Bloomberg Línea — Cerca de 44% de las muertes anuales en el continente americano, alrededor de 3.1 millones de personas, tienen como causa de la hipertensión arterial, la hiperglucemia en ayunas, y la obesidad y el sobrepeso, según datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
De acuerdo con el organismo especializado, la mala alimentación se debe en gran medida a la amplia disponibilidad y comercialización de alimentos y bebidas procesados y ultraprocesados, todos ellos con contenido excesivo de azúcares, grasas y sodio.
En este contexto, y como medida para disminuir los problemas de salud pública asociados a las enfermedades no transmisibles, más gobiernos de la región están aplicando leyes y regulaciones que tienen como objetivo reducir la demanda y la oferta de productos que contienen cantidades excesivas de nutrientes críticos, como se les clasifica a los azúcares, las grasas y el sodio.
Hace unas semanas, Argentina se unió a Brasil, Chile, Ecuador, Perú, México y Uruguay, como uno de los países donde, por disposición legal, las empresas ahora deben comercializar sus productos con etiquetas al frente del envase que indican a los consumidores si un producto contiene cantidades excesivas de azúcares, grasas totales, grasas saturadas, grasas trans y sodio.
A nivel regional, las autoridades de Guatemala, El Salvador, Costa Rica, Panamá y República Dominicana han mostrado su interés por promover iniciativas de ley afines al Etiquetado Frontal de Advertencia Nutricional (EFAN).
Esto en forma de la propuesta del reglamento técnico centroamericano (RTCA), a través del Consejo de Ministros de Salud de Centroamérica (Comisca), instancia política del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA).
Estos esfuerzos tienen como catalizador el hecho que una parte significativa de los productos que consumen las poblaciones de Centroamérica y la República Dominicana tienen un alto contenido de azúcar, grasa o sodio, como muestran análisis de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Para analizar la efectividad de la iniciativa, la OPS desarrolló una serie de estudios en diferentes países que, de acuerdo con el organismo, apoyan la conclusión de que “el sistema de etiquetado frontal de avisos octogonales, incluido en las propuestas de la legislación centroamericana y caribeña, es el más efectivo y constituye la mejor opción para la población”.
La experiencia de Guatemala
En Guatemala, el sobrepeso y la obesidad, la hipertensión arterial y la diabetes son las tres principales causas de discapacidad y muerte prematura, muestran registros del programa Enfermedades Crónicas no Transmisibles del Ministerio de Salud. La problemática deriva en un consumo en exceso de nutrientes críticos.
Con el apoyo de la OPS, el Instituto de Nutrición de Centro América y Panamá (INCAP) hizo una investigación para determinar la comprensión de los consumidores sobre dos sistemas distintos de información: el etiquetado de alimentos preenvasados con la EFAN y, por otro lado, el sistema de cantidades diarias orientativas (GDA, por sus siglas en inglés).
Según el estudio, el EFAN ayudó a los consumidores a aumentar su comprensión sobre el contenido nutricional, es decir, identificar exceso de nutrientes críticos. Además de cambiar la percepción de “saludable” en productos ultraprocesado y de aumentar la intención de compra subjetiva de productos más saludables.
“El GDA no fue útil para que las personas hagan elecciones más saludables, tampoco para aumentar la comprensión del contenido nutricional”, dijo María Fernanda Kroker-Lobos, del Centro de Investigación del INCAP para la prevención de enfermedades crónicas, durante una conferencia web organizada por la OPS. “Eso nos lleva a concluir que el EFAN es el sistema de etiquetado frontal más adecuado para la población guatemalteca”, agregó la investigadora.
El Congreso de Guatemala comenzó el año pasado la discusión de la iniciativa 5504, una ley de promoción de alimentación saludable y cuyo debate ha girado en torno a que sugiere la colocación de una etiqueta negra en los productos altos en nutrientes críticos.
