Bogotá — Al margen de la tributaria, la reforma agraria está entre los principales puntos de la agenda del presidente colombiano, Gustavo Petro, quien busca avanzar hacia la paz total, tal y como lo ha denominado, bajo el principio de hacer las transformaciones que se requieren para generar mayor equidad y productividad en el campo.
Si bien consideró oportuno esperar cuál será la propuesta del Gobierno en detalle, el presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), Jorge Enrique Bedoya, calificó de “muy sano” que se busque garantizar la propiedad de la tierra a quienes no la tienen.
“Y en sentido utilizar todo lo que está en la Sociedad de Activos Especiales (SAE) por extinción de dominio del narcotráfico o de negocios ilícitos es una buena noticia”, señaló Bedoya en entrevista con Bloomberg Línea.
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En segunda instancia señaló que se requiere fortalecer el Fondo de Tierras, un mecanismo acordado en el punto uno del acuerdo de paz que busca otorgar tres millones de hectáreas a los campesinos del país en un lapso de 12 años contados a partir de su implementación.
Jorge Enrique Bedoya dijo que el Fondo de Tierras “también es importante” y que se requiere inyectar recursos para seguir aumentándolo.
En este sentido, se refirió al inventario de baldíos de la nación, que “es una tarea que la misma Corte Constitucional ha dicho que debe ser perentoria para el Estado como un todo”.
Para Bedoya también “será importante conocer en detalle lo que pueda ocurrir con el catastro mutipropósito y que eso genere mayores niveles de formalización a nivel rural”.
“Pero la reforma agraria a nuestro concepto va más allá del tema de la tierra. Yo creo que todos estamos de acuerdo en que esto debe ser un tema en el que se entrega tierra, hay títulos, pero también hay crédito, educación o asistencia técnica para que la gente sepa producir, pero también sepa vender”, dijo el presidente de la SAC.
Agregó que también es importante que “haya garantía de seguridad jurídica para quienes legítimamente, y obviamente con toda la documentación, sean propietarios de tierra en el país”, contando a pequeños, medianos y grandes productores.
“Creo que eso lograría un muy sano equilibrio y sería algo mucho más incluyente, pero también daría seguridad jurídica a quienes hoy tienen sus predios, insisto, legítimamente con todo el cumplimiento de la ley a la hora de adquirirlos”, señaló.
El futuro de las tierras improductivas
Consultado también sobre el plan del Gobierno de Gustavo Petro con respecto a las tierras improductivas y de crear un predial diferencial, como lo mencionó el mismo presidente, el líder de la SAC dijo que es importante aterrizar los conceptos para entender en qué terminaría ese impuesto.
“Los impuestos claramente son de resorte de los municipios, la ministra (de Agricultura, Cecilia López Montaño) ha sido muy consecuente explicando qué es lo que pretende frente al tema de la SAE, del catastro, en esta reforma tributaria no está incluido, pero habrá que ver qué es lo que ocurre si se generara un nuevo impuesto, o si simplemente lo que se utiliza es el avance del catastro a lo largo y ancho del territorio colombiano para que a partir de este pues evidentemente los municipios tengan la posibilidad de generar un recaudo o buscar que eso se configure como una herramienta para la reforma agraria”, añadió.
Recordó que en otras ocasiones le han manifestado al Gobierno que esto debe ser un tema de incentivos: “Qué bueno sería tener un incentivo vía el mismo catastro para quienes dediquen sus predios a producir alimentos y a garantizar la seguridad alimentaria”.
Asimismo, consideró que se requiere precisar “qué es lo que se considera jurídicamente tierra productiva o improductiva, entendiendo que claramente todos los sectores de producción de alimentos tienen que ser mucho más productivos, pero pues para eso también se requieren las herramientas que pueda proveer el Estado”.
Reemplazar importaciones
Finalmente, se refirió también al plan del presidente Petro de remplazar las importaciones con producción local en Colombia, un país que produce anualmente 73 millones de toneladas de alimentos e importa unas 13,8 millones, de las cuales más de mitad corresponden a los insumos que se utilizan para la producción de proteína de origen animal como el maíz, el trigo, la cebada, la soya, la torta de soya, entre otros.
“A la hora de buscar fortalecer la producción doméstica de los productos que se importan, lo primero, es que consideramos que el Gobierno nacional debe procurar garantizar esa seguridad jurídica que es tan importante para la toma de decisiones, la dotación de bienes públicos (las carreteras, la educación, la tecnología y demás) y tercero el presupuesto para asistencia técnica, aseguramiento de cosechas y el apoyo a la tasa de interés particularmente para pequeños productores”, señaló.
Señaló que el plan de reemplazar importaciones es una oportunidad de mercado, pero “hay que entender bien el modelo de negocio y por esa vía, como ya hay unos ensayos puntuales, en diferentes zonas del país, se podría fortalecer ese tipo de producción para que sea competitiva, sea rentable tanto para el que la produce como para el que la tiene que comprar y utilizarla como insumo, y eso daría cuenta de una buena iniciativa”.
“Indiscutiblemente ahí jugará un papel fundamental el uso de semillas mejoradas que den mayor productividad, el tema del cuidado de los suelos para la nutrición de los mismos y por su puesto el costo de los insumos. Entonces son muchas las variables que juegan en esto, pero indiscutiblemente es un proyecto que resulta positivo, deseable, pero pues evidentemente toca poder materializarlo teniendo en cuenta las dificultades que vivimos a diario en el campo con el clima, las carreteras, etc.”, complementó.