Ciudad de México — La empresa noruega Equinor busca salir del negocio petrolero en México desde hace más de un año, tras su llegada en 2016 con la apertura del sector petrolero a la inversión privada y su participación en dos bloques en aguas profundas del Golfo de México.
Un vocero de la compañía dijo a Bloomberg Línea que el año pasado el gigante estatal, que llegó al país con el nombre de Statoil, ajustó su estrategia de exploración y producción en la que decidió salir de algunos países, México incluido.
“Podemos confirmar que estamos en proceso de regresar el bloque 3 operado por Equinor a las autoridades mexicanas. Equinor envió una notificación de renuncia a Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) el 3 de junio de 2021″, declaró el representante de la petrolera.
El contrato en cuestión, CNH-R01-L04-A3.CS/2016, está en aguas profundas frente a las costa de Veracruz. Cuenta con un programa mínimo de trabajo (PMT) de 57.700 unidades pero solo acredita el 10% con una fecha límite para concluirlas el 5 de abril de 2022.
Equinor se ha enfocado en sus proyectos de hidrocarburos más rentables, energía intermitente como solar y eólica, captura de carbono y producción de hidrógeno con gas natural y con tecnologías más limpias.
La revista local Expansión reportó previamente la salida de Equinor en agosto de 2021.
El regulador encargado del procedimiento, presidido por Rogelio Hernández Cázares, ha resuelto solicitudes posteriores en menos de tres meses.
Un botón de muestra ocurrió el 27 de mayo de 2022, cuando la empresa petrolera BP notificó a la Comisión la renuncia irrevocable a la totalidad del contrato CNH-R03-L01-G-CS-03/2018 en sociedad con Total, Hokchi Energy y QPI México, aprobada el 4 de agosto con fecha efectiva para el 26 de noviembre de 2022.
El otro contrato en el que participaba Equinor, CNH-R01-L04-A1.CS/2016, operado por BP, fue cedido a a la empresa francesa Total Energies en febrero de 2022, apenas dos meses después de la solicitud al regulador mexicano en diciembre de 2021.
Bloomberg Línea consultó a la Comisión Nacional de Hidrocarburos sobre la situación, pero no obtuvo respuesta.
Equinor no es la única compañía que está saliendo del sector. La empresa británica BP también está en proceso de abandonar el negocio de exploración petrolera en México, aunque conservará operaciones en la venta de combustibles con una red de 500 gasolineras y transporte de gas natural a clientes industriales.
AMLO contra empresas privadas
El presidente Andrés Manuel López Obrador, conocido como AMLO, ha recortado el presupuesto de los reguladores energéticos, a los que considera organismos burocráticos.
El sector de exploración y explotación de petróleo y gas en el país también es desfavorable para las compañías privadas, a pesar de los altos precios del crudo y la creciente demanda de combustibles fósiles a nivel mundial tras los bloqueos a Rusia, uno de los tres principales productores del crudo y gas del planeta.
López Obrador ha criticado el desempeño y resultados de las empresas, las cuales apenas aportan 5% de la producción total del país, casi una década después de que se abrió el sector a la inversión privada.
Las petroleras han incumplido con sus inversiones comprometidas, además de fracasar en sus metas de producción año con año desde que se tiene registro.
AMLO incluso mencionó en septiembre de 2021 que algunos contratos podrían ser cancelados, pero el Gobierno decidió no hacerlo para evitar un “alborto”, dijo, aunque las petroleras ganadoras han vendido diversos contratos que el mandatario calificó como “pura especulación”.
“Engañaron que iba a llegar mucha inversión extranjera, a raudales iba a llegar dinero, ‘la dolariza’, decían, ‘ahí viene la dolariza’. Pues no llegó nada y, de esos 110 contratos, son muy pocos los que están activados, la mayoría no tienen ningún trabajo, no hay ninguna inversión”, comentó el mandatario en una conferencia de prensa.
El Gobierno del expresidente Enrique Peña Nieto prometió una producción de tres millones de barriles diarios de petróleo en 2018 con la apertura del sector a la inversión privada mediante su reforma energética, pero esto no se ha logrado. La extracción ha caído hasta 1,7 millones, desde los 2,5 millones diarios que producía Pemex cuando se aprobó el cambio a la Constitución Mexicana.