El caso de El Salvador
Un estudio a cargo del Instituto Nacional de Salud (INS) de El Salvador acerca del estado nutricional según el índice de masa corporal (IMC), reveló que el 30.74% de los escolares de primer grado padecen de sobrepeso y obesidad.
En esa línea, el costo total para el sistema público salvadoreño en 2017, dada la carga de diabetes e hipertensión en la población, ascendió a US$586.3 millones y las muertes por enfermedades no transmisibles sumaron 21.578 en 2020.
Tales hallazgos motivaron al Centro para la Defensa del Consumidor (CDC) a que, junto con otras instituciones locales y regionales, analizaran la relevancia de los sellos octagonales de advertencia nutricional (ADV) en el país.
De acuerdo con el análisis, los consumidores asignados al grupo del sistema de sellos octagonales de advertencia tomaron mejores decisiones: eligieron con mayor frecuencia comprar los productos alimentarios menos nocivos para la salud e identificaron correctamente y con mayor frecuencia los productos menos dañinos para la salud.
Además, la investigación sostiene que el sistema de etiquetado frontal de advertencias octagonales orienta la toma de decisiones en políticas públicas dirigidas a establecer ambientes alimentarios más saludables y a prevenir las enfermedades no transmisibles asociadas a la mala alimentación.
El caso de Panamá
En Panamá, las enfermedades no transmisibles son la causa del 75% de todas las muertes, revela la Encuesta Nacional de Salud de Panamá (ENSPA). Por otra parte, el 13% de los menores de cinco años, el 36.7% de los escolares, el 36.3% de los adolescentes y el 71% de los adultos sufren sobrepeso y obesidad.
En el país, la Asamblea Nacional está valorando el proyecto de ley 265, que tiene como propósito implementar y regular el etiquetado frontal de advertencia nutricional en los envases y/o empaques de los productos alimenticios procesados preenvasados para el consumo humano, con el objetivo de proteger la salud y el bienestar de la población en Panamá.
Junto con el Movimiento de Alimentación Saludable en Panamá y la FAO, la OPS lideró un estudio en el que participaron 1.200 personas a quienes se les consultó sus preferencias de consumo basadas en las etiquetas.
Los resultados mostraron que las advertencias frontales duplicaron la capacidad de las personas de elegir comprar la opción menos nociva.
Los desarrolladores del estudio esperan que el mismo apoye y fortalezca el debate en torno al proyecto de ley 265, cuya discusión está a cargo de la diputada suplente Yaidelis González.
“Independientemente de que hay comentarios que están tratando de decir que este etiquetado no es importante, en Panamá lo necesitamos y las cifras van en aumento, sobre todo para nuestros consumidores más vulnerables que son los niños”, dijo Bethy Cruzado, presidenta de Fundación Movimiento Alimentación Saludable de Panamá, en la conferencia que organizó la OPS.
En Costa Rica
El Ministerio de Salud de Costa Rica —mediante el Instituto Costarricense de Investigación y Enseñanza en Nutrición y Salud (INCIENSA)—, la Asociación Costa Rica Saludable y la OPS realizaron un estudio aleatorio controlado para identificar el mejor sistema de etiquetado en la parte frontal del envase (EPFE) en Costa Rica.
El estudio, para el cual participaron 1.358 personas reclutadas en 12 supermercados populares de Costa Rica, comparó la eficacia de los ADV, propuestos por el Comisca para ser adoptados en Centroamérica, respecto de otras etiquetas de información nutricional.
Según los resultados, los consumidores que estuvieron expuestos a los sellos octagonales de advertencia también presentaron una mayor probabilidad de identificar correctamente cuándo los productos contenían cantidades excesivas de azúcares, sodio, grasas, grasas saturadas o grasas trans, de identificar correctamente la opción menos nociva para la salud y de elegir comprar la opción menos nociva para la salud.
Así como ocurrió en los otros países, el estudio respaldó que el sistema de etiquetado frontal de advertencias octogonales, incluido en las propuestas de la legislación costarricense y centroamericana, “es el más efectivo y constituye la mejor opción para la población”.