Buenos Aires — Entre tantos de los hechos históricos que vivió la Reina Isabel II al frente de la corona británica, está la guerra de las Malvinas entre abril y junio de 1982. La decisión del presidente de la dictadura, Leopoldo Galtieri, y de la Junta Militar de ocupar el puerto Stanley con el objetivo de recuperar las islas el 2 de abril de 1982 desató el conflicto bélico con el Reino Unido bajo la administración de Margaret Tatcher, la dama de hierro.
A 40 años de aquel trágico episodio de la historia argentina, el Gobierno aún sostiene el reclamo por la soberanía de las Islas Malvinas, como ordena la Constitución Nacional.
El reclamo por la soberanía de las Malvinas
Semanas atrás, en el marco de la Cumbre de las Américas, el presidente Alberto Fernández insistió en el reclamo argentino: reafirmó una vez más su soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur y los espacios marítimos circundantes y exhortó al Reino Unido a reanudar las negociaciones sobre la soberanía de las islas.
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Ese reclamo argentino ha sido históricamente rechazado por el Gobierno británico, que no ha cambiado de posición y no se avizora que eso vaya a modificarse tras el último cambio en Downing Street y la asunción como primera ministra de la conservadora Liz Truss.
“El mundo no puede permanecer indiferente ante el objetivo de alterar la estabilidad en América Latina y el Caribe, una de las zonas de paz más consolidadas del planeta. Es hora ya de que el Reino Unido escuche a la comunidad internacional y retome las negociaciones para alcanzar una solución pacífica a la disputa de soberanía con la República Argentina”, dijo el canciller Santiago Cafiero el pasado 23 de junio en el marco de la sesión dedicada exclusivamente al tratamiento de la Cuestión Malvinas en el Comité Especial de Descolonización de Naciones Unidas en Nueva York.
¿Cómo siguen las negociaciones por la soberanía de las Malvinas?
El Reino Unido no sólo ha hecho oídos sordos a estos reclamos, sino que continúa con despliegues militares en el atlántico sur, actividades rechazadas por el Gobierno argentino.
El Gobierno no tiene optimismo a que esto cambie con el reciente cambio en el Gobierno británico. Y Liz Truss ha dejado clara su posición, meses atrás: “Rechazamos completamente cualquier cuestionamiento a la soberanía británica de las Islas. Las Malvinas son parte de la familia británica y defenderemos el derecho a la autodeterminación”.
Aun así, el secretario del Área de Malvinas de la Cancillería, Guillermo Carmona envió un mensaje a Londres en el cual solicita que la nueva administración “se avengan a cumplir el derecho internacional y se predispongan a retomar las negociaciones”, según publicó Clarín. En paralelo, continúa con los reclamos a Uruguay y Brasil para que rechacen el paso por sus países de los aviones militares.
La relación de la Corona con las Islas Malvinas
Una de las pocas declaraciones de la Reina Isabel II sobre la guerra en las Islas Malvinas las expresó en una gira a Estados Unidos en marzo de 1983, recibida por Ronald Reagan. En ese momento, la Reina evocó el “principio de autodeterminación” y aseguró que “como nación, en Gran Bretaña fuimos llamados el año pasado a defender ese mismo principio de autodeterminación en las Islas Malvinas’'.
Así, 16 años después se daría un hecho histórico. El heredero de la corona, el Rey Carlos III visitó la Argentina y protagonizó durante más de media hora un acto en la Plaza San Martín en la cual homenajeó la labor de los soldados argentinos. Se trató del más alto representante de la familia real que visita Argentina desde el fin de la guerra de las Malvinas. Durante la guerra, el hermano de Carlos, Andrés, se embarcó en el portaaviones HMS Invencible para prestar servicio en la guerra.
El hijo de Carlos y segundo heredero a la corona, Guillermo, realizó una visita a las Islas Malvinas en 2012, en la cual se dispuso de una instrucción militar de seis semanas. La presencia del duque de Cambridge en las Malvinas provocó una fuerte tensión entre el Reino Unido y Argentina.