Moody’s baja la calificación de Chile: persiste la incertidumbre política y fiscal

La agencia baja la calificación a A2 porque, en su análisis, las “perspectivas de mediano plazo siguen siendo modestas”

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Santiago — Moody’s Investors Service rebajó este jueves la calificación de la deuda externa a largo plazo de Chile desde A1 a A2. De este modo, cambia la perspectiva a estable desde negativa.

La rebaja fue impulsada por tendencias fiscales y económicas que han debilitado de manera gradual, pero persistente, el perfil crediticio de Chile, alineándolo con el de sus pares con calificación A2, según un comunicado de la agencia clasificadora de riesgo.

“Aunque el país entró en la crisis del coronavirus con una deuda inferior a la de sus pares y con reservas fiscales, su carga de la deuda había estado aumentando constantemente antes de la crisis y la pandemia exacerbó la tendencia al alza”.

En el análisis también explica que el “decisivo” rechazo a una propuesta de nueva Constitución en el plebiscito del 4 de septiembre apunta a que el consenso político sea, probablemente, moverse en dirección de cambios más modestos. No obstante, Moody’s advierte que el proceso de reforma constitucional sigue sin una resolución y, posiblemente, “conducirá a un aumento estructural del gasto social en un momento en que las perspectivas de crecimiento a medio plazo siguen siendo modestas”.

Aunque el país entró en la crisis del coronavirus con una deuda inferior a la de sus pares y con reservas fiscales, su carga de la deuda había estado aumentando constantemente antes de la crisis y la pandemia exacerbó la tendencia al alza

Moody's

Prevé que este proceso de reforma continúe en 2023 y, potencialmente, más allá, dando como resultado una nueva Constitución que ampliaría los derechos sociales, lo que ayudaría a mitigar los riesgos sociopolíticos a costa de un mayor gasto social.

Reconoce que el gobierno de Gabriel Boric enfatizó su “compromiso con la consolidación fiscal”, tomando medidas que llevaron a una corrección material de las cuentas fiscales en 2022. “Sin embargo, la política economía que subyace a las crecientes presiones del gasto social planteará retos a estos esfuerzos en los próximos años, incluso teniendo en cuenta el potencial de aumento de los ingresos públicos como resultado de una próxima reforma fiscal”.

La agencia calificadora espera que la carga de la deuda siga aumentando en los próximos años, acercándose gradualmente a la mediana del grupo de países con calificación A.