Bloomberg — En Pakistán, las inundaciones sin precedentes han obligado a cerca de 500.000 personas a abandonar sus casas y refugiarse en campamentos, mientras la ayuda internacional comienza a llegar a esta nación del sur de Asia que ya está luchando contra una crisis económica.
Según la Autoridad Nacional de Gestión de Desastres del país, al menos 498.000 personas se encuentran actualmente en albergues temporales después de que las aguas cubrieran o dañaran más de un millón de viviendas, 3.500 kilómetros de carreteras y 162 puentes. Esto llevó a las Naciones Unidas y a Islamabad a solicitar conjuntamente US$160 millones en ayuda para los damnificados con suministros como tiendas de campaña y mosquiteras, informó Radio Pakistán.
El diluvio, que el ministro de Cambio Climático del país, Sherry Rehman, ha calificado de “catástrofe climática”, ha afectado hasta ahora a 33 millones de personas, más que toda la población de Malasia. Se prevé una escasez de alimentos, con grandes extensiones de tierras de cultivo y silos bajo el agua. Las lluvias torrenciales han cobrado hasta ahora 1.136 vidas, según cifras del gobierno.
La gente “está tratando de encontrar refugios donde sea posible”, dijo por teléfono el ministro de Planificación, Ahsan Iqbal. “Las inundaciones han arrastrado las reservas de grano de la gente, por lo que preveo un problema de seguridad alimentaria, ya que la mayoría de los pobladores de las zonas rurales depende de estas reservas anuales”.
La catástrofe natural se produce en un momento en que Pakistán se enfrenta a una de las tasas de inflación más elevadas de Asia e intenta acabar con la escasez de dólares reanudando su programa de préstamos de US$6.500 millones con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Los daños causados por las inundaciones se estiman en más de US$10.000 millones, según el Ministro de Finanzas, Miftah Ismail.
La nación, que se encuentra entre las más vulnerables del mundo al cambio climático, según Naciones Unidas, ha registrado este año las mayores precipitaciones en al menos tres décadas. Alrededor de un tercio del país está actualmente inundado, dijo Rehman.
Alrededor del 40% de la cosecha de algodón ha resultado dañada en la provincia de Sindh, la más afectada y donde se encuentra la capital comercial del país, Karachi. La siembra de la cosecha de trigo del próximo año, que comienza en octubre, será otro desafío, dijo Iqbal.
Siete aviones militares con suministros de socorro han llegado desde Turquía, tres desde los Emiratos Árabes Unidos y dos desde China, dijo el ejército en un comunicado.
Está previsto que Pakistán y la ONU lancen conjuntamente un llamamiento el martes para recaudar fondos para ayudar a las tareas de socorro, según un comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores.
“El mundo tiene que ser un socio en la rehabilitación y la reconstrucción”, dijo Iqbal. “Tenemos que construir infraestructuras resistentes que puedan soportar el cambio climático”.
La última catástrofe natural se produce después de que este verano se registraran algunas de las temperaturas más altas en todo el sur de Asia. Las precipitaciones en Pakistán durante esta temporada de monzones han superado los niveles registrados durante las devastadoras inundaciones repentinas de 2010.
-Con la asistencia de Ismail Dilawar.
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