Caracas — “Se paga impuestos hasta por respirar”. Haciendo referencia al sistema tributario estadounidense, Nicolás Maduro dio un paso más hacia el nuevo posicionamiento ideológico que ha asumido su administración, la que ha logrado duplicar la recaudación fiscal este año, posicionándola entre los ingresos más importantes del país, en medio de la leve recuperación económica que experimenta desde finales de 2021.
Bajo el planteamiento de construir un “poderoso sistema tributario”, Maduro le apuesta a igualar el “capitalismo clásico”, en lo que al pago de impuestos se refiere, mientras insiste en alcanzar una apertura económica total, a través de medidas que ha venido implementando, algunas calificadas de superficiales e insostenibles.
“Tenemos que bajar al mínimo los niveles de evasión porque todo el dinero que ustedes (los industriales) pagan, una vez que producen, una vez que venden, se convierte en viviendas para el pueblo, en salarios que deben seguir aumentando, en generación de empleos, en educación pública, en salud pública, en recreación”, comentaba el mandatario venezolano a principios de agosto, realzando el objetivo de su plan.
Los ingresos tributarios en Venezuela registraron un alza durante los primeros siete meses del año, con respecto al mismo período en 2021, situándose en 2.449 millones de dólares, de acuerdo al Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria. El año pasado la cifra fue de 1.072 millones de dólares.
Para especialistas como Héctor Orochena, consultor y auditor tributario, si bien la recaudación se ha convertido en una principal fuente de ingreso, una parte importante de ella es resultado de la inflación, lo que hace que se desvincule su aumento con una mayor productividad en el país.
Considera, en ese sentido, que los decretos impulsados por el Estado venezolano desde hace aproximadamente 2 años, en cuanto a beneficios aduaneros para rubros importados, aunque terminan afectando a la producción nacional, han permitido un crecimiento en el sector comercial.
Los impuestos vigentes
En Venezuela, actualmente se cobra un 16% por IVA, vigente desde 2020 y entre 3% y 20% por IGTF, el que empezó a ejecutarse recientemente y aplica para las transacciones en divisas y criptomonedas. Además, el Impuesto sobre la Renta tiene un rango entre 6% y 34%, sujeto por fracciones excedidas en cuanto a actividades en el área de servicios.
El Impuesto a las Grandes Transacciones Financieras marcó, por su parte, un notorio cambio sobre la dolarización transaccional. Un sondeo de la consultora Ecoanalítica, dirigida por el economista Asdrúbal Oliveros, puntualizó que en marzo, el 48% de los pagos de bienes en Caracas se hicieron en moneda estadounidense, mientras que en octubre de 2021 representaron el 59%.
Ahora, antes de finalizar el año, se tiene previsto la promulgación de la Ley Orgánica de Coordinación y Armonización Tributaria, aprobada en primera discusión por la Asamblea Nacional electa en 2020, de mayoría chavista, la que en su proyecto destaca la organización tributaria nacional, que evitaría la sobrecarga fiscal, aunque ha sido cuestionada por el intento de centralización, la reducción de mínimos tributables y los topes de algunas tasas en municipios que aspira.
“Se pretende centralizar en el gobierno central toda la potestad tributaria del país, y le dan esa responsabilidad a la administración tributaria nacional, cuando quienes debemos rendir tributos, hemos visto la ineficiencia en la gestión (...) la intención de la ley es evitar que ellos mismos (municipios, gobernaciones) cobren los impuestos “, agrega Orochena, quien además critica que quienes promueven la ley, sean quienes están detrás de la profundización de la voracidad fiscal nacional.
También, a finales de julio, fue decretada en Gaceta Oficial la Ley para Zonas Económicas Especiales, con la mira puesta en la inversión extranjera dentro de los considerados “paraísos fiscales”, por los privilegios y exoneraciones que contempla, para la captación de divisas.
Pronósticos
Mientras se preveé que los ingresos petroleros superen los 17.000 millones de dólares este año, como consecuencia del aumento en el precio del crudo a raíz de la guerra en Ucrania y el alivio de sanciones a la industria venezolana, por parte de Estados Unidos, Maduro ya ha referido un crecimiento de la economía venezolana de 22% con respecto al año pasado.
En las proyecciones hechas por organismos e instituciones internacionales, como la Cepal, que sitúa el crecimiento venezolano en 10% en 2022, siendo la segunda más alta de América Latina y el Caribe; o Credit Suisse, que habla de una expansión de 20%, se hace mención específica al monitoreo de los ingresos fiscales y al flujo de ingresos en dólares por las exportaciones.
En el caso de los ingresos fiscales, en el informe del banco suizo se sostiene que durante los primeros cinco meses estuvieron cerca de 125% interanual, y que probablemente puedan superar el 70% de crecimiento para finales de año, lo que aumentó sus niveles de convicción con respecto al pronóstico en el segundo trimestre.