Estas startups compiten con Kavak por el creciente mercado de autos usados en México

El unicornio mexicano de autos seminuevos calcula que su mercado es de US$60.000 millones de dólares anuales, negocio que quieren compartir startups de reciente creación

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“Todos conocemos a una persona, un amigo o un familiar, que lo hayan ‘llevado al baile’ al comprar un auto usado, ya sea con el dinero o el coche era robado o tenía algún problema”, reclama Miguel Ángel Bulnes, cofundador y CEO de Caranty, startup que arrancó con la idea de transparentar las transacciones de compra y venta de autos usados en enero del 2022.

Los expertos en la industria automotriz consultados por Bloomberg Línea coinciden en que pese a los riesgos, todavía el 80% de las transacciones de compra y venta de autos usados se hace entre particulares.

La startup mexicana con ADN venezolano, Kavak, le ha dado la vuelta a los riesgos en la compra y venta de autos usados y creó una solución tecnológica para mitigarlos. El unicornio más valioso de América Latina, valuado en 8.7 mil millones de dólares calcula que el mercado de automóviles seminuevos en México es de US$60.000 millones de dólares anuales.

El mercado de los autos usados en México tiene tal potencial que han surgido en los últimos años startups como Caranty y Odetta que ofrecen soluciones alternativas a la Kavak para atacar las mismas problemáticas a medida que crece la oportunidad de mercado.

La demanda de autos seminuevos sigue aumentando debido a la escasez de autos nuevos por los problemas en la cadena de suministro y los chips. Una muestra es que, según datos de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA), durante el primer trimestre del 2022 creció 39% la internación de vehículos usados en México.

En México continuará la demanda de autos usados hasta que se estabilice la falta de inventario de vehículos nuevos, aseguró Alberto Torrijos, socio líder para la industria Automotriz en Deloitte, en una entrevista anterior con Bloomberg Línea. Y estimó que se extenderá hasta la segunda mitad del 2023, cuando comience una recuperación de la oferta de autos nuevos.

El mercado de automóviles usados seguirá teniendo un incremento a tasa anual de alrededor de un 3%, mientras que las previsiones de los especialistas del sector apuntan a que el valor de las ventas de este tipo de vehículos crecerá hasta situarse en torno a los 1,5 billones en 2027, según datos publicados por Statista.

Ante lo atractivo de este mercado Odetta y Caranty buscan su lugar en el mercado de autos usados con diferencias en sus modelos de negocio. Ambas startups quieren crecer no sólo en México sino expandirse hacia otros países de la región, como lo ha hecho Kavak.

Aunque este mercado podría no ir viento en popa como parece si se considera que la compañía de compraventa de autos usados Carvana, la empresa pública comparable con Kavak, ha sufrido pérdidas millonarias en la bolsa en Estados Unidos.

Caranty intermedia entre vendedor y comprador

Miguel Ángel Bulnes y Fernando Roldán comenzaron la idea de Caranty desde 2021, aunque la startup que funciona como un intermediario entre los vendedores y compradores de autos usados comenzó a operar en enero del 2022.

Caranty es como un marketplace especializado donde los vendedores pueden ofertar sus autos seminuevos, pero se diferencia de los avisos de ocasión o de otros marketplaces porque realiza verificaciones legales y técnicas antes de anunciar cualquier vehículo y se encarga de entregar el dinero al vendedor cuando el auto ha sido entregado. Además ofrece créditos automotrices entre particulares gracias a una alianza con el banco Santander.

Uno de sus principales diferenciadores con Kavak es la baja comisión que cobran por transacción. Caranty cobra una comisión del 4%, mientras que otras soluciones se llevan hasta el 40% del precio de la transacción, afirma Miguel Ángel Bulnes, su CEO.

Fernando Roldán, cofundador de Caranty y director de comunicaciones apunta que: “esto es gracias a la escalabilidad de nuestro negocio y a que nos apoyamos de la infraestructura de terceros (talleres mecánicos), entonces de esa manera podemos dar el mejor precio y más competitivo”.

“A diferencia de otros modelos nosotros no somos intensivos en capital, no necesitamos grandes bodegas o crear un lote donde puedan llegar los autos, no tenemos que tomar la depreciación por el tiempo porque tenemos alianzas con talleres comerciales, agencias e instituciones financieras. Hemos creado un ecosistema donde todos tienen beneficios y es ahí donde creamos valor”, explica Roldán.

