Bogotá — El Gobierno del presidente Gustavo Petro tuvo la oportunidad de presentar algunos puntos de su estrategia de transición energética a los empresarios del sector minero, marcando algunas diferencias y varios puntos comunes con la industria.
Camilo Prieto, profesor de posgrados en las áreas de Cambio Climático y Salud Ambiental en la Pontificia Universidad Javeriana, analizó que entre los principales puntos en los que coincidieron tanto el Gobierno como los representantes de la industria es en la importancia de la formalización ante el reto que supone aún para el país la actividad de la minería ilegal, fuente también de violencia en las regiones.
“Aquí hay un acuerdo tanto del sector minero como del Gobierno y de la academia de que la formalización es la mejor estrategia para buscar proteger la biodiversidad y favorecer la economía del país”, dijo el académico, quien siguió de cerca el Congreso de la Asociación Colombiana de Minería (ACM) que se celebró en Cartagena.
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Para el magíster en energía y sostenibilidad un segundo punto en el que habría acuerdo es en el rol de la minería en la transición energética, dado que se espera que aumente la demanda de niquel, cobre, litio, cobalto, coltán, cobre, manganeso y hierro.
“Eso está claro, que hay una relación de codependencia, de la minería de metálicos especialmente”, señaló Prieto.
Además, “para el sector y para el Gobierno es claro que debe ser una minería del siglo XXI”, complementó Prieto, al referirse a una industria que compense su actividad, que tenga presente el concepto de justica ambiental y que respete el estándar ambiental.
A propósito de esto, Petro manifestó que “el perfil de la exploración tendría que tener otro objetivo diferente” a solo explorar si hay carbón y petróleo.
“Entonces, tendríamos que buscar si hay litio, coltán, cobalto… busquémoslos. La exploración minera cambia un poco su sentido”, señaló.
El mensaje de Petro fue bien recibido por el sector, pues desde la ACM cocluyeron que “Colombia debe hacer uso de su potencial geológico para cumplir con cuatro prioridades del nuevo Gobierno: la seguridad alimentaria, la superación de la pobreza, la transición energética y el cambio climático”.
“El mundo debe avanzar en el desarrollo de nuevas minas de cobre, ya que de no hacerlo en 15 años habrá una brecha de 7 millones de toneladas para abastecer la demanda mundial”, dijo el presidente de la ACM, Juan Camilo Nariño.
Las posibles tensiones
Frentes a las tensiones, Camilo Prieto señaló que las principales se centran en el diseño de la reforma tributaria y cuál va a ser el posible impacto para la industria.
Y es que si bien el impuesto a las exportaciones de oro ya fue descartado del proyecto de reforma tributaria, la atención por parte de los diferentes actores de la industria se ha centrado en el tributo a las ventas al exterior de crudo y carbón.
El proyecto de reforma tributaria apunta a gravar con una tasa del 10% sobre un precio estándar las exportaciones de petróleo o carbón, algo que según un análisis de la firma Posse Herrera Ruíz para la Cámara de Comercio Colombo Americana “es una medida claramente desestimulante para las industrias extractivas”.
A propósito de esto, citan información del Banco de la República para indicar que solo en 2021 la inversión extranjera directa en Colombia en el sector minero energético ascendió a US$1.815 millones, siendo el 19% del total de IED, “recursos que podrían buscar otros mercados con tasas y condiciones más favorables”.
El viernes pasado Gustavo Petro defendió que imponer un impuesto a las exportaciones de crudo es “una manera de disminuir el déficit con el menor daño posible para los empresarios, para la gente que trabaja en Colombia, para la gente pobre”.
“Estamos gravando lo que al final tiene que decrecer, porque el mundo deja las operaciones de carbón y petróleo en dos décadas, tiene que hacerlo, porque la ciencia lo ha dicho”, dijo Petro ante los empresarios del sector minero.
Prieto analiza que otra de las tensiones tiene que ver con la propuesta de la ministra de Medio Ambiente, Susana Muhamad, de exigir un licenciamiento ambiental a los proyectos de exploración, algo que, según fuentes, del sector podría desestimular la inversión de esa industria en el país.
La ministra considera que esto es necesario en la medida en la hay “mucha conflictividad y falta de control de los procesos de exploración de parte de la minería en muchos lugares”.
En este punto, Camilo Prieto dijo que la discusión se debe centrar en la extracción ilícita y que el desafío es llevar este flagelo a su mínima expresión, a medida que se desvela todo el trasfondo de ese aparato.
“Tanto las dragas como la maquinaria pesada de la minería ilegal pasan por los puertos, pasa por las carreteras, y nadie nunca la ves, hay un aparato, una estructura de corrupción que ha permitido que eso se mantenga”, añadió.
Velocidad de la transición energética
Sobre la velocidad de la transición energética, el académico opinó que el Gobierno no ha terminado de hacer su planteamiento, por lo que es clave que se escuche a los gremios y a la academia para definir ese proceso.
“Eso hay que visualizarlo como un ecualizador de sonido, bajas uno y vas subiendo otros, pero no puedes coger y bajar por completo una tecla porque se te altera completamente el sonido”, indicó.
Por lo anterior, dijo que a lo primero que le debería apuntar el Gobierno es a retirar de su matriz energética al carbón y al mismo tiempo definir un sustituto.
“El carbón es sucio pero tiene una ventaja y es que lo puedes activar en cualquier momento”, agregó.
En todo caso dice que si Colombia saca el carbón y retira los fósiles “va a quedar con un vacío en su matriz energética para generar energía en firme”, por lo que hay que tomar cada paso con sumo cuidado para hacer esa transición con miras a unos 15 años, según propone.
“Colombia debe tener energías alternativas como la geotérmica y la energía nuclear con reactores modulares. Esa es una conversación necesaria que debe tener el país si pretendemos descarbonizar la generación”, propuso en la entrevista.
En este sentido, señaló que la estrategia que se aplique debe considerar muchos matices técnicos y que todo va a depender de cómo se lograr consolidar la energía en firme.
“Hay que entender que esto es un paso a paso y que la salida de los fósiles se debe ir pensando con recursos que puedan llenar ese vacío. Entonces creo que hay que dar un debate académico, un debate técnico y un debate social sobre estos asuntos”, apuntó.