Estos son los puntos que no debería olvidar la nueva reforma laboral de Colombia

2023 sería el año de la laboral del Gobierno Petro. Con alto desempleo e informalidad, Colombia tiene una gran tarea, ¿qué cambios debería revisar la reforma?

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Bogotá — Gustavo Petro tiene claro que si quiere hacer reformas importantes debe lograrlo en el primer año de mandato que es cuando los gobiernos suelen tener mayor capital político. Primero la tributaria y luego la laboral, ese es el orden que ha trazado el Presidente.

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La tributaria ya surte su curso en el Congreso y se aprobaría este año para poder financiar nuevos gastos e intentar equilibrar las finanzas públicas que se enfrentan a altos niveles de déficit fiscal y deuda pública. Culminado ese proceso, en la primera legislatura de 2023 que arranca el 20 de julio, el Gobierno llevará la laboral al Legislativo.

Según la ministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez, el Gobierno de Petro quiere “producir una reforma laboral estructural de acuerdo con las necesidades de la gente, es decir, la recuperación de la jornada, vamos a revisar las formas de contratación y la optimización para resolver los conflictos laborales”.

Aunque lo mencionado por la ministra haría parte de los puntos principales a abordar en la reforma, expertos consultados por Bloomberg Línea reiteran que los ajustes deben ir más allá y pensar en una reforma “integral no solamente pensando en reducir costos del empleo formal, sino cómo mejoramos otros aspectos que incentivan la formalización laboral”, resaltó Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo.

En la misma línea Maribel Castillo, PhD profesora e investigadora de la Universidad del Valle, comentó que las reformas que se han hecho de manera aisladas en los últimos años representan para el nuevo Gobierno ejemplos de desarticulación que no han contribuido a mejorar las condiciones del mercado laboral.

“Con esto se debe buscar, en una nueva reforma, que el mercado laboral sea planteado como un factor fundamental y conectado a otros sectores importantes de bienestar social como la educación y la salud”, añadió Castillo.

La mayoría de expertos consultados coincide en que sobre la mesa debería estar la flexibilidad del mercado laboral y los costos de contratación para incentivar la generación de empleo formal. Sin embargo, esos no son los únicos puntos que toca revisar.

Los puntos que no debería olvidar la nueva reforma laboral

“La reforma laboral es uno de los temas pendientes que tiene Colombia. Los ajustes que se implementen en un proyecto como estos deben estar encaminados a disminuir la tasa de desempleo estructural que tiene Colombia, que resulta alta frente a sus pares de la región y de la OECD. La formalización del empleo y por tanto el incremento de la cobertura pensional son puntos que también deben estar en el centro de la discusión el próximo año”, resaltó David Cubides, gerente de investigaciones económicas de Alianza Valores.

Para Gustavo Acero, economista senior del Banco de Bogotá, aumentar la formalización de la fuerza laboral colombiana es clave y para ello es importante que “se flexibilice el salario mínimo como estándar de cotización para las personas informales dado que un porcentaje importante de dicho segmento devenga menos de eso”.

Acero añadió que también es importante “ajustar las condiciones laborales a las necesidades que se crearon durante y después de la pandemia. Hubo nuevas formas como el trabajo en casa, las cuales deberían establecerse en el mercado laboral para que no se queden como un mecanismo de urgencia que se creó en pandemia”.

“El mercado laboral colombiano no permite que las personas que están buscando empleo lo encuentren porque tenemos alta tasa de desempleo o, en el mejor de los casos, si encuentran lo hacen en informalidad”,

Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo.

Para Mejía es clave abordar la discusión de la nueva reforma desde una visión integral, más allá de revisar el recargo nocturno o eliminar algunos tipos de contratación debe hacerse un análisis de cuáles son los costos y beneficios del empleo formal para incentivar ese paso a la formalización.

El directivo de Fedesarrollo añadió que se deberían “reformar las contribuciones a la seguridad social en salud para pasar tarifas que son planas a progresivas, es decir, que entre mayor sea el ingreso, mayor sea esa contribución, lo cual generaría incentivos a la formalidad alrededor de un salario mínimo”.

Un seguro de desempleo también sería clave al incentivar la formalidad, dice Mejía, pues permitiría “justamente darle ese incentivo adicional a quién se formaliza a través de la posibilidad de acceder a ese seguro de desempleo cuando por alguna razón termine sin trabajo”.

Fortalecer la pertinencia de formación para el trabajo es absolutamente crítico porque no es solo la regulación per se del mercado laboral, sino cómo estamos formando a nuestros jóvenes, qué tipo de competencias le estamos dando y cuál es la pertinencia de esa formación. Ahí creemos que se pueden hacer algunos avances”, complementó Mejía.

Desde la visión de Maribel Castillo, hay que recordar que la brecha de género en el mercado laboral sigue vigente, razón por la que debería haber reformas con enfoque de género para impulsar la formación en el trabajo. “Es importante incentivar la formación en el empleo para las personas que están buscando trabajo, pero también revisar los NiNis (los que ni estudian ni trabajan) por género porque es posible que dado el desaliento que se nota en la oferta estemos teniendo muchas mujeres en el cuidado del hogar no remunerado”.

Para Mejía, de Fedesarrollo, se debe trabajar en la cantidad y calidad del servicio de la economía del cuidado para permitir que una gran cantidad de mujeres puedan participar del mercado laboral.