La Cepal mantiene en 2,7% previsión del PIB de Ecuador, cuyo reto es la inversión

En términos generales, Ecuador crecerá al mismo ritmo que América Latina y el Caribe (2,7%) en 2022, pero los desafíos son muchos

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QUITO — La buena noticia es que la Cepal mantiene la proyección de crecimiento de Ecuador en 2,7% para 2022, pero la no tan buena es que la economía nacional crecerá únicamente por sobre la de Perú (2,5%), Chile (1,9%), Brasil (1,6%) y Paraguay (0,2%) en Sudamérica. Es decir, se ubica en la mitad de los países con menor recuperación.

Sobre todo si se compara con naciones que crecerán hasta el 10%, como es el sorprendente caso de Venezuela, o con repuntes importantes como el de Colombia (6,5%), Uruguay (4,5%) o Argentina (3,5%) y Bolivia (3,5%).

En términos generales, Ecuador crecerá al mismo ritmo que América Latina y el Caribe (2,7%), según informó ayer la Cepal tras presentar una proyección de mejora de la economía regional, pues en abril había estimado el crecimiento en 1,8%.

De acuerdo con el organismo, los países de América Latina y el Caribe enfrentan un panorama económico y social muy complejo en 2022, pues a un mal desempeño del crecimiento económico se suman “las fuertes presiones inflacionarias, el bajo dinamismo de la creación de empleo, caídas de la inversión y crecientes demandas sociales”. Y en Ecuador se cumplen todas estas circunstancias.

¿TORMENTA PERFECTA?

Las últimas cifras oficiales mostraron una inflación anual en julio de 2022 de 3,86%, lo que representa un incremento de 3,41 puntos frente a igual mes de 2021. Además, si se compara la inflación anual en los meses de julio de años anteriores, se trata de la inflación más alta registrada desde 2015.

Respecto al empleo, a Ecuador tampoco le va muy bien, pues el empleo adecuado se mantiene estancado en 32%, con leves recuperaciones que no llegan a impactar la estructura del mercado laboral, y con una informalidad que supera el 50%.

Asimismo, en el primer trimestre de este año la inversión extranjera directa cayó 45%, con apenas US 138 millones. Esto tiene relación precisamente con el último punto, pues la inestabilidad política incide en la confianza de los inversores, y los recientes acontecimientos, especialmente el paro de junio, aleja las inversiones.

LA INVERSIÓN, EL GRAN RETO

Para la Cepal, esta situación se ha traducido en grandes desafíos para la política macroeconómica, que debe conciliar políticas que impulsen la reactivación económica con políticas dirigidas a controlar la inflación y dar sostenibilidad a las finanzas públicas, pero especialmente a mejorar la inversión, que es “el gran reto” de la región.

“En un contexto de múltiples objetivos y crecientes restricciones se requiere una coordinación de políticas macroeconómicas que apoyen la aceleración del crecimiento, la inversión, la reducción de la pobreza y la desigualdad, a la vez que enfrentan la dinámica inflacionaria”, declaró Mario Cimoli, Secretario Ejecutivo Interino de la CEPAL, en el lanzamiento del Estudio Económico 2022.

Entonces, para que las economías de la región puedan alcanzar una senda de desarrollo sostenible, inclusivo y que permita reducir la pobreza y la desigualdad y hacer los cambios necesarios para disminuir las emisiones de dióxido de carbono (CO2), “se requiere un aumento considerable de la inversión”.

Entre 1951 y 1979, la formación bruta de capital fijo (inversión) en términos reales creció en promedio un 5,9% anual, mientras que entre 1990 y 2021 la tasa de crecimiento promedio de la inversión fue de solo 2,9% anual. Por ello, la CEPAL hace un llamado urgente a aumentar la inversión en América Latina y el Caribe, que se ubicó en los niveles más bajos a fines de 2021 en comparación con otras regiones.

Para lograr esto último es necesaria una mayor coordinación entre la política fiscal, monetaria y cambiaria y aprovechar el conjunto de herramientas del que disponen las autoridades a fin de no subordinar el crecimiento y la inversión a la política antinflacionaria. Además, los esfuerzos macroeconómicos deben ser complementados por políticas industriales, comerciales, sociales y la economía del cuidado, indica el documento.

Dicho aumento de la inversión permitiría reducir los problemas de coordinación que inhiben la adopción de nueva y mejor tecnología y que, en consecuencia, impiden el necesario incremento de la productividad en las economías de la región. “La mayor inversión debe dirigirse al capital humano, físico, social y natural. Una parte importante del financiamiento para incrementar la inversión debe provenir de la movilización de recursos internos, pero la cooperación internacional debe acompañar este proceso”, apunta el reporte.

ECUADOR COJEA EN LA ATRACCIÓN DE CAPITALES

En Ecuador precisamente esa es una de las mayores tareas pendientes. En el primer trimestre de 2022, la formación bruta de capital fijo creció apenas 4% y, como se señaló antes, la inversión extranjera cayó 45%, el desempeño más pobre desde 2013.

Y aunque el Gobierno del presidente Guillermo Lasso ha prometido un ‘shock’ de inversiones para fomentar el crecimiento del país, aquello aún no se ha reflejado en la atracción de la IED.

A esto se suma que el país aún es visto como riesgoso para las inversiones. Recientemente, el Departamento de Estado de Estados Unidos realizó una evaluación sobre el clima de inversiones en Ecuador, y si bien destaca la sostenibilidad fiscal y el intento por mantener un ambiente favorable para la inversión extranjera, también menciona seis desafíos que deben tratarse con urgencia para mejorar el panorama del país y que son:

  • Reputación como país de alto riesgo
  • Políticas inestables y complejidad legal
  • Difícil relación política con el Legislativo
  • Menos inversión pública por la crisis
  • Dificultad para atraer inversión transparente y competitiva
  • Corrupción

Para EE.UU., el clima general de inversión sigue siendo desafiante ya que las políticas económicas, comerciales y de inversión están sujetas a cambios frecuentes.  El reporte señala que si bien no existen leyes o prácticas que discriminen a los inversionistas extranjeros, la complejidad legal resultante de la aplicación e interpretación inconsistente de las leyes y regulaciones existentes aumenta los riesgos y costos de hacer negocios en Ecuador.