Bloomberg — Meses después de que se anunciara que China construirá y financiará gran parte de una central nuclear de US$8.000 millones en las afueras de la Ciudad de Buenos Aires, el acuerdo se ha visto obstaculizado por un pedido del gobierno argentino para que se permita que el combustible para el reactor se elabore en el país.
Convertirse en la primera nación con licencia para fabricar combustible para el reactor chino de Hualong representaría un gran avance para el programa atómico de Argentina. También indicaría que China está dispuesta a conceder licencias de tecnología a sus socios comerciales, siguiendo el camino comercial abierto por los fabricantes nucleares estadounidenses.
“Estamos tratando de establecer las mejores condiciones para transferir los conocimientos para fabricar el combustible”, dijo en entrevista Adriana Serquis, física y presidenta de la Comisión Nacional de Energía Atómica de Argentina. “El equilibrio comercial para nosotros es muy importante. También esperamos que los chinos entiendan que un acuerdo con nosotros es también una ganancia para ellos porque eso abre más posibilidades”.
La licencia de la tecnología del combustible podría ayudar a China a vender más reactores en el extranjero al crear más opciones de adquisición, dijo, y añadió: “Hemos estado prestando atención a lo que está sucediendo en Europa”.
Combustible nuclear
La diversificación de la fabricación de combustible nuclear se ha convertido en una gran preocupación tras la guerra de Rusia en Ucrania. Más de 100 millones de europeos del Este dependen de la energía nuclear generada por los viejos reactores soviéticos y su suministro de combustible está casi completamente monopolizado por Rosatom. Ucrania sigue dependiendo del combustible ruso y necesitará años para diversificarse completamente y alejarse de los proveedores controlados por el Kremlin.
Serquis viajará a Viena para asistir a la conferencia general del Organismo Internacional de Energía Atómica el 26 de septiembre, donde se reunirá con altos funcionarios de China y de todo el mundo. El cambio climático y el aumento de los precios de la electricidad están generando cada vez más atención en las posibles soluciones que puede ofrecer la energía nuclear que no produce emisiones.
Los ingenieros argentinos llevan meses trabajando con sus homólogos chinos en la preparación de un acuerdo formal, que incluye que Argentina reacondicione un reactor de investigación en la ciudad china de Qinshan.
“Es una forma de generar confianza mutua”, dijo José Luis Antúnez, presidente de la empresa nuclear Nucleoeléctrica SA, en una entrevista con Diálogo Chino este año. Las partes están discutiendo diferentes escenarios, que incluyen el suministro de uranio enriquecido por parte de Pekín a Argentina, donde, bajo la supervisión de China, podría convertirse en combustible para reactores por parte de Conuar SA.
El combustible nuclear difiere del gas y el carbón porque requiere conjuntos de ingeniería de precisión que cumplan los requisitos de seguridad. Compartir la tecnología con otros países podría cimentar el creciente papel de China en los mercados nucleares, afirmó Mark Hibbs, de el Carnegie Endowment for International Peace.
Ventaja estratégica
“Pekín obtendrá una ventaja estratégica allí donde las empresas nucleares chinas hagan negocios”, dijo el analista con sede en Berlín. “El éxito chino en la exportación de equipos, tecnología y materiales nucleares abrirá el camino para que China reproduzca el éxito de Estados Unidos al extender su influencia en la política exterior, energética y tecnológica de los socios y clientes nucleares de China”.
La creciente cooperación nuclear entre Pekín y Buenos Aires, que sigue a las inversiones chinas por miles de millones de dólares en infraestructuras argentinas, está despertando la alarma en Washington. Los medios de comunicación argentinos informaron que funcionarios del Departamento de Estado advirtieron a sus homólogos en una reunión celebrada en abril en Buenos Aires que los sistemas de seguridad del Hualong One podrían no cumplir las normas de seguridad internacionales.
La Subsecretaria de Política de No Proliferación, Ann Ganzer, que dirigió la misión estadounidense en Argentina, declinó hacer comentarios.
El acuerdo daría a Argentina un nuevo reactor a una fracción del precio pagado por tecnologías similares que pueden ofrecer EE.UU. y Europa. El pacto también abre la posibilidad de ampliar su papel en los mercados internacionales. Argentina ya es uno de los principales proveedores de reactores de investigación de Australia, Argelia, Países Bajos y Arabia Saudita.
Intención de venta
Argentina quiere empezar a vender reactores modulares pequeños después de 2025, y el acuerdo con China ayudará. La tecnología del reactor Carem de agua ligera del país funciona con uranio enriquecido a los bajos niveles que necesitan los reactores Hualong de China. Buenos Aires está en conversaciones para suministrar su reactor modular pequeño Carem a Indonesia.
“Es importante que sigamos construyendo estas capacidades de combustible”, dijo Serquis. “Es importante para el futuro de Carem”.
El Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales, un grupo de investigación privado, destacó la capacidad de fabricación de combustible como la principal prioridad estratégica para el programa nuclear del país. “La innovación tecnológica dirigida al desarrollo de reactores nucleares, aceleradores y el ciclo del combustible nuclear”, incluyendo “el desarrollo y la producción de combustibles nucleares”, es fundamental, dice un informe del Consejo publicado a finales del año pasado.
Serquis afirmó que, aunque Argentina se enfrenta a las dificultades de financiamiento de los países pobres, sus avances en ciencia nuclear durante 70 años suelen superar a los de las economías más ricas. Comunicar las capacidades de Argentina ha sido uno de los mayores retos en las negociaciones con China.
“No pretendemos estar en igualdad de condiciones”, dijo Serquis. “Somos una economía pequeña que se enfrenta a una de las más grandes del mundo. Aun así, no tienen que enseñarnos lo básico”.
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