Sí, más o menos. Porque los niveles de vida durante los gobiernos del Frente Amplio iban en aumento. La generación de trabajo tiene que ser acompañada de por lo menos mantener el salario real. Hay que mantener el salario real, por lo menos, hay que generar fuentes de trabajo, y eso genera dinamismo en el mercado interno, que es muy pequeño. Eso debe ser acompañado con estrategias de calificación y con promoción de inversiones de calidad como tecnologías de información, audiovisual, infraestructura pública. Hay que hacer muchas cosas al mismo tiempo.
Si hay un país que ha tenido dificultades para el acceso al financiamiento externo es Argentina. ¿Cómo puede ser en ese caso que la Ciudad de Buenos Aires en términos de vía pública esté en un nivel superior que Montevideo en las calles o las veredas?
No conozco el derrotero administrativo de la ciudad de Buenos Aires ni cuales son las reglas contables o de relacionamiento de cuánto depende del gobierno central. No estoy en condiciones de contestar eso.
¿Y en Montevideo por qué se ve un estado bastante pobre de la vía pública?
Acá hay un marco normativo en el que la vereda es responsabilidad del dueño de la casa. Lo que hemos hecho en este periodo es generar un plan para que la Intendencia haga las veredas y se la cobremos a través de la contribución a los vecinos hasta en 48 cuotas. Con eso le estaríamos sacando el peso al vecino de gestionar una obra y facilitando el pago, pero eso no ha podido escalar y yo creo que es porque la gente tiene otras preocupaciones. Pero vamos a seguir insistiendo. Después, lo que sucede es que nosotros tenemos capacidad de endeudamiento, buena historia crediticia, pero para poder endeudarnos con los multilaterales necesitamos aprobación del Poder Ejecutivo. Por ejemplo, un primer proyecto que presentamos este período era por US$120 millones, y el gobierno nacional nos autorizó solo US$70 millones. A esas reglas me refería con respecto a la Ciudad de Buenos Aires, que yo no conozco. A días de haber asumido me reuní con el presidente de la República y le presenté 10 puntos de cosas para hacer en conjunto. Una era un proyecto de entre US$300 millones y US$500 millones que tiene que ver con movilidad eléctrica metropolitana. Y eso sí que genera trabajo, genera impacto en el medio ambiente. Planteamos varios proyectos de este tipo que requieren habilitación para endeudarnos con multilaterales. ¿Ahora qué pasa? Cuando te endeudas con multilaterales eso impacta en el déficit fiscal nacional. Ahí hay que tomar una definición política: si voy a ir dogmáticamente a atenerme a un déficit fiscal o si voy a explicar el déficit fiscal por la construcción de infraestructura. Son decisiones políticas que hay que tomar y el gobierno nacional toma la decisión política de incluso extralimitarse en mantener un déficit fiscal. Eso tiene costo, que es que no podes generar trabajo, y por eso la infraestructura pública es importante.
¿Cree que el gobierno debería tomar más déficit?
Sí. Como ha hecho todo el mundo en la pandemia. ¿Con qué se sale de la crisis económica y social que genera la pandemia? Se sale con inversión y con infraestructura pública. Con un Estado metiéndose en la generación de trabajo. Somos el peor de la clase en eso.
¿Por toda esta dinámica usted cree que para el final de su mandato como intendenta no habrá una mejora sustancial en el estado de las calles y las veredas?
Yo no trabajo así porque soy ingeniera y me gusta trabajar con la realidad. Nosotros estamos planteando un plan ambicioso que se llama Montevideo más verde, que genera un impacto ambiental. Y Montevideo está más limpia y va a ponerse más limpia todavía. Porque a lo que sí accedimos fue a créditos a corto plazo, que dependen solo de nosotros mismos, pero que por ser a corto plazo están mucho más acotados. Esos créditos a corto plazo incluyen obras en la avenida Luis Batlle Berres, una obra que estaba en un Fondo de Infraestructura con el gobierno nacional, que ya tenía financiamiento de CAF, y este gobierno lo anuló. Entonces tenemos que ir a créditos a corto plazo para poder hacerlo. Yo no me pongo a pronosticar. Tengo que estar ocupada en la realidad de la gente. Nos tiene que dar vergüenza que haya 300 ollas populares en Montevideo. Nos tiene que dar vergüenza a todos que esa sea la política pública para asegurar la alimentación.
¿Cómo ve a la izquierda a nivel regional saliendo de la pandemia y con lo que parece ser una probable victoria de Lula en Brasil, con el plebiscito que fracasó en Chile, la victoria de Petro y las elecciones complejas para el gobierno en Argentina?
Cada pueblo tiene que construir su destino. Eso es muy importante. Y aprender de todos los pueblos. Nosotros tenemos que mirar y reflexionar sobre todas las experiencias y aportar a los demás en la medida que pueda servir para algo.
¿Y qué tiene para enseñar la izquierda uruguaya a la región?
Para empezar la unidad. Nosotros llevamos 50 años de unidad, sin tenerle miedo a la diversidad y la pluralidad. En el Frente Amplio hay diversas opiniones sobre diversos temas y no le tememos a eso. Eso es fuente de conocimiento. Primero la unidad. También la humildad, el decir me equivoqué, vamos de vuelta. Esto de el Frente te escucha. Pero no para enseñarle a los demás, sino para compartir lo que estamos haciendo. Nosotros no podemos dar cátedra de izquierda, nadie puede hacerlo. Es compleja la vida.