Bogotá — Cartagena, uno de los principales destinos para los viajeros en el Caribe colombiano, afronta un importante reto en la formalización de la oferta turística que ha quedado en evidencia tras los más recientes escándalos por cobros excesivos a los turistas y el mal servicio, que a su vez destapan una realidad dolorosa en la ciudad frente a la pobreza e informalidad.
Los últimos datos disponibles muestran que solo en 2020 se contabilizaron 427 empresas turísticas sin formalizar en Cartagena, por lo que los esfuerzos se concentran en este aspecto para que la ciudad no pierda fuerza como destino turístico, a medida que San Andrés y Santa Marta se consolidan.
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De otra parte, las empresas formales activas en los sectores de alojamiento y servicios de comida totalizan en la actualidad unas 3.531 y generan 18.594 empleos, según información del Registro Mercantil de la Cámara de Comercio de Cartagena (CCC).
Para esa entidad, “situaciones tan lamentables como las que se han presentado en la zona turística, alejan recursos para la ciudad, desaceleran la generación de empleo y desincentivan los encadenamientos productivos”.
Por lo anterior, en reuniones con los distintos gremios se realizaron varias propuestas como la de crear una ‘app’ en la ciudad para mejorar la experiencia de los visitantes.
Asimismo, desde la CCC se impulsa un clúster para posicionar a la región como un importante escenario de eventos, bodas y romance y plataforma del conocimiento.
De acuerdo con Migración Colombia, en el primer semestre de 2022 se hospedaron en Cartagena 250.977 extranjeros, de los cuales 230.609 lo hicieron por turismo.
“Sin duda tenemos un gran desafío de tener un turismo de calidad y que realmente brinde una experiencia memorable para los visitantes. Yo creo que los distintos hechos que han sucedido en las últimas semanas relacionados con cosas negativas en la ciudad nos invitan a rechazar lo que está sucediendo. Creo que es inaceptable que existan condiciones o factores negativos en el turismo de una ciudad que lo tiene todo para hacer una potencia mundial”, dijo en entrevista con Bloomberg Línea el presidente ejecutivo de la Cámara de Comercio de la ciudad, Juan Pablo Vélez Castellanos.
Reconoció que es clave trabajar en la formalización para tener “un turismo responsable que sea acorde a la ética y a las tendencias mundiales”, al mismo tiempo que se debe fortalecer la institucionalidad para que las autoridades ejerzan el control debido y se toman todas las acciones de legalidad correspondientes.
“No podemos ocultar que las problemáticas del sector ocurren tanto en la informalidad como en la formalidad. Entonces yo creo que al final es una responsabilidad de todos”, añadió.
Se centró en el reto de la informalidad al referirse a la importancia de identificar las causas que lo generan en una ciudad de casi un millón de habitantes en donde más de 414.000 personas viven en la pobreza y en donde es evidente la desigualdad más allá de la opulencia del centro histórico.
Vélez Castellanos señala que esta “comunidad del rebusque” son personas “que tienen que llevar la comida a la mesa, son los generadores de ingresos para sus familias”, pero están al margen del mercado laboral, por lo que consideró clave darles las herramientas para que transiten hacia la formalización con negocios fortalecidos para que ofrezcan un servicio de “calidad, justo y responsable, tanto en términos de precios justos, de cero droga, de cero prostitución, de cero contaminación al medioambiente”.
“Yo creo que, si nosotros logramos esa formalización del sector, ese fortalecimiento de la institucionalidad y todos cambiamos la mentalidad hasta prestar un servicio y una experiencia memorable, Cartagena será una gran potencia de destino global y en eso tenemos que trabajar ahora”, apuntó.
Por lo anterior, también manifestó que es importante que la comunidad en Cartagena entienda el impacto que tiene el turismo en otros sectores de la economía y que la cadena no la componen solo el aeropuerto y los hoteles, sino también “los restaurantes, taxis, transportes especiales, guías turísticos, los coches, las embarcaciones recreacionales”.
“La mejor manera para atacar la pobreza o la desigualdad es generando empleo y no hay mayor oportunidad que el turismo”, remató Vélez Castellanos.
