Uruguay elevó tasa de interés hasta 10,25% y el BCU anticipa que habrá más subas

El regulador señaló el “compromiso de profundizar el talante contractivo” de la política monetaria en caso de que expectativas no cambien

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Montevideo — El Banco Central del Uruguay (BCU) resolvió este lunes elevar la tasa de interés de política monetaria (TPM) en 50 puntos básicos hasta 10,25%, informó la institución en un comunicado emitido tras la reunión de su Comité de Política Monetaria (Copom). El regulador afirmó que continuará con “aumentos similares en las próximas reuniones”.

“Con ello se llegaría hacia fin de año a niveles de tasa consistentes con la convergencia de las expectativas hacia el rango meta. No obstante, reafirma el compromiso de profundizar el talante contractivo de la política en caso de mantenerse rígidas a la baja dichas expectativas”, sostuvo el comunicado.

El directorio del BCU insistió con su “preocupación por la rigidez” de las expectativas de inflación de los agentes del mercado, en el mismo sentido a lo señalado tras la reunión anterior del Copom. Además remarcó que la decisión de este lunes “profundiza la fase contractiva de la política monetaria”.

El incremento de la tasa de interés fue el noveno consecutivo de un ciclo de alzas que empezó en agosto de 2021, en busca de alinear las expectativas. La inflación en los 12 meses cerrados a julio se reaceleró hasta 9,56%, todavía lejos del rango meta que desde setiembre se ubicará entre 3% y 6%.

Los próximos aumentos

El gerente de Análisis Económico de CPA Ferrere, Nicolás Cichevski, dijo a Bloomberg Línea que “la decisión del BCU estuvo dentro de lo esperable” aunque, según su criterio, dada la rigidez de las expectativas y la inflación de julio algo superior a lo previsto, “cabía la posibilidad” de que el incremento fuese algo superior, en el orden de unos 75 puntos básicos.

“Dado lo anunciado hoy, y lo expuesto en el último informe de política monetaria, sería esperable que la tasa se ubicase en el entorno del 11,5% hacia fin de año, aunque ello dependerá de cómo evolucionen las expectativas en los próximos meses”, completó Cichevski.

Marcelo Sibille, gerente de Consultoría Económica de KPMