Impuesto a los ricos: lo bueno y lo malo de la propuesta de Petro y cómo mejorarla

La tributaria tiene varios cambios por contemplar y en entre esos están los impuestos a los dividendos y ganancias ocasionales, ¿por qué y cómo mejorarlos?

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Bogotá — La reforma tributaria de Petro, que se reescribiría en su gran mayoría para ser aprobada en el Congreso, ganó adeptos populares por su lema de que los ricos paguen más impuestos. Sin embargo, desde distintos sectores se han lanzado varias advertencias sobre las falencias del diseño de principalmente dos impuestos: el de los dividendos y el de las ganancias ocasionales.

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Impuestos a los más ricos, sí, ¿pero no así? Eso es en lo que coinciden varios expertos. En medio del desmorone de gran parte de la propuesta tributaria que presentó el Gobierno el 8 de agosto, Bloomberg Línea consultó a analistas para saber lo bueno y lo malo de los ajustes que propone el Ejecutivo sobre los dos tributos en mención que golpearían a las personas de más altos ingresos directamente, pero que indirectamente también le pegarían al país.

Antes de entrar en detalles cabe mencionar que en Colombia actualmente las ganancias ocasionales tienen un impuesto de 10% y en la tributaria de Petro pasarían a estar gravadas con la tabla de tarifas de renta de personas naturales que podría variar entre 0 y 39%. Para el caso de los no residentes el impuesto sería de 30%. Este impuesto aplicaría para, según ciertos topes, la venta de inmuebles como viviendas, herencias, donaciones, seguros de vida, entre otros.

Respecto a los dividendos, la plata que las empresas reparten con sus accionistas, estos también están gravados con una tarifa de 10%, y se aplicarían las tarfias del impuesto de renta de personas naturales (entre 0 y 39%) y para los no residentes y empresas se aplicaría una tarifa de 20%.

Aunque el Gobierno no ha especificado puntualmente cuánto esperan recaudar por los ajustes en el impuesto a los dividendos y las ganancias ocasionales, según algunos cálculos de expertos, estos podrían dar alrededor de $2,5 billones.

Lo bueno

“Lo bueno de estos ajustes es que permiten nivelar el pago de impuestos de los diferentes ingresos, como son salarios, dividendos y ganancias ocasionales. Así, el objetivo es que exista mayor equidad en el pago de impuestos por tipo de ingresos”, dijo Gabriel Angarita, experto en temas tributarios.

Para Camilo Durán, economista senior de Credicorp Capital, entre lo positivo de plantear tarifas más altas en los impuestos a los dividendos y ganancias ocasionales está que el Gobierno tendría “mayor capacidad de gasto e ingresos que tendría a partir de estas modificaciones para seguir fortaleciendo las capacidades de atención y provisión de servicios en los nichos que más necesitan”.

“En términos de equidad, es muy positivo que la reforma tributaria aborde el tema de los dividendos y las ganancias ocasionales. La verdad es que actualmente las personas que tienen más altos ingresos tienen una tasa de tributación poco progresiva debido al tratamiento especial que tienen, especialmente, las ganancias ocasionales y los ingresos no laborales. La reforma tributaria del gobierno Petro intenta abordar ese problema, lo que es un elemento muy destacable”, resaltó Germán Machado, docente de economía de la Univeridad de los Andes.

Lo malo

Desde la visión de Angarita, lo malo de los ajustes propuestos en el impuesto a dividendos y ganancias ocasionales “corresponde a la forma de hacerlo en la reforma, al proponer igualar en todo sentido esos ingresos en términos de tarifa y rangos de ingresos”.

Para Ana Vera, economista jefe de IN ON Capital, “realmente el tema de las modificaciones a esos dos impuestos, es que da una mala señal a inversionistas y cambia las reglas de juego, que son claves a la hora de tomar cualquier decisión de inversión”.

Vera añadió que “contemplar que se pueda dar ganancia ocasional, por ejemplo, por la venta de inmueble y a una tasa de renta diferente dependiendo de los ingresos de quien lo compra, puede generar muchas distorsiones en el mercado inmobiliario, así mismo el caso de los dividendos, porque no habría incentivos a distribuir las ganancias o mejor dicho a que las empresas sean rentables”.

De acuerdo con Camilo Durán, lo malo del impuesto a los dividendos tiene que ver con la doble tributación porque “si uno es dueño de una compañía en la que tiene que pagar impuestos sobre sus utilidades y en algunos casos sobre sus ingresos, si además de eso cuando reparte sus utilidades al capturar las ganancias de su ejercicio económico le están metiendo otro impuesto y bastante alto, ahí le están gravando de manera significativa dos veces por la misma actividad económica”.

El lío, dice Durán, es que esa doble tributación podría tener efectos nocivos para la constitución de empresas y por consiguiente para la inversión y crecimiento en el largo plazo. “No hay tanto incentivo para meterse a hacer un ejercicio económico tan desafiante como lo es crear empresa si al final del día se está pagando una tasa efectiva de 60 o 70% si consideramos renta e impuesto a dividendos”.

“Los ajustes en el impuesto a dividendos y ganancias ocasionales no se pueden improvisar con unos que no tengan suficiente estudio sobre el impacto a nivel de inversión y crecimiento, porque eso puede afectar negativamente el mercado de capitales y a los hogares",

Ana Vera.

¿Cómo se podría mejorar el impuesto a los más ricos?

Según Gabriel Angarita, “el reto en el diseño de la propuesta es que requiere tomar en consideración la naturaleza de cada ingreso y sus características, como el hecho que los dividendos tributan doblemente. Así, se podrían hacer unos ajustes en términos de las tarifas aplicadas, de forma que puedan ser más moderadas para no afectar la competitividad de la economía, lo importante es que se mantenga un esquema de tarifas progresivas”.

Para Germán Machado, “el Gobierno tendrá que replantear el impuesto de ganancia ocasional que se genera en la venta de inmuebles y tendrá que decidir si continúa adelante con su propuesta de duplicar el impuesto a las herencias en el país, especialmente considerando que el monto exento de impuestos es incluso inferior al valor de una vivienda de interés social”.

Machado añadió que “como esta tributaria, equivocadamente eleva significativamente la carga empresarial, también deberá ajustar la tarifa de dividendos. Específicamente, desde el punto de vista empresarial, se deberá reconsiderar la tarifa de retención en la fuente”.

El docente de los Andes también dijo que se debería revisar desde qué monto se aplicaría el impuesto a los dividendos, pues en el caso de las personas naturales, “es extraño que a los dividendos se aplique exactamente la misma tabla de los ingresos laborales, y, también es sorpresiva la decisión de dejar libres de impuestos los dividendos de hasta $45 millones, cuando actualmente se pagan impuestos desde $12 millones y se trata de ingresos que son recibidos por las personas de altos ingresos”.