Artemis I: Piezas hechas en Guatemala orbitarán en la luna y no será la única misión

La Nasa intentará de nuevo el lanzamiento de la nave desde Cabo Cañaveral en Florida, Estados Unidos; y gracias a ese proyecto el país formará parte de ese histórico momento.

La NASA intentará lanzar el cohete este 3 de septiembre de 2022.
03 de septiembre, 2022 | 07:00 AM

Guatemala — La misión no tripulada busca realizar un viaje a la Luna de ida y vuelta con el objetivo de probar las capacidades de la poderosa nave Orión, cuyo lanzamiento fue abortado hace unos días.

El cohete, tiene la capacidad hasta cuatro tripulantes, y con reservas de agua y oxígeno que le permitirían unos 20 días de viaje independiente, por lo tanto, el propósito es establecer la presencia humana a largo plazo en ese satélite.

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Este 3 de septiembre la Nasa informó que tiene previsto lanzar al espacio la misión, luego de que los equipos revisaron los datos del intento de lanzamiento del lunes pasado, por lo tanto, la “ventana” del nuevo lanzamiento se abre a partir de las 14:17 hora del este estadounidense (18:17 GMT), según han anunciado los encargados del programa espacial.

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De fallar este nuevo intento, existe otra oportunidad para que la misión Artemis I despegue el próximo 5 de septiembre.

Una misión con ingrediente chapín

Un grupo de estudiantes y docentes del Departamento de Ingeniería Mecánica de la Universidad del Valle de Guatemala (UVG) fue el encargado de fabricar piezas claves para el proyecto Deep Space Radiation Genomics (DSRG) que será incluido en la Misión Artemis I.

Esta misión de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) transportará diferentes experimentos alrededor de la órbita lunar.

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El llamado y la aventura espacial comenzaron a finales del 2019 cuando los catedráticos Rodrigo Aragón y Andrés Viau, del Departamento de Ingeniería Mecánica de UVG, junto con los estudiantes Diego Aguirre, Diego Hernández, Eileen Meda, Iñaki Alvarado y Esteban Herbruger, por invitación de Luis Zea, conformaron un equipo para fabricar piezas especiales para el Deep Space Radiation Genomics (DSRG), de BioServe Space Technologies.

sosteniene una unidad de PLASM, las siglas en inglés de laboratorio peristáltico para la ciencia automatizada con multigeneración.
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La fabricación incluyó trabajar con PSU, un tipo de polímero de ingeniería usado comúnmente para las misiones espaciales. También se diseñó la estrategia de elaboración de las piezas y la utilización de maquinaria CNC de los makerspaces del Centro de Innovación y Tecnología (CIT).

Estudiantes y profesores que elaboraron las piezas de PLASM. De izquierda a derecha: Esteban Herbruger, Iñaki Alvarado, Prof. Rodrigo Aragón, Prof. Andrés Viau, Diego Aguirre, Eileen Meda, y Diego Hernández.

Las piezas se fabricaron en tiempo y bajo especificaciones estipuladas por BioServe.

Estas piezas se utilizarán como parte del montaje del experimento DSRG en el que se usarán bolsas de cultivo con levadura para analizar su exposición a la radiación cósmica fuera de la Tierra y analizar los efectos en su ADN.

Esfuerzo conjunto

Diego Hernández, estudiante de Ingeniería Mecánica en la UVG y quien formó parte del proyecto conversó con Bloomberg Línea y comentó que ha sido un trabajo exhaustivo, interesante e histórico para el país, porque han sido tres años de esfuerzo y finalmente se verán los resultados.

“Estamos a la expectativa del lanzamiento, porque el proyecto ya se entregó a la NASA desde hace varios meses, pero fue hace unas semanas, cuando se terminó de ensamblar otra vez”, refirió Hernández.

El estudiante afirmó que Guatemala es el primer país centroamericano que lanza un proyecto a la órbita lunar y es así como hemos podido demostrar que el país está preparado para llevar a cabo procesos de tecnología y de alta industria como la aeroespacial.

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“Yo era el encargado del empaque”

Diego Hernández es estudiante de Ingeniería Mecánica en la Universidad del Valle de Guatemala y la asignación que tenía encargada dentro del proyecto era fabricar el empaque en donde se enviarían las piezas. Sin embargo, terminó aportando más allá de esa necesidad.

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Durante el primero y segundo año de su carrera investigó sobre las propiedades del material que utilizarían en los componentes, que es un tipo de termoplástico especializado.

También, fue encargado de hacer el grabado y marcado láser del hardware con sus respectivos números de serie. Llevó a cabo una limpieza manual y ultrasónica de las piezas, así como los insertos roscados.

El último paso consistió en documentar todo el proceso para Deep Space Radiation Genomics (DSRG), de BioServe Space Technologies; y también junto con otros compañeros fueron los encargados de exponer tanto dentro de la Universidad del Valle como internacionalmente este proyecto.

Eileen Meda y Diego Hernández sostienen una bolsa con insertos roscados para las piezas maquinadas en UVG, después de realizar una limpieza ultrasónica.
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Nuevos proyectos, “el espacio no tiene límites”

El país ya había participado en un proyecto llamado Quetzal I, y fue así como empezó el Laboratorio Aero Espacial en la Universidad del Valle de Guatemala.

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Actualmente, el laboratorio ya está trabajando en varios proyectos divididos en tres ramas: La fabricación de equipo propio de laboratorio para algunas pruebas, por ejemplo, hacer unas máquinas de pruebas térmicas y otros trabajos para colaborar con máquinas para análisis de vibraciones.

Otra de las ramas en la que se está trabajando es en la elaboración de otro nano satélite en conjunto con la Agencia Espacial Europea, en el cual la UVG está trabajando en el módulo de potencia y en la estructura.

La tercera rama en la que trabaja Hernández es en el Laboratorio Espacial en el desarrollo de componentes para nano satélites y se planifican probar estos componentes en una futura misión llamada Quetzal II.

Algunos de los estudiantes y catedráticos recorrieron varias instalaciones, entre ellas el cohete de Sistema de Lanzamiento Espacial (SLS, por sus siglas en inglés) desarrollado por la NASA para misiones hacia la Luna y Marte.