Bloomberg — Con un discurso más bien moderado, el presidente Jair Bolsonaro celebró el Día de la Independencia de Brasil, en un intento de disminuir la desventaja con respecto a Luiz Inácio, Lula da Silva, a poco menos de un mes de los comicios presidenciales.
Este miércoles, miles de sus seguidores se congregaron la capital brasileña para presenciar el tradicional desfile de las fuerzas armadas y asistir a las concentraciones a favor del gobierno que se realizaron justo después. Los actos se han desarrollado de forma pacífica hasta el momento, rodeados de un incremento en las fuerzas de policía para resguardar los edificios del gobierno, en particular el Supremo Tribunal Federal de Brasil, que se ha vuelto el principal blanco de los encendidos discursos de Bolsonaro.
No obstante, en el transcurso de un discurso que duró 10 minutos, ofrecido tras el acto oficial, el presidente de Brasil evitó la confrontación directa con los magistrados y solo mencionó al tribunal en una ocasión.
Estoy “muy contento de haberlos llevado a la verdad y de lograr evidenciar que el conocimiento es también liberador. Hoy todo el mundo sabe lo que es el Poder Ejecutivo, todo el mundo sabe lo que es la Cámara de Diputados, todo el mundo sabe lo que es el Senado Federal y todo el mundo sabe también lo que es el Supremo Tribunal Federal”, expresó a sus simpatizantes desde la parte superior de un camión. “Votemos todos, convenzamos a los que piensan diferente a nosotros, convenzámosles de lo que es mejor para nuestro país”.
El líder de derecha, que lucha por alcanzar al favorito de izquierda Luiz Inácio Lula da Silva, necesita desesperadamente el apoyo de brasileños moderados e indecisos que finalmente decidirán quién gana la polarizada elección. Su agresivo discurso habitual ha estado alineando a esos votantes que, según las encuestas de opinión, están cansados del belicoso clima político del país.
La presión sobre Bolsonaro está aumentando, ya que se ha estancado en gran medida en recientes encuestas de opinión. Una encuesta de PoderData publicada el miércoles mostró que recibiría el 37% de los votos el 2 de octubre, frente al 44% de Lula.
La preocupación de que Bolsonaro siga el ejemplo de Donald Trump e intente revocar el resultado de las elecciones en caso de que sea derrotado continúa acechando a las autoridades electorales, e incluso a inversionistas que han comenzado a posicionarse ante la posibilidad, que aún se considera muy improbable, de una agitación postelectoral similar a los disturbios del 6 de enero en Estados Unidos.
Sin embargo, antes del desfile, Bolsonaro describió los años de 1964 y 2016, cuando los militares dieron un golpe de Estado y cuando Dilma Rousseff fue destituida, respectivamente, como “momentos difíciles” por los que han pasado los brasileños.
“La historia puede repetirse”, dijo después de una oración en el palacio presidencial, en declaraciones que fueron difundidas en las redes sociales. “El bien siempre ha vencido al mal”.
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