Caracas — Como ha ocurrido en años anteriores, la administración de Nicolás Maduro está dispuesta al adelanto de las festividades navideñas este 2022, tanto simbólica como económicamente, con la materialización del primer pago correspondiente a los aguinaldos, el que se efectuaría en octubre.
Los primeros días del próximo mes se tiene previsto que los trabajadores de la administración pública reciban 30 días de salario, por concepto de utilidades de navidad, situado el mínimo en 130 bolívares (16,18 dólares de acuerdo al tipo de cambio promediado por el Banco Central de Venezuela), de acuerdo a información consultada con fuentes oficiales.
El pago de aguinaldos sería dividida en tres cuotas, con la primera pagada en octubre, la segunda en noviembre y la tercera de ellas, correspondiente a 60 días, a principios de diciembre, para la cobertura de cuatro meses, como se tiene establecido en la mayoría de las contrataciones colectivas.
El esquema de pagos estaría contemplado así para trabajadores gubernamentales activos, así como personal jubilado, que representan en la actualidad más de 6 millones de venezolanos, mientras que el grupo de pensionados por el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales, poco más de 5 millones de venezolanos, recibiría su bonificación navideña entre finales de octubre y noviembre, correspondiente a 90 días.
La consultora Síntesis Financiera, una firma dedicada a servicios financieros en el país, había adelantado en un informe publicado a mediados de julio que el chavismo podría asumir este pago adelantado como una estrategia para mitigar las presiones sobre el tipo de cambio y la inflación.
Luego de una política de intervención cambiaria impulsada por el BCV, con asignación de divisas calculada en 100 millones de dólares semanales para la banca, el tipo de cambio en Venezuela había registrado una tendencia hacia la estabilización, que se vio trastocada a finales de agosto, con un retroceso en el monto entregado.
La tasa oficial alcanzó un máximo de 8,03 bolívares por dólar, mientras que en el mercado paralelo, el precio se ubicó en 9,33 bolívares por dólar, para luego descender y situarse en 8,20 bolívares por dólar esta última semana.
El aumento fue calculado en más de 40% en solo dos semanas, mientras que los precios registraron una variación de 17,3% en agosto, la más alta en todo el año, según el Observatorio Venezolano de Finanzas.
Para expertos, la devaluación del bolívar continuará siendo inevitable, pese a la sobrevaluación a la que ha estado expuesta con la estrategia asumida por la máxima entidad financiera, que ha sido calificada de superficial e insuficiente.
La administración de Maduro ha enfrentado fuertes protestas de calle en los últimos meses, encabezadas por asociaciones de trabajadores públicos y privados, así como pensionados, por falta de pagos contemplados en sus contractos colectivos y bonificaciones que se han quedado sin efecto, como parte de un retroceso emprendido por la Oficina Nacional de Presupuesto en el instructivo, no cumpliendo con la progresidad.
En marzo, Venezuela experimentó el último aumento salarial autorizado por Nicolás Maduro, que se situaba en medio petro, o 29 dólares, según el tipo de cambio en ese entonces, calculado en 4,40 bolívares por dólar.