Bloomberg — Los bonos de México en dólares comienzan a parecer atractivos para los inversionistas después de que un episodio de volatilidad en la deuda de mercados emergentes enviara sus rendimientos a niveles similares a los de Brasil, cuya deuda se encuentra en la categoría especulativa o “basura”.
El diferencial de rendimiento entre los bonos en dólares de referencia a 10 años de México y Brasil ha caído a alrededor de 13 puntos básicos, el más bajo en dos años y más de 140 puntos básicos por debajo de los niveles observados a principios de 2022, según datos de Bloomberg basados en los bonos más líquidos.
La convergencia en los rendimientos de los titanes de América Latina refleja los vínculos más estrechos de México con los crecientes rendimientos del Tesoro estadounidense durante el último mes, según analistas, así como una economía que sigue tambaleando en medio de una mayor inflación y escasez en la cadena de suministro.
Mientras tanto, la actividad de Brasil superó las expectativas en el segundo trimestre, lo que llevó a los bancos a elevar sus proyecciones de crecimiento.
“México no ha estado en una senda clara de recuperación”, dijo Joaquín Almeyra, operador de renta fija de Bulltick LLC en Miami. “La economía no se ve tan fuerte y si vemos a la economía estadounidense desacelerarse más, México seguirá sufriendo más”.
Aun así, la diferencia en los fundamentos de ambas economías puede no ser suficiente para justificar un diferencial tan estrecho entre sus bonos dólares. Es por eso que algunos inversionistas buscan comprar bonos mexicanos en los niveles actuales.
“Esto no es normal”, señaló Guillaume Tresca, estratega sénior de mercados emergentes de Generali Investments en París. “Es una de las razones por las que nos gusta México. Es barato frente a sus calificaciones. La deuda de Brasil es más problemática a largo plazo, pero está bien valorada”.
Tresca dice que el elevado entorno inflacionario de Brasil ha contribuido a limitar la relación deuda/PIB, pero se necesita una reforma fiscal, así como un mayor potencial de crecimiento.
Además, los inversionistas están ansiosos por ver qué sucederá con el límite de gasto después de las elecciones, ya que se espera que los dos candidatos principales eliminen la regla que limita el crecimiento del gasto público a la tasa de inflación del año anterior, que ha sido la principal ancla fiscal de Brasil.
Jaime Valdivia, economista jefe de Galapagos Capital, con sede en Miami, dijo que las perspectivas de la política monetaria también pesan sobre los bonos. Mientras Brasil está a punto de concluir su ciclo de endurecimiento, reduciendo las tasas a largo plazo, a México aún le queda camino por recorrer con las alzas de tasas y la inflación no parece estar disminuyendo. Es por eso que hay una prima en el extremo largo, dijo.
Carlos Legaspy, director ejecutivo de Insight Securities, apuesta a que el diferencial convergerá a la media histórica.
“Preferiría cambiar de Brasil a México o ir en corto en Brasil y comprar México”, dijo Legaspy. “La transición de mercados sin liquidez en agosto a un entorno más normal, con participantes volviendo de vacaciones, crea estas distorsiones”.
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