Bogotá — La inflación en Colombia terminó agostó en 10,84% y las expectativas de los analistas del mercado apuntan a que para final del 2022 estarán alrededor del 11,22%, sin embargo, hay temas en el tintero que pueden jugarle a favor y otros en contra al Índice de Precios al Consumidor (IPC).
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Desde hace más de 8 días el presidente de Colombia, Gustavo Petro, le anunció al país que para poder llenar el déficit del Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles era necesario comenzar a incrementar los precios de la gasolina en el país.
De inmediato comenzaron las críticas a la decisión, porque si bien se sabe que urge cerrar el déficit, también es claro que un incremento en los precios de la gasolina tendría repercusiones en los precios de otros productos y servicios. Sin embargo, hay que tener presente que el presidente Petro aseguró que las alzas en la gasolina no tocarán los precios del diésel.
Sergio Olarte, director de Investigaciones Económicas del Scotiabank Colpatria asegura que “son varias cosas. Es difícil ponerle números a lo que vaya a pasar con la gasolina porque los mensajes son encontrados. Por un lado, dice vamos de a $400 o de a $350 a ver cómo nos va este año, pero no le voy a subir al ACPM, luego que no, que a todo el mundo menos a los taxistas, transportadores, transportadores de personas etc. Entonces, entender cómo va a ser, y cómo va eso a ayudar a bajar el déficit del FPEC es difícil”.
Así mismo, Olarte asegura que “suponiendo que eso tuviera un efecto positivo en la inflación a partir de octubre. Lo que nos dicen de las tarifas de energía es que van a comenzar a bajar a partir de noviembre. Ahí no hay claridad, porque las tarifas de energía normalmente se pagan mes vencido, entonces, si bajan las tarifas de noviembre, pero se pagan en diciembre la inflación se va a ayudar en diciembre no en noviembre. Si las bajan a partir de octubre entonces la inflación se va a ayudar en noviembre”.
En ese sentido, Olarte concluye que “lo cierto es que de eso todavía no hay mucha claridad y no se sabe cuánto ni cómo los distribuidores y generadores de energía van a bajar de alguna manera las tarifas. Ya se sabe que EPM se la está metiendo con toda. Eso va a dar un balance neto la subida de combustibles con la bajada de tarifas de energía y eso será porque en los dos casos es alto el peso que tienen en el IPC y, adicionalmente, el efecto secundario de las tarifas de energía afecta las comidas fuera del hogar, los arriendos y muchas más, pero aún no es claro, pero sí debería ser neto el balance. Dependerá de cuánto bajen las tarifas de energía y de cuánto suban los precios de los combustibles. Eso va a ser muy útil de cara a la negociación del salario mínimo”.
Munir Jalil, director de Investigaciones Económicas de BTG Pactual, asegura que el impacto en la inflación del anuncio para que bajen los precios de la energía “depende, inicialmente, si hablamos de quitar la indexación al IPP, pues la luz hace parte del grupo de alojamiento y ese es el que más pesa en el IPC, así que una medida de caída en las tarifas se podría sentir fuerte, pero eso es si vamos a ver variaciones negativas en los precios, si va a pasar a ser de 0, también ayuda, pero ya no tanto. Sin duda es un cambio que ayudaría mucho en el IPC, al menos durante noviembre y diciembre”.
Sobre si la reducción de las tarifas de energía sea suficiente para contrarrestar el efecto al alza de la gasolina, asegura que “depende también. Lo único que sabemos de la gasolina es un comentario de Ocampo sobre que iniciará a subir en octubre y que será en menos de $400. No sabemos nada más. Si hacemos el cálculo con esos $400, durante 3 meses, esos $1.200 tendrían un impacto inflacionario de 1% en lo que queda del año. Pero depende de cuánto suba, él dijo que sería menos $400. Para saber cómo quedan las cargas toca tener más información”, concluye Jalil.