Bloomberg — El repunte que experimentó la deuda argentina a fines de julio se estancó, mientras el nuevo ministro de Economía corre contrarreloj para convencer a los inversores de que puede convertir sus palabras favorables al mercado en acciones.
Los bonos en dólares de referencia de la nación con vencimiento en 2030 subieron más de cinco centavos hasta alrededor de 22 centavos por dólar en poco más de una semana, en medio de la especulación de que Sergio Massa sería nombrado “superministro” de Economía, lo que fue confirmado el 28 de julio. Pero, tras alcanzar su punto máximo el 8 de agosto, la deuda ha descendido.
Para que los bonos sigan subiendo, Massa debe controlar la inflación, que se precipita hacia los tres dígitos, reducir el déficit presupuestario y reforzar las reservas de divisas. La primera etapa para lograrlo sería convencer a los exportadores de cereales de que traigan sus ingresos de regreso al país, lo que aumentaría las reservas de dólares de Argentina. Pero eso no será fácil.
“El mercado incorporó una expectativa de alguna medida concreta”, dijo Carolina Gialdi, jefa de ventas y trading de mercados internacionales de Max Capital en Buenos Aires. “No veo cómo puede Massa alentar la liquidación de soja sin cierre de brecha cambiaria o sin eliminación de retenciones. Me parece que no va a pasar”.
Las reservas internacionales brutas de Argentina han caído a su punto más bajo desde diciembre de 2016, mientras que las reservas netas están en un nivel tan bajo que el Gobierno probablemente no será capaz de evitar una devaluación única durante mucho más tiempo. Pero, el Gobierno del presidente Alberto Fernández ha declarado en repetidas ocasiones que no devaluará el tipo de cambio oficial, argumentando que desencadenaría otra ola de subas de precios y una mayor inflación, que se estima supere el 90% este año.
El equipo de Massa habría pedido a los exportadores de cereales y a las empresas procesadoras que traigan hasta US$1.000 millones al país, ofreciendo pagar intereses sobre los dólares, para aumentar las reservas del banco central. El Gobierno también ofrecerá a los bancos una letra del Tesoro a 180 días para invertir los depósitos procedentes de las ventas de exportación.
“Hay una gran urgencia aquí”, dijo Alberto Bernal, estratega jefe de XP Investments. “El Banco Central no puede seguir vendiendo reservas, porque ya están en niveles que no son consistentes con la estabilidad financiera”.
La semana pasada, Argentina realizó la mayor alza de tasas de interés en casi tres años, en un intento por enfriar la inflación, que ya supera el 70%. El país también está avanzando en la reducción de los políticamente impopulares subsidios a las tarifas de los servicios públicos en un intento por cumplir con su programa de US$44.000 millones con el Fondo Monetario Internacional.
Sin duda, si el Gobierno no puede revertir la situación en los próximos meses, la oposición favorable al mercado probablemente tendrá mejores resultados en las elecciones presidenciales de octubre de 2023. En el mejor de los casos, los bonos soberanos podrían subir hasta 40 centavos por dólar hasta diciembre de 2023, escribió en una nota Javier Casabal, estratega de renta fija de Adcap.
Pero, si no se cumplen los compromisos de frenar el gasto fiscal y dejar de imprimir dinero para financiar el déficit, Argentina está condenada a una alta inflación hasta entonces, especialmente si aumenta el gasto social antes de las elecciones, según Joaquín Almeyra, operador de renta fija de Bulltick LLC en Miami.
“La inflación se mantendrá alta, si no hay un cambio real en el camino”, dijo Almeyra. “El Gobierno de Fernández tratará de recortar algunos gastos en el corto plazo, pero al final volverán a caer en los viejos hábitos cuando pase el calor”.
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