Guatemala — La pandemia del Covid-19 provocó un crecimiento en el número de emprendimientos en fases tempranas en el país, y se debió a dos factores: personas que perdieron su empleo y con su liquidación decidieron abrir un negocio o bien por las nuevas necesidades de productos y servicios que surgieron durante la crisis sanitaria.
Esos emprendimientos aún están vigentes, y pese a que las medidas se han flexibilizado en los países no se observó una baja importante o cierres, “algunos dieron un giro a su negocio, pero continuaron”, explicó David Casasola, director de Investigación del GEM Guatemala.
Solo en el país hay 2.7 millones de emprendedores que generan ingresos a través de un negocio, según el último reporte del Monitor Global de Emprendimiento (GEM) Guatemala 2021-2022, elaborado por el Centro de Emprendimiento Kirzner (KEC) de la Universidad Francisco Marroquín desde el 2009 a la fecha.
El informe reveló que Guatemala ocupa la tercera posición como uno de los países en donde una mayor porción de su población adulta (18-64 años) es dueña y administradora de un negocio establecido (tiene más de 42 meses de estar funcionando). Esto según una comparativa de los indicadores del proceso emprendedor entre 47 países participantes.
Quieren ser empresas unicornio
Alexis Canahuí, fundador del Training Day, uno de los eventos que ha formado parte del ecosistema emprendedor en Guatemala, durante más de 10 años, comentó a Bloomberg Línea que los emprendedores están enfocados en crecer, y llegar a ser la próxima empresa unicornio, pero no están siendo rentables.
Están perdiendo dinero o como le llamamos dentro del ecosistema emprendedor, están “quemando el dinero”, es decir, que logran obtener capital a través de familia, amigos, no precisamente del sistema financiero, porque ese es un reto que no se ha logrado superar, señaló; y ese capital lo enfocan en abrir una oficina con el objetivo de contratar mucho personal.
“Eso no se traduce en crecimiento si desde el principio no se ajustan a sus capacidades, y se enfocan en lograr la rentabilidad y que se mantenga constante en el tiempo”, enfatizó.
La mentalidad del emprendedor actual debe estar orientada a generar valor, a resolver problemas y hacerlos rentables, pero están más enfocados en cómo tener una empresa grande y convertirse en unicornio, “y se están perdiendo en ese camino”, afirmó Canahuí.
Estos son los tres factores a tomar en cuenta, previo a pensar en crecimiento, explicó Canahuí:
- La era de las ideas: El emprendedor va a ser mucho más relevante para Guatemala y la región, principalmente, en los próximos cinco años, porque los negocios tecnológicos y especialmente de nativos digitales van a cobrar un auge importante. Surgirán nuevas ideas que deberán recibir asesoría de especialistas para que logren concretarse.
- Atraer inversión: En ese sentido, se observa que están regresando a Guatemala emprendedores que tuvieron éxito en el extranjero y quieren hacer algo en su propio país, buscan ayudar al ecosistema, pero se enfrentan a un sistema burocrático y leyes que no comprenden. Sin embargo, están interesados en apoyar nuevas ideas locales para que logren ser exitosas.
- Reiniciar, si es necesario: La pandemia del Covid-19 dejó varias lecciones a los emprendedores, pero están regresando a hacer los mismo previo a la emergencia, y no se trata de eso, porque los avances que se tuvieron en dos años se están estancando. El reiniciar no significa volver a hacer las cosas de la misma manera sino adaptarse a los tiempos actuales donde hay diversificación de los negocios, flexibilidad en el trabajo, y mayor colaboración regional.
En la lupa de los proveedores
Hay tres industrias que están acaparando la atención de los proveedores, por lo tanto, los emprendedores pueden aprovechar las tendencias y subirse a la ola, previo a pensar en grande, es mejor reorientar los esfuerzos que se están haciendo, enfatizó Canahuí.
- La primera son los negocios Fintech, aquellas soluciones que permitan una mayor inclusión financiera a través de la tecnología.
- La segunda, el comercio electrónico, pero el que está hecho a la medida de las necesidades de los negocios y compradores, sumando una buena experiencia.
- La tercera, es el desarrollo de software o programas que ayuden a simplificar procesos y hagan más eficientes a las empresas.
Mejorar marcos regulatorios
Mónica Río Nevado de Zelaya, líder del Equipo GEM Guatemala, comentó que la gran participación de las mipymes dentro del total de empresas existentes es una característica que se repite en la mayoría de países, pero en Guatemala es crucial contar con un entorno que permita un crecimiento en los negocios y sean competitivos a nivel internacional.
De Zelaya explicó que para lograrlo se necesitan acciones concretas y contundentes para lograr marcos regulatorios (salariales, tributarios, sanitarios, comerciales) estables y fáciles de cumplir.
Además, mejorar el acceso a infraestructura productiva, garantizar la seguridad de las personas y su patrimonio, certeza jurídica sobre las inversiones, eficiencia en la operación de puertos y aduanas.
“Los cuellos de botella que enfrentan las cadenas de suministro a nivel internacional, las presiones inflacionarias que enfrenta el mundo y el temor de una posible recesión a nivel mundial incrementan el sentido de urgencia de hilvanar una serie de cambios que mantengan congruencia a lo largo de distintos gobiernos de turno”, enfatizó la profesional.
