“The Merge”: beneficios y riesgos de una actualización crucial para el mundo cripto

La reducción en la huella de carbono de Ethereum eliminaría la crítica energética que se le ha hecho a la industria de las cripto. Pero estos son los problemas que podrían surgir durante el proceso

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Bloomberg Línea — Los observadores y actores del ecosistema cripto se preparan para el cambio más esperado en la red de Ethereum, conocida como “The Merge” (La Fusión, en español). Es que esta no implicaría solo una transformación significativa en la manera en la que opera una de las blockchains más populares del mercado, sino que también podría representar un punto de quiebre para un año en el que el mercado cripto ha visto miles de millones de dólares en pérdidas.

La industria ha borrado durante 2022 el equivalente a más de US$1 billón en capitalización de mercado, a medida los inversionistas se han alejado de los activos de riesgo en un año marcado por la incertidumbre por la guerra en Ucrania, la alta inflación y la agresividad de la política monetaria de los bancos centrales. Colapsos de alto perfil en el ecosistema cripto en particular, como el de Terra o Three Arrows Capital, también han contribuido a la caída.

El cambio en la red de Ethereum podría representar un punto de inflexión, convirtiéndose en un impulso para la llegada de inversores institucionales. Pero es pronto para que el ecosistema cante victoria, considerando que el proceso no está exento de riesgos.

Se espera que La Fusión se ejecute finalmente este jueves 15 de septiembre. De tener lugar sin inconvenientes, no se usaría más el llamado mecanismo Proof-of-work (PoW) porque daría paso a uno conocido como Proof-of-stake (PoS). En este momento ambos funcionan paralelamente en la red Ethereum.

Con esta transformación quedarían en el pasado los llamados “mineros”, que utilizan potentes dispositivos para validar las transacciones, y se les daría paso a los “validadores”, que “apuestan” sus posesiones en ether (XET) para ganarse el derecho de registrar las operaciones que se realizan en la red.

Esto terminaría con una de las principales críticas que recibe la industria, el excesivo gasto de energía. Incluso la semana pasada la Casa Blanca advirtió que el impacto ambiental que causa la producción de estos tokens digitales podría ser un obstáculo para la lucha contra el cambio climático

“La Fusión tiene amplias implicaciones para la industria de las criptomonedas, que ha estado plagada de preocupaciones medioambientales en torno al modelo de consenso de prueba de trabajo de bitcoin (XBT) y ethereum, que consume mucha energía”, explicó Clara Medalie, analista de Kaiko.

Sin embargo, “The Merge” podría generar un cambio en esta narrativa: las cifras de la Fundación Ethereum calculan que el consumo de energía se reduciría en un 99,95%, pues ya no será necesario el uso de miles de máquinas para operar.

La reducción de la huella de carbono de las operaciones de ether puede ser un cambio significativo, especialmente para las organizaciones que necesitan cumplir con mandatos ambientales, sociales y de gobernanza (ESG). Según un informe de CoinShares, las instituciones invirtieron US$9.300 millones en el mercado cripto en 2021, un 36% más que en 2020. No obstante, las preocupaciones sobre el consumo de energía han frenado el crecimiento de esa cifra.

“Las narrativas ESG son uno de los mayores obstáculos para los inversores institucionales que ingresan a la industria de la criptografía, por lo que La Fusión podría aliviar esta preocupación y mejorar la reputación de toda la clase de activos”, dijo Marcus Sotiriou, analista del corretaje digital GlobalBlock.

Un vehículo de inversión

Adicional a esto, los inversionistas encontrarían un vehículo para obtener nuevas rentabilidades. El objetivo del “staking” es que los usuarios bloqueen una cierta cantidad de sus tokens para ganarse el derecho de registrar un bloque en la blockchain de Ethereum. Al hacerlo, reciben rendimientos del dinero que han “apostado” y que varía según la cantidad de ether que se haya puesto en juego.

“Cuando hay muy poco ETH apostado, las recompensas del protocolo serán mayores como incentivo para que se conecte más ETH. A medida que se apuesta una cantidad cada vez mayor de ETH, la recompensa se reduce”, explica un informe de Coinbase.

Según un análisis de Chainalysis, este mecanismo asemeja al ether a instrumentos de inversión como los bonos pues empieza a ofrecer una rentabilidad a quienes decidan participar del “staking” con un potencial de rendimientos entre el 10% y el 15% anual.

“Esos rendimientos podrían hacer que el ‘staking’ de Ethereum sea una atractiva alternativa (...). A modo de comparación, los rendimientos de los bonos del Tesoro de EE.UU. a un año se sitúan en el 3,5% a partir de septiembre de 2022, aunque esa cifra ha ido en aumento durante el último año”, dijeron los analistas de Chainalysis.