Bulnes explica que cuando crearon Caranty lo hicieron con la intención de ofrecer a los usuarios, la seguridad y certeza que da una agencia y, por el otro lado, que los usuarios puedan tomar el control de la transacción, la libertad de las condiciones con transparencia.

Otra de sus diferencias con Kavak es que no hay límite en la antigüedad del auto a transaccionar. “No te decimos que si tu coche tiene menos de 10 años no te lo compro, aquí no importa porque siempre hay un mercado para todos”, apunta Bulnes.

Caranty ha levantado una ronda semilla de US$1,6 millones de dólares en agosto de 2021 de inversionistas ángeles entre los que destacan Alfredo Segura, quien fue managing director de Cornershop en México y Rodrigo Arévalo, que fue CEO de Uber en América Latina.

Con esa inversión armaron su equipo y la plataforma. Actualmente tienen una oferta de alrededor 800 coches de inventario y planean vender 2.500 autos para el cierre del año.

En julio Caranty anunció su llegada a Aguascalientes, Chihuahua, Guanajuato y Tamaulipas. Esto se sumó a su presencia en el Valle de México, Jalisco, Nuevo León, Michoacán, Querétaro, Coahuila y San Luis Potosí.

Odetta ofrece precios justos con inteligencia artificial

Las compañías novedosas de compraventa de autos lo son por el desarrollo de su tecnología, confía Daniel Esponda, director general de Odetta. La startup que arrancó en noviembre de 2021 brinda una plataforma online de compraventa de autos segura, donde se conservan los precios que se pueden conseguir en una compra entre particulares.

Antes de fundar Odetta, Esponda fundó Vende tu auto y la vendió a OXL, para formar OXL Autos. “Fuimos el mayorista de autos usados más grande del país”, asevera. Y aunque sus autos se vendían en subasta, notó que pese a que los clientes encontraban un mejor precio por sus autos, nunca estaban satisfechos.

“Las personas que venden a través de Odetta lo hacen por encima del 10% a un mejor precio que lo que pudiera ofrecer una empresa como Kavak”, asegura Esponda a Bloomberg Línea.

“Un negocio de compraventa se queda entre un 15 a 25% del valor de la transacción”, calcula Esponda, por lo que junto a su equipo construyó un algoritmo de inteligencia artificial que les ayuda a calcular el precio justo para vender sus autos.

Esponda, Iñigo Martínez Gil (director de finanzas), y Mohamed Hassan, (director de tecnología) comenzaron a desarrollar el software de Odetta, en 2020, justo antes de la pandemia.

En septiembre de 2021 recibieron un capital semilla de US$6.1 millones de dólares en una ronda en la que participó el fondo israelí Maniv Mobility, que tiene mucha experiencia en inversiones del sector automotriz y movilidad, Global Founders Capital y en México, Capital Invent, dirigido por Heberto Taracena.

“Lo que necesita la industria es la tecnología necesaria para dar la certidumbre de las condiciones mecánicas de un coche, de que la documentación de su auto está totalmente regla y de proteger la transacción y al hacerlo abrir el mercado para los productos financieros”, explica Esponda.

“También desarrollamos un software para hacer una inspección de los documentos extremadamente profunda a una velocidad muy rápida”, asegura Esponda.

Una vez que tuvieron la tecnología comenzaron a apalancarse de los talleres mecánicos para que ellos hicieran la revisión de los autos estandarizada, los cuales pasan por una evaluación bastante estricta sobre la calidad de sus procesos.

Odetta no tiene ubicaciones de inspección. “¿Para qué construirlas en México hay más de 200,000 talleres mecánicos?”, recalca Esponda. “Además, mantener ese inventario en distintas ubicaciones para vender el coche e infraestructura para revisarlos, prepararlos y almacenarlos es carísimo”.

El software de Odetta, describe Esponda, les permite construir un ecosistema de proveedores. Y para la parte de ofrecer crédito automotriz, desde 2020, se registraron como SOFOM (Sociedad Financiera de Objeto Múltiple) para poder hacerlo como cualquier institución financiera de manera transparente y ofrecer certidumbre a los compradores y vendedores.