PIB 2022 en LatAm: así han cambiado las proyecciones para los países de la región

Para la región, como conjunto, hay proyecciones divididas que ubican un crecimiento económico entre 2,5% y 3,0%

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Bloomberg Línea — Los vientos en contra siguen y según el Fondo Monetario Internacional (FMI), la región ahora enfrenta retos importantes como la crisis en la cadena logística que derivó la pandemia del Covid-19, el choque desde el lado de la oferta y la guerra de Rusia en Ucrania que se ha extendido desde febrero hasta el día de hoy.

Para el FMI, América Latina enfrenta retos importantes como “el endurecimiento de las condiciones financieras mundiales, el descenso del crecimiento mundial, la inflación persistente y la agudización de las tensiones sociales en medio de una creciente inseguridad alimentaria y energética”.

El organismo señaló en julio pasado que junto a todas estas condiciones, la región se enfrenta a un común denominador: crecimientos desiguales, de acuerdo al informe ‘Los vientos mundiales cambian de dirección y desafían a América Latina’.

Esta recuperación desigual se ha marcado principalmente por el aumento de los precios de las materias primas, lo que ha beneficiado a algunos países que tienen establecida gran parte de su economía en la exportación de las mismas, en especial Sudamérica con el petróleo.

Durante 2021, las economías pasaron por un efecto rebote tras la crisis económica de 2020, razón por la que las tasas de crecimiento fueron altas en cada país y también en la región, que tuvo una expansión de 6,5%.

“Entre las principales economías, Chile y Colombia han registrado una recuperación particularmente dinámica, impulsada por el fuerte crecimiento de los servicios y debido en parte al estímulo fiscal de finales de 2021, mientras que la producción en México aún no retorna a los niveles previos a la pandemia ya que los servicios y la construcción permanecen rezagados”, precisó el texto del FMI.

Las proyecciones

Frente a los factores mencionados, diferentes organismos internacionales se han encargado de cambiar sus proyecciones de crecimiento económico tanto para la región como para los países. Analizando los casos específicos y teniendo en cuenta algunos ejes transversales, la región se ubica ahora en una “senda de bajo crecimiento”, tal como lo definió la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

Por ejemplo, el Banco Mundial en junio redujo a 2,5% el crecimiento de América Latina y el Caribe para 2022, desde el 2,6% de su previsión de enero.

En tanto, el FMI había fijado un crecimiento para la región de 2,4% en enero, después la elevó a 2,5% en abril y finalmente, en su más reciente revisión de julio, llevó la estimación a un 3,0%, es decir, un 0,5% más, pese a que el pesimismo es un factor común en los diferentes informes globales.

Para los países de la región las estimaciones son diversas, en especial por el alto precio de las materias primas y las presiones inflacionarias, que de acuerdo con la Cepal “se han visto intensificadas por el aumento del precio de los alimentos y la energía, lo que ha llevado a las autoridades monetarias a acelerar las alzas de las tasas de política monetaria y la reducción de los agregados monetarios”.

Con base en las cifras de este organismo de Naciones Unidas, Bloomberg Línea reunió las proyecciones de crecimiento económico hechas para los países de América Latina en tres etapas (enero, abril y agosto). Este es el panorama:

La Cepal destacó en el informe ‘Estudio Económico de América Latina y el Caribe 2022′ que se proyecta que América del Sur crecerá un 2,6% (en comparación con un 6,9% en 2021); el grupo conformado por Centroamérica y México un 2,5% (en comparación con un 5,7% en 2021); y el Caribe —la única subregión que crecerá más que en 2021— un 4,7%, sin incluir Guyana (en comparación con un 4,0% en el año anterior).

País por país

Visto por países, Venezuela y Colombia están entre los países en los que las perspectivas de crecimiento han aumentado de manera considerable. Para el primero, la Cepal estimó en enero un crecimiento del 3,0%, elevándose a 5,0% en abril y fijándolo en 10,0% en agosto, uno de los mayores saltos en la región. Para el segundo, las proyecciones pasaron de 3,7% a 4,8% en abril y después a 6,5%.

Entre tanto, otros países también han presentado variaciones al alza en sus proyecciones, aunque en menos puntos básicos como Argentina (de 2,2% en enero a 3,5% en agosto); Bolivia (3,2% a 3,5% en la última revisión); también Brasil, que tenía una perspectiva de solo 0,5% en su crecimiento económico y ahora se ubica en 1,6%; Ecuador, que avanzó de 2,6% a 2,7% en las proyecciones de la Cepal con diferencia de ocho meses; y Uruguay, que podría crecer este año 4,5%, mientras que en enero el organismo solo proyectaba 3,1%.

“El menor apoyo de la política monetaria y fiscal redunda en la dinámica de la actividad económica, que ya muestra una desaceleración en los primeros dos trimestres de 2022″, destaca la Cepal.

Y precisamente, hay un grupo más amplio de países en los que las revisiones han sido a la baja, en mayor o menor medida, lo que va en línea con la senda de “bajo crecimiento” que estableció la misma Cepal, dejando a Chile a un lado, pues conservó en agosto la proyección de 1,9%, la misma que se había otorgado en enero.

En este grupo está Costa Rica, que pasó de 3,7% en las dos primeras revisiones a 3,3% en el octavo mes del año. También aparece El Salvador, pasando de 3,8% en enero a 3,0% en abril y cayendo a 2,5% en agosto; lo mismo sucedió con Guatemala y Honduras, cuyas proyecciones se redujeron de 4,3% a 4,0% y de 4,5% a 3,8%, respectivamente.

Al listado se suma México, con revisiones que pasaron de un 2,9% en enero a un 1,7% en abril, para luego tener una leve revisión al alza hasta el 1,9%. Sin embargo, el Banco de México tiene una proyección mayor ubicada en un promedio de 2,2% al cierre de 2022.

Panamá (7,3% a 7,0%), Perú (3,0% a 2,5%) y República Dominicana (5,5% a 5,3%), también hacen parte del grupo a los que la Cepal les revisó a la baja su crecimiento económico para 2022.

El caso más marcado para la región es el de Paraguay, que tenía una proyección de crecimiento de 3,8% en enero, pasó por al 0,7% en abril y para agosto fue tan solo del 0,2%.

Esa misma cifra (0,2% en 2022) la mantiene el Banco Central del Paraguay, que en un informe de política monetaria en julio señaló que la explicación al bajo crecimiento se debe principalmente al “impacto de la sequía sobre la agricultura y sectores vinculados” y que ha ocasionado “cuantiosas pérdidas en la cosecha de la soja y otros productos agrícolas”.

Para América Latina en conjunto, la Cepal también señaló que el mal desempeño económico de gran parte de los países se suma al bajo dinamismo de la creación de empleo, las caídas en las inversiones y las crecientes demandas sociales.

Con la coyuntura actual y las presiones inflacionarias, el organismo dijo que los precios de los productos básicos se ubicarán, en promedio para 2022, un 21% por encima de los niveles de 2021.

Y al tiempo, el FMI precisó que un mayor debilitamiento de las monedas de cada país —especialmente si las condiciones financieras mundiales se tornan más restrictivas— y el aumento de las presiones salariales, sumados a los mecanismos de indexación presentes en algunos países, “podrían generar nuevas presiones inflacionarias”.