Sus cuentas indican que los usuarios ya han apostado más de US$30.000 millones en ether en la cadena de bloques que funciona con PoS, lo que la convierte en la blockchain con este mecanismo más grande por valor apostado en el mundo cripto.

Además, los datos de Chainalysis muestran que la cantidad de billeteras que apuestan US$1 millón o más en ether, que se catalogan como inversionistas institucionales, ha aumentado constantemente. “Será interesante ver si el número de participantes de tamaño institucional aumenta a un ritmo más rápido después de ‘The Merge’, ya que esto podría sugerir que los inversores institucionales ven el ‘staking’ de Ethereum una buena estrategia de generación de rendimiento”, agregaron.

Los riesgos de “The Merge”

A pesar de la expectativa generada, los riesgos no son ajenos al proceso. “The Merge” ha tenido seis intentos fallidos en el pasado y los usuarios están pendientes de que no se presenten inconvenientes durante el cambio. FSInsight la califica como la actualización “más esperada de la historia de las criptomonedas” y dice que pondrá a prueba la estabilidad de una de las redes más populares en esta industria.

Algunos analistas lo comparan con el momento “Y2K”, recordando el temor que se generó a principios de este milenio cuando no se sabía cómo los sistemas informáticos manejarían el formato y el almacenamiento de las nuevas fechas, pues muchos programas trabajaban solo con los dos dígitos finales y podrían no diferenciar al año 2000 del año 1900.

En ese caso, los fallos que finalmente se produjeron (yque se pronosticaba podrían afectar el aterrizaje de aviones o el funcionamiento de las centrales eléctricas) no fueron tan catastróficos. Sin embargo, el temor a un territorio inexplorado se asemeja con el que la industria cripto está sintiendo.

Estos nervios se reflejan en el precio de ether, que comenzó a caer a medida que se acercaba la fecha en cuestión. La criptomoneda cotizaba sobre los US$1.777 el sábado 10 de septiembre y hoy lo hace por encima de los US$1.500.

“Esto no quiere decir que el nivel actual de aversión al riesgo por parte de los críticos no sea saludable de cara a La Fusión, sino que simplemente señalamos que los sistemas complejos que se someten a grandes actualizaciones son difíciles de modelar y, por tanto, hay que ser consciente del potencial de incógnitas desconocidas”, dijeron los analistas de FSInsight.

Por ejemplo, en la actualización que hizo Ethereum en 2016, la red se vio golpeada durante semanas por ataques de piratas informáticos que intentaron robar los tokens de los usuarios. “Sabes que habrá casos extremos que serán interesantes y explotables”, dijo Toby Lewis, director ejecutivo de Novum Insights, a Bloomberg. “Una cosa que puedo garantizar, va a ser un viaje lleno de baches”.

La rebelión de los mineros

Otro de los riesgos derivados de la actualización será el golpe que recibirán los “mineros”, que se quedarán sin trabajo en la red de Ethereum ya que el mecanismo con el que operan dejará de funcionar. Estos usuarios, según Chainalysis, probablemente no se podrán trasladar a la red de Bitcoin, ya que la mayoría usan procesadores GPU que son “demasiado débiles” para extraer recompensas en esta criptomoneda de manera rentable.

“Eso significa que el cambio de Ethereum a PoS es un gran golpe para los mineros de GPU. Ethereum actualmente representa el 97% de toda la actividad minera de GPU, y todas las monedas extraíbles por GPU restantes tienen una capitalización de mercado colectiva de solo US$4.100 millones, solo el 2% de Ethereum. Eso no es suficiente para apoyar a los mineros de GPU”, dijeron los analistas de Chainalysis.

Según su opinión, estos mineros podrían trasladar sus máquinas a otros lugares como Livepeer, un servicio de transmisión de video, o a Render Network, que ofrece un servicio para la representación de imágenes en 3D.

Por este panorama es que se ha hablado de una “rebelión de mineros” que podría generar una división en la blockchain Ethereum. Esto es lo que un grupo de usuarios ha llamado una ‘hard fork’, que es una especie de división de la blockchain para crear una red de Ethereum paralela en la que se mantenga el mecanismo de PoW.

No obstante, se le ha restado peso a las consecuencias que esto pueda traer. Joe Lubin, cofundador de Ethereum, le dijo a la revista Time que cree que “al menos es probable una bifurcación temporal (...), pero no puedo imaginar querer construir nada, o poner algo de valor significativo, en una cadena que tiene tantas cosas que están fundamentalmente rotas y abandonadas”.

Medalie, de Kaiko Research, añade que otro de los riesgos es que aunque Ethereum será ahora más eficiente desde el punto de vista energético, La Fusión no resuelve inmediatamente los “enormes problemas” de escalabilidad a los que se ha enfrentado la red. “La red podría seguir sufriendo la congestión y las elevadas tasas de transacción que han frenado su crecimiento”, concluyó.