San Salvador — El cierre de una fábrica de Fruit of the Loom en El Salvador –y de dos en Honduras– es el caso más sonado de un fenómeno que viene ocurriendo desde hace varias semanas: el sector textil reajusta sus operaciones por el desafiante entorno internacional.
A los 800 salvadoreños que perderían sus trabajos por el cese de operaciones de una de las plantas de Fruit podrían sumarse varios cientos más en el próximo año y medio, advierte Patricia Figueroa, directora ejecutiva de la Cámara de la Industria Textil de El Salvador (Camtex) y del Consejo Empresarial Centroamericano-Dominicano de Textiles y Confección (Cecatec).
Antes de que circulara la noticia de Fruit of the Loom, ya una empresa había despedido a 300 trabajadores, confirmó Figueroa, quien se abstuvo de nombrarla por acuerdos de confidencialidad.
La representante gremial conversó con Bloomberg Línea sobre el panorama del sector textil de cara a los próximos meses. Factores del entorno global complican al rubro, sobre todo al segmento de comfort wear, analiza.
A pesar de ello, confía en la resiliencia del sector textil y aprecia que la región centroamericana está recibiendo inversiones de producción de materia prima que, a la larga, fortalecerán al rubro.
En junio, Camtex advirtió que debíamos prestarle atención al entorno internacional. ¿Cómo reciben ahora este recorte de Fruit of the Loom?
Patricia Figueroa, Camtex: Después de la pandemia vino una demanda incremental particularmente en todo este segmento de comfort wear, las sudaderas, los pants, porque la gente se quedaba en casa, el home office estaba mucho más ahí. A medida de que las cosas han ido cambiando fuimos viendo también que los grandes compradores, los Walmart, los Target se fueron quedando con un exceso de inventario.
Además hay varios temas que convergen: las proyecciones de crecimiento y la economía mundial, hacia dónde vamos también con lo que pueda suceder en Estados Unidos, nuestro principal socio comercial, y este tema de los excesos de inventarios.
¿Podría ser el inicio de una complicación general para el sector?
Notamos que el segmento de comfort wear se está viendo coyunturalmente afectado, hasta que pase esto que yo calculo puede durar entre ahora y principios de 2023. Creo que todavía vamos a ver un poco de más impacto en este segmento básico, tal vez no con reducciones tan sonadas así, pero va a ir mermando puede ser entre 2.000 y 2.500 empleos en año y medio, pero siento que luego habrá una franca recuperación.
–A mayo de este año el sector textil genera más de 85.000 puestos de trabajo formal, según cifras del Instituto Salvadoreño del Seguro Social.
Me alienta que ya he visto situaciones similares en la industria. En 2008 hubo una pérdida considerable de empleos, de 8..000 a 9000 empleos, y la industria textil ha tenido la la resiliencia y la creatividad de irse ajustando y reinventando.
¿En este cálculo de los 2.500 empleos potencialmente afectados, ya había anuncios de este tipo que habían pasado desapercibidos o se trata de recortes a lo largo de los próximos meses?
Dije a ese número a grosso modo, de lo que puede ser una pérdida paulatina. Hace poco tuvimos noticia de una empresa que recortó 300 trabajadores, no puedo dar el nombre porque no estoy autorizada. Una que otra ya ha ido haciendo estos cambios, pero no son atípicos, es parte del movimiento de la industria.
¿Ya sumando lo anunciado por Fruit of the Loom, cuántos recortes llevaríamos?
No te podría decir el número fijo. Yo diría que hay por ahí entre tres pequeños recortes, unos mil y algo de empleos.
También sucede la práctica de detener producción temporalmente, ¿están ocurriendo esos casos?
Es difícil para nosotros verlos porque no nos lo comunican verdad. Uno más o menos se va dando cuenta después cuando vienen las cifras de empleo, pero hasta ahorita no se ven reflejados todavía, se van a ver a final del año.
¿Ya se ve el efecto en las exportaciones, al ser Fruit el segundo mayor exportador textil?
Sí, es el segundo exportador después de Hanes. A todo esto, son empresas con trayectoria, 28, 29 años de estar acá. Yo veo con optimismo porque Fruit tiene más de 9.000 empleos y la posición es que ellos continúan fuertes en El Salvador, creo que está entre los tres mayores generadores de empleo en este país: Fruit, Hanes y el grupo Intradesa.
¿Qué tanto dependen del comfort wear estos grandes empleadores?
Hay unos que tienen producción mixta, por ejemplo, Intradesa es mucho más mezclada, Fruit es más orientada a ese tipo de producción, los pants, las sudaderas y todo. Como digo, es nuestra lectura de que por ahí puede venir la crisis, pero ese es uno solo un elemento.
A la larga, tú habrás visto muchas crisis mundiales y en el camino se vuelven a ir equilibrando las cosas. El sector textil es de larga trayectoria en El Salvador, hemos logrado fortaleza en su evolución, en más sofisticación en la fabricación de tejidos de high-performance, ropa muchísimo más sofisticada, por ejemplo, las prendas para The North Face, etc. Los sintéticos tienen un gran valor en nuestra economía y somos uno de los líderes en activewear sintético.
¿Cuánto de la producción de los grandes exportadores se destina a comfort ware?
Creo que deben andar por un 40%. Curiosamente, en paralelo a esta situación hay un segmento que no lo veo sufriendo tanto, lo has visto en Honduras donde acaba de haber una gran inversión en una planta de hilaza...
–Caracol Knits invierte US$250 millones en una fábrica de hilatura de algodón en Honduras, cerca de San Pedro Sula, con la cual apunta a sustituir la importación de hilo desde Asia.
En el caso de El Salvador, si bien no hemos visto inversiones nuevas, sí tenemos algunos socios importantes del inicio de la cadena, en telas e hilaza, que han invertido en crecimiento en el segmento sintético más que nada. Entonces sí va a haber un golpe en el comfort wear, no quiero decir que sintético no se verá afectado, pero se irá recuperando esa capacidad de compra. Las grandes inversiones que están viniendo en materia prima, en hilaza, y en tejido a la región en general no se verían si no tuvieran una clara apreciación del entorno.
Como directora ejecutiva de Cecatec, ¿cómo impacta el entorno a los textileros centroamericanos?
Esta crisis se viene gestando y probablemente va a tener todavía tiene un espacio de desarrollo, pero como Centroamérica sentimos que nuevas inversiones importantísimas están llegando. Muchas de las inversiones son en hilaza y tejido, tanto en Honduras como en Guatemala, vienen a fortalecer la cadena de suministro del hemisferio occidental, lo cual es de gran importancia para la región y para los Estados Unidos, más que nada porque también hay un objetivo común de ayudar a detener los flujos de migración y generar más empleos.