Bogotá — A pesar de que Venezuela vive un proceso de dolarización de facto en varios sectores de su economía, en la zona fronteriza con Colombia la situación presenta varios matices dada la importante participación del peso colombiano, que es la segunda divisa extranjera más transada en las operaciones diarias en ese país después del dólar.
De acuerdo a un informe de la firma de consultoría venezolana Ecoanalítica, mientras el dólar participa con el 45% de las transacciones en ese país, el bolívar contribuye con el 42% y el peso colombiano con el 8,5%, incluso más que el euro que tiene una cuota del 3,5%.
No obstante, en el fronterizo estado de Táchira se estima que el peso colombiano participa con más del 90% de las transacciones, a medida que las plataformas financieras se masifican en ese paso.
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Incluso, el año pasado la entidad financiera venezolana Banco Bicentenario avaló la apertura de cuentas en pesos colombianos en los 29 municipios del estado Táchira.
De acuerdo a residentes de la zona consultados por Bloomberg Línea, con la llegada de Gustavo Petro a la Presidencia colombiana la dolarización en la frontera venezolana cobró fuerza.
El bolívar es casi inexistente para el uso diario, incluso para quienes realizan sus compras en dólares, y en lugar de recibir el cambio en la moneda local, obtienen pesos, calculado por debajo de la tasa impuesta por el Banco de la República de Colombia o las casas de cambio.
La tasa aplicada por los comerciantes del lado de la frontera venezolana es de $4.000 por dólar, inferior a los $4.404 por la divisa estadounidense que se promedia oficialmente en Colombia, según consultas de Bloomberg Línea.
Las expectativas en relación a la próxima apertura de la frontera, luego de un cierre que se extendió por siete años, son escasas en cuanto a cambios reales en el tipo de cambio que se maneja en los estados fronterizos de ambas naciones.
Ante la falta de acuerdos o explicitud en áreas como transporte público o políticas monetarias, los habitantes de San Antonio del Táchira ven poco probable que cese la triada monetaria, así como el contrabando de mercancías, considerando que las mismas condiciones en ese sentido se mantendrán.
Colombia comparte con Venezuela una frontera de más de 2.219 kilómetros, siendo el Puente Internacional Simón Bolívar, que conecta a los territorios colombianos de Cúcuta y Villa del Rosario con los venezolanos San Antonio y San Cristóbal, uno de los puntos más estratégicos.
El Gobierno colombiano ya anunció que a partir del próximo 26 de septiembre se reabrirá tanto la frontera como la conexión aérea entre ambos países con miras a restablecer el hoy debilitado flujo comercial entre ambos países.
“En la frontera para serle muy franco mucho ha tenido que ver con la pesificación, es decir, muchas de las transacciones se están haciendo en pesos”, dijo a Bloomberg Línea el ministro de Comercio, Industria y Turismo colombiano, Germán Umaña.
Comentó además que incluso muchas de las transacciones de exportación se están cerrando en pesos colombianos entre ambos mercados.
Germán Umaña consideró que el fenómeno de dolarización de facto en Venezuela no representa un problema en la medida en la que se maneje en el marco de la relación binacional en materia cambiaria.
“Pero el riesgo de otro tipo de operaciones pues siempre existe, pero no necesariamente se está dando en este momento”, agregó.
Clara Inés Pardo, doctora en Economía y profesora de la Escuela de Administración de la Universidad del Rosario, explica a Bloomberg Línea que en el marco del restablecimiento de este flujo comercial en la frontera “la dolarización de facto en Venezuela sí puede ser un desafío, ya que se preferiría realizar las transacciones con dólares frente al peso”.
“Así en ambas rutas muchos preferirán el dólar frente al peso para evitar temas de devaluación, entre otros. Igual también dependerán de tipos de productos, volúmenes a comercializar y la confianza que se genere en el mercado”, apuntó.
Además, teniendo en cuenta los antecedentes del intercambio comercial en el pasado, dijo que habrá que promover un comercio justo que no fomente la ilegalidad y el contrabando.
Por su parte, Ana Vera, economista jefe en IN ON, manifestó que el fenómeno de la dolarización en Venezuela “hace que los bienes colombianos en pesos sean atractivos para más venezolanos, por lo que en términos del dólar la moneda se ha desvalorizado de manera importante”.
“Casi que el mayor flujo sería de Colombia hacia Venezuela, por lo que ambas partes pueden salir beneficiadas, por un lado, productores colombianos venderán más, y por el otro los venezolanos tendrían acceso a productos más baratos”, dijo.
Solo la reapertura de la frontera entre Táchira y Norte de Santander significaría un resurgimiento de esa relación, así como un comercio y una inversión tanto en bienes como en servicios aproximadamente de entre US$800 millones y US$1.200 millones, según la Cámara de Comercio Colombo Venezolana (CCV), cuyo anterior director ejecutivo era precisamente el ministro Germán Umaña.