Buenos Aires — La medida del Gobierno argentino mediante la cual fijó un “dólar soja”, es decir, un precio diferencial para la liquidación del commodity, es una iniciativa positiva, pero servirá para “comprar tiempo”, según coinciden economistas y analistas del mercado.
Recientemente, el ministro de Economía, Sergio Massa, anunció la nueva disposición, con el objetivo de promover exportaciones, mejorar en precio relativos y absolutos a los productores argentinos y fortalecer reservas.
Se trata de un programa de adhesión voluntaria, que comenzó a regir desde este lunes y concluye el 30 de septiembre. En las primeras horas desde que entró vigencia, el dólar blue se desplomaba hasta los $269 para la venta, mientras que el Contado con Liqui (CCL) cedía hasta por debajo de los $290.
En el mercado, la primera reacción de los diferentes dólares paralelos fue operar a la baja en el inicio de semana, en un contexto en el que la medida fue tomada como positiva, aunque hay consenso respecto de que no soluciona los problemas de fondo en el país en cuanto a la escasez de divisas.
“En principio es positiva, dado el marco de restricción de dólares, pero es una medida que sirve para comprar tiempo y va a estresar el programa monetario, por lo que va a agregar presión alcista a la tasa de interés para que el Banco Central pueda esterilizar esa emisión monetaria generada por la compra de dólares”, analizó Federico Furiase, director de Anker Latinoamérica.
En diálogo con Bloomberg Línea, indicó: “Obviamente, que la emisión monetaria que tiene un respaldo en más reservas netas no es lo mismo que para financiar el déficit en términos de balance del Banco Central, pero va a agregar presion alcista en las tasas para moderar la presión en la brecha cambiaria”.
Por su parte, el economista Fernando Marull expresó: “El comprador (exportador, industria) puede vender durante septiembre a un dólar de $200, en vez de $140. Con el ‘dólar soja’ de $200, el productor local recibiría un precio 43% superior”.
En cuanto a los impactos preliminares, consideró que “el éxito depende de la tentación del productor a decidir vender”. “Debería ser positivo y aceptado. Es una medida audaz”.
Respecto de las metas, evaluó: “Asumiendo que se liquidan los U$S 5.000 millones y la ‘demanda’ se lleva U$S 2.500 millones, el BCRA compraría U$S 2.500 millones. Las reservas netas, que estan en U$S 1.400 millones, subirían a U$S 4.000 millones, todavía lejos de la meta del FMI de septiembre U$S 6.400 millones”.
La duda del mercado
“La duda del mercado es el impacto general. Inicialmente, la suba de reservas es positiva. Pero, la `mayor emisión de pesos` tendrá impacto en un aumento de precios de insumos, de activos financieros”, advirtió Marull.
En tanto, desde Facimex aseguraron que los anuncios “apuntan a acercarse a la meta trimestral de US$ 6.425 millones sin tener que implementar una devaluación de salto”.
“Massa anticipó que acordaron con el sector un piso de liquidación de US$ 5.000 millones para este mes, de los cuales US$ 1.000 millones ingresarían en los primeros tres días de vigencia. Será un refuerzo importante, que duplicará los US$ 2.441 millones récord que liquidó el sector en septiembre de 2021″, apuntaron.
En ese sentido, aclararon que “el objetivo de reservas netas sigue pareciendo fuera de alcance, aunque Massa confía en que se podrá lograr, combinando estas medidas con un férreo control de las importaciones”.
El “dólar soja” y su fecha de vencimiento
“Más allá de lo que se pueda lograr en septiembre, los anuncios tendrán fuertes implicancias a futuro”, pronosticó Facimex.
Desde su perspectiva, es “un reconocimiento de que se necesita corregir la apreciación cambiaria”. Además, manifestó que “es razonable esperar que los demás exportadores reclamen un tratamiento igualitario al que recibió el complejo sojero”.
A su vez, alertó que, “una vez que termine este programa transitorio, el complejo sojero tendrá incentivos a esperar un nuevo programa para volver a exportar” y subrayó también que “los importadores tendrán mayores incentivos a acelerar sus compras”.
Por ello, proyectó que “en octubre será difícil retornar a la situación que prevaleció hasta el viernes”.