Bloomberg — El presidente ruso Vladimir Putin busca posicionar a Rusia como un país líder en la defensa de valores culturales “tradicionales”, en contraposición a un Occidente progresista, según un nuevo decreto del Kremlin.
“La batalla por la supremacía cultural está creciendo a nivel global”, dice la declaración, que trata sobre la “política humanitaria” de Rusia en el extranjero y fue firmada por Putin.
“Siglos de historia le han dado a Rusia una rica herencia cultural y potencial espiritual que la pone en una posición única para diseminar con éxito los valores religiosos y morales tradicionales de Rusia”.
El decreto pide que la política exterior del país contrarreste lo que asegura es una campaña para desacreditar a Rusia y sus objetivos. Dice también que Rusia es cada vez más vista como guardiana de valores tradicionales en lo que respecta a la moral y la familia y en contraste con lo que describe con “la agresiva imposición de puntos de vista neoliberales de una serie de estados”.
Rusia lleva mucho tiempo arremetiendo contra Estados Unidos y Europa por promover los derechos de las minorías sexuales, y afirmando la prioridad de los intereses sociales colectivos frente al individualismo liberal. El año pasado prohibió el matrimonio entre personas del mismo sexo en la Constitución y los legisladores están presionando para que se aprueben leyes que endurezcan las ya estrictas restricciones sobre el debate de los derechos LGBTQ.
Putin ha supervisado una amplia represión interna para aplastar las protestas políticas desde que su invasión de Ucrania el 24 de febrero desencadenó la mayor crisis en Europa desde la Segunda Guerra Mundial, con miles de muertos y millones de personas obligadas a huir de sus hogares. A las pocas semanas de iniciar la guerra, amenazó con limpiar la sociedad rusa de “escoria y traidores”.
El presidente, que está divorciado, ha promocionado a Rusia como un bastión de los valores conservadores. El mes pasado revivió el título de “Madre Heroína” de la era soviética para las mujeres que han tenido al menos 10 hijos, un premio establecido por primera vez bajo el mandato de Josef Stalin.
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