Santiago — Tras casi dos años de proceso constituyente, los chilenos acuden este domingo a las urnas de votación para determinar el rumbo de la propuesta de Constitución redactada por una Convención. Cerca de 15,1 millones de electores están convocados para escoger entre las opciones “Apruebo” o “Rechazo” al texto, una elección que tiene carácter obligatorio y donde está en juego, entre otros aspectos, el modelo económico de uno de los países predilectos de inversionistas.
Los centros de votación estarán abiertos desde las 08:00 am hasta las 6:00 pm (hora de Chile). Si hay personas en fila esperando para sufragar cuando sea el momento del cierre, les permitirán ejercer su derecho a sufragar. Las primeras mesas de votación se abrieron en Auckland, Nueva Zelandia.
Cualquiera que sea el resultado, el país trasandino se prepara para continuar con la incertidumbre. Un rechazo a la propuesta de Carta Magna, como preveían las encuestas publicadas hace 15 días, puede suponer el inicio de un nuevo proceso constituyente.
En tanto, la aprobación del texto transitaría por un camino de modificaciones a algunos artículos polémicos y el desarrollo de leyes acordes con la nueva Constitución, lo que podría tomar años y reforzar una senda política volátil respecto al futuro del país. Así lo advirtió en un análisis Goldman Sachs, aconsejando que “los inversores deberían prepararse para ajustarse a un entorno macro y político volátil en los próximos años”.
Los cambios propuestos, que acarrearían un mayor gasto fiscal, inquietan a los inversionistas. El texto que será votado este domingo apunta a pasar de un Estado subsidiario a un Estado social de derechos. También propone incluir a los pueblos originarios como un estado plurinacional, defiende el derecho a una vivienda digna, y está centrada en la protección del medio ambiente.
¿Un cambio de opinión?
Las encuestas sugieren que la mayoría de los chilenos quiere una nueva Constitución, pero no están satisfechos con la propuesta que se elaboró en la Convención. Felipe Hernández, economista para América Latina de Bloomberg Intelligence, dijo en un informe publicado este viernes que es probable que el impulso por el cambio continúe en Chile, incluso ante un triunfo del “Rechazo”.
Redactar una nueva Carta, que sustituyera a la vigente desde 1980 (dictadura militar de Augusto Pinochet) y modificada decenas de veces, fue la respuesta política a la revuelta social que se desató el 18 de octubre de 2019. Casi un 80% de los votantes del plebiscito de entrada, del 25 de octubre de 2020, optó instalar una asamblea constituyente con este fin. Pero luego de instalado este órgano, algunas polémicas fueron mermando la confianza de los ciudadanos.
Octavio Avendaño, sociólogo y académico de la Universidad de Chile, dice que el actual escenario no es comparable a 2020. A su juicio, en el referéndum de entrada se castigó, en parte, al gobierno de Sebastián Piñera que, en ese momento, tenía bajos niveles de popularidad.
“No solo se validó la tesis de un cambio constitucional, sino que también había una crítica a la gestión del presidente Piñera. Hoy, la situación es completamente distinta porque las coaliciones de Apruebo Dignidad y los sectores de la ex Concertación están en el Gobierno, y están enfrentando la crítica de la ciudadanía a los problemas de gestión y del contexto que afecta a la gestión y el desempeño del Gobierno”, explica el analista. De ahí que esta votación no solo plantea cambios estructurales, sino también un mayor desafío para el liderazgo del presidente progresista de Chile, Gabriel Boric, quien asumió el 11 de marzo de este año.
