Boric se enfrenta a una prueba de liderazgo en el plebiscito de Chile

La decisión del domingo probablemente dará lugar a años de intensas disputas políticas y representará un desafío para el Presidente chileno

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Bloomberg — Chile se prepara para un plebiscito histórico sobre una nueva Constitución que podría cambiar las reglas que rigen un país conocido tradicionalmente como uno de los favoritos de los inversionistas.

La decisión del domingo probablemente dará lugar a años de intensas disputas políticas y representará el mayor desafío hasta la fecha al liderazgo del presidente progresista, Gabriel Boric, quien llegó al poder apoyando una nueva Constitución para resolver las desigualdades y proteger el medio ambiente.

Los votantes decidirán si aprueban o rechazan la Carta elaborada durante más de un año por una Convención Constitucional de tendencia izquierdista en respuesta al peor estallido social de las últimas cuatro décadas. Con ello, elegirán si se reemplaza la actual Constitución, más favorable a las empresas, que se promulgó durante la sangrienta dictadura militar de 1973-1990.

Según las encuestas, la nueva Constitución será rechazada, lo que refleja el malestar por los artículos polémicos, entre los que se incluyen los que eliminan el Senado y permiten un sistema de justicia paralelo para los grupos indígenas. También se suprimiría la capacidad de declarar estado de emergencia para restablecer el orden público, una idea que se ve afectada por el aumento de la delincuencia, que ha dañado la popularidad de Boric y se ha convertido en la principal preocupación de los votantes.

El “rechazo” arrojaría un balde de agua fría a una ola antisistema que en los últimos tres años ha vapuleado a los partidos tradicionales en uno de los países más ricos de Sudamérica y que culminó con el ascenso de Boric de líder de las protestas estudiantiles a jefe de Estado.

Pero hay posibilidades de que se produzca una sorpresa, dado que las encuestas de opinión se han equivocado en el pasado. A esto se suma el hecho de que esta será la primera votación obligatoria desde que el sufragio pasó a ser opcional en 2012, lo que significa que millones de personas más acudirán a las urnas. Las autoridades electorales prohibieron la publicación de encuestas sobre el plebiscito a partir del 20 de agosto.

En cualquier caso, el referéndum en Chile marca la puerta de entrada a nuevas negociaciones sobre las leyes básicas del país con Boric como principal protagonista. El presidente, quien con sus 36 años de edad es el más joven en la historia de Chile, se perfila como el principal encargado de un proceso constitucional que durará más de lo previsto, con la mirada puesta más allá de la votación del domingo, ya que busca asegurar amplios cambios legales para desbloquear su ambiciosa agenda social.

“El Gobierno del presidente Boric amarró tempranamente el resultado de la suerte del plebiscito, lo que hoy día se ve como un error”, dijo Marco Moreno, director de la escuela de Gobierno de la Universidad Central de Santiago. “Siempre planteó que su proyecto de Gobierno estaba fuertemente vinculado al triunfo del ‘apruebo’”.

Eso se suma a un escenario complejo para el presidente, quien también enfrenta un panorama sombrío con una desaceleración del crecimiento económico y una inflación desenfrenada cuando lleva menos de seis meses en el poder.

Impulso al mercado

Los inversionistas consideran que el rechazo de la nueva Constitución da un impulso a los mercados locales. Mientras LarrainVial dice que el peso podría fortalecerse más allá de los 850 por dólar y que el índice bursátil IPSA podría superar los 6.300 puntos si el documento es rechazado, los analistas locales de renta fija encuestados por Bloomberg ven oportunidades en la deuda corporativa de menor calificación o en los bonos soberanos de largo plazo.

De hecho, a la actual Constitución se le atribuye el mérito de haber apuntalado décadas de crecimiento económico, convirtiendo a Chile en un fuerte receptor de inversión extranjera directa.

La incertidumbre política seguirá siendo alta sea cual sea el resultado del plebiscito”, escribieron los economistas de Credicorp Capital Daniel Velandia y Samuel Carrasco en una nota. “Sin embargo, a nuestro juicio, el rechazo sentaría un precedente de que la población aún quiere cambios sociales y políticos, pero no tan radicales como los planteados inicialmente”.

Los últimos acontecimientos están perjudicando los esfuerzos por calmar las preocupaciones de los votantes sobre la nueva Constitución. El 25 de agosto, Boric aceptó la renuncia de la ministra de Desarrollo Social, Jeanette Vega, después de que medios de comunicación locales informaran que uno de sus asesores se había puesto en contacto con Héctor Llaitul, líder de una organización indígena sospechoso de estar implicado en ataques incendiarios.

El rechazo de la nueva Constitución podría desencadenar otra ola de violentas protestas por parte de grupos marginales que vandalizaron tiendas, transporte público e infraestructura durante los disturbios de 2019-2020, y desde entonces, han recurrido periódicamente a ese tipo de ataques.

La presidencia de Chile declinó hacer comentarios para este artículo. En una entrevista con la revista Time publicada el 31 de agosto, Boric respaldó la nueva Constitución, diciendo que, aunque hay partes que necesitan más claridad, es “un gran paso adelante para Chile.”

A medida que se acerca el plebiscito, Boric se mueve para superar la polarización y sentar las bases para el diálogo independientemente del resultado, dijo Pamela Figueroa, politóloga de la Universidad de Santiago.

“Está claro que va a haber un proceso de deliberación legislativa posterior al plebiscito”, señaló. “El presidente de la República ha tenido una especial preocupación no solamente por informar a la ciudadanía, sino por acercar posiciones y escuchar posiciones de los distintos actores políticos”.