Las cadenas de suministro no están rotas, al menos no en Asia

Por

Bloomberg Opinión — Estados Unidos busca atraer la actividad manufacturera de vuelta a casa, o al menos más cerca, mientras la desaparición de las cadenas de suministro globales y la amenaza de la desglobalización preocupan al mundo.

Sin embargo, las cadenas de suministro han evolucionado para bien en algunos lugares -sobre todo en Asia-, a pesar de todos los retos que se han planteado desde 2020, cuando el Covid-19 alteró el comercio mundial.

No se trata de que las operaciones de las grandes empresas industriales, globalizadas desde hace tiempo, se hayan desmoronado, ni de que se esté produciendo una desvinculación de los socios comerciales, ni de que China sólo mire a sí misma. La cuestión es que las empresas de Asia han sabido capear mejor los cambios geopolíticos, concentrándose en la creación de inventarios y en la diversificación de sus productos, al tiempo que mantienen vínculos comerciales fluidos. El pésimo estado del sector manufacturero estadounidense, combinado con la resistencia de las cadenas de suministro asiáticas, ha puesto de manifiesto el papel crucial que desempeñan en el mundo los gigantes industriales como Corea del Sur, China y Japón.

El flujo de productos de alta tecnología, maquinaria industrial y bienes de capital entre Corea del Sur y China superó los US$300.000 millones en 2021, la mayor cantidad desde que ambos países forjaron una relación económica en 1992, según Bank of America Corp (BAC).

Para las empresas estadounidenses, la situación no ha sido tan sencilla. Desde finales de 2020, una serie de empresas del S&P 500 se han quejado constantemente de las presiones de la cadena de suministro en sus convocatorias e informes de resultados. Este mismo mes, los ejecutivos del conglomerado estadounidense Dover Corp. (DOV) dijeron que han preparado a sus clientes para retrasos “en muchas entregas en términos de cadena de suministro”.

Sus homólogos de Japón y Corea del Sur sacaron a relucir el tema muchas menos veces durante ese periodo. Hitachi Ltd. (6501N), una de las mayores empresas industriales de Japón con un gran negocio en China, señaló en su última convocatoria de resultados en julio que no hubo “ninguna interrupción en la cadena de suministro” en el primer trimestre. Otras grandes empresas han hablado de las medidas que han tomado para reformar o rediseñar los flujos comerciales.

A medida que ha aumentado la escala del comercio en Asia, también lo ha hecho la interdependencia. Las materias primas, los componentes y los bienes de consumo y procesados fluyen libremente y en grandes cantidades entre los países. Y a medida que crece la demanda china de productos de mayor valor, sus socios comerciales han cambiado lo que exportan. El índice Herfindahl-Hirschman, que mide la concentración del mercado, muestra que Corea del Sur ha enviado mayores volúmenes de productos especializados a su gigantesco vecino occidental. Los equipos industriales, la maquinaria de precisión y los semiconductores representaron casi el 40% de las exportaciones de Corea del Sur en los seis primeros meses de este año. Las exportaciones japonesas de maquinaria y equipos eléctricos a China también han aumentado.

La realidad es que las cadenas de suministro no van y vienen; se expanden y profundizan. Funcionan mejor cuando las economías de escala entran en acción a medida que los fabricantes producen más y mejores bienes, como ha ocurrido en China, Japón y Corea del Sur. Las empresas industriales especializan sus productos a lo largo del tiempo a medida que evolucionan las necesidades de sus socios comerciales, se incorporan más proveedores y países y se comercializan diferentes productos.

En última instancia, las empresas quieren hacer negocios, no geopolítica. El costo de oportunidad de actuar en función de una retórica política voluble cambiando las líneas de producción y trasladando las fábricas es demasiado alto. Esta es una de las razones por las que seguimos viendo que lo que debería haber sido una interrupción a corto plazo en la cadena de suministro se convierte en algo prolongado: las empresas no están haciendo grandes cambios a largo plazo basados en el último pronunciamiento político.

Pero las empresas, especialmente en Asia, están optando por adaptarse, añadiendo líneas de productos y recortando otras, entre otras medidas. Pocas son las que realmente se deslocalizan porque no “abordan la mayoría de los riesgos”, como señala el informe anual del Banco Asiático de Desarrollo sobre las cadenas de valor mundiales. La fuerza de las cadenas de suministro radica en su capacidad de ajustarse a los cambios macroeconómicos, como siempre lo han hecho.

Para EE.UU., esperar que un día surja la gran cadena de suministro estadounidense es un error. La Ley de Reducción de la Inflación y la Ley de Chips y Ciencia de la administración del presidente Joe Biden tienen como objetivo apoyar los esfuerzos para crear capacidades de fabricación en casa. Sin embargo, EE.UU. corre el riesgo de aislarse de grandes franjas de proveedores mundiales y de crear una mayor dependencia de sus socios comerciales norteamericanos y sudamericanos. También sería prudente cortejar a sus amigos asiáticos: sus cadenas de suministro pueden extenderse un poco más.

Esta nota no refleja necesariamente la opinión del consejo editorial o de Bloomberg LP y sus propietarios.