Bloomberg — El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, se comprometió a aceptar el resultado de las elecciones de octubre en Brasil un potencial intento de apelar a los votantes moderados, aún pese a que siguió planteando dudas sobre la integridad del proceso electrónico que se usa en el país.
Bolsonaro dio una entrevista de 40 minutos con el programa de televisión más visto del país, en la cual abordó varios temas, entre ellos la tensa relación del presidente con la Corte Suprema, su respuesta a la pandemia, su historial ambiental y económico, así como las recientes denuncias de corrupción en su Gobierno.
Cuando se le preguntó si respetaría el resultado de las elecciones, repitió acusaciones sin fundamento de fraude electoral en el pasado antes de responder que aceptará el resultado “siempre que la votación sea limpia y transparente”. Luego de que el conductor del programa insistiera en la pregunta, dijo: “¿Vamos a ponerle fin a esto? Resuelto, pasemos a otra pregunta. Respetaremos el resultado de la votación”.
El presidente, que se ubica detrás del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva en las principales encuestas de opinión, también buscó minimizar los enfrentamientos con los jueces de la Corte Suprema que autorizaron investigaciones sobre él y sus aliados por presuntamente difundir noticias falsas sobre el sistema de votación.
“Hoy en día esa relación está pacificada”, dijo. “Espero que hayamos dado vuelta esa página”.
Buscando intensificar su campaña y reducir la ventaja de Lula, la decisión de Bolsonaro de sentarse para una entrevista en vivo en el Jornal Nacional de Globo TV representa una especie de apuesta. Desde su elección en 2018, se ha peleado con el canal de televisión, el presentador del programa, William Bonner, y con gran parte de los medios de comunicación de Brasil, por lo que difícilmente podía esperar una cálida recepción.
Sin embargo, a seis semanas de las elecciones, una buena actuación bajo un duro interrogatorio ante una audiencia nacional sin duda podría dar un impulso a la campaña del mandatario.
Aliados anónimos citados por los periódicos Folha de S.Paulo y O Globo dijeron que Bolsonaro manejó bien el enfrentamiento con los anfitriones del Jornal Nacional, sin perder los estribos, lo que vieron como un resultado positivo.
Sin embargo, un monitoreo en tiempo real de las redes sociales realizado por la encuestadora Quaest mostró que las reacciones a los comentarios de Bolsonaro fueron en su mayoría negativas: el 65% de los espectadores en promedio desaprobaron sus respuestas, particularmente cuando repitió las acusaciones de fraude electoral o cuando respondió a las preguntas sobre la pandemia y la corrupción.
Estrategia de campaña
Horas antes de la entrevista, el equipo de Bolsonaro y sus aliados ya estaban trabajando para movilizar seguidores en las redes sociales, donde el presidente tiene una audiencia mucho mayor que su principal adversario, instando a los seguidores a ver la entrevista, pero cambiar de canal una vez que termine.
Por su parte, los opositores también recurrieron a las redes sociales para animar a los críticos de Bolsonaro a golpear ollas durante la entrevista para demostrar su descontento con el presidente.
Después de la entrevista, Bolsonaro publicó en las redes sociales un extracto de la entrevista, durante la cual dice que encontró a Brasil en una “situación crítica” en 2019, antes de lidiar con la pandemia, la sequía y la guerra en Ucrania. “Hicimos todo lo que pudimos para que el pueblo brasileño sufriera lo menos posible”.
Tres ministros, incluido el ministro de Economía, Paulo Guedes, y al menos uno de sus hijos acompañaron al presidente al estudio de Globo TV en Río de Janeiro.
La entrevista también prepara el escenario para el inicio el viernes de la publicidad electoral en radio y televisión, un escenario clave en las elecciones de Brasil cuando los candidatos tienen espacio libre en los medios tradicionales para presentar sus propuestas. Dos veces al día, Lula tendrá 3 minutos y 39 segundos de espacios publicitarios, mientras que Bolsonaro tendrá 2 minutos y 38 segundos. El tiempo asignado a cada candidato refleja el tamaño de sus alianzas.
El primer debate presidencial televisado está previsto para el domingo, pero ni Lula ni Bolsonaro han confirmado que asistirán.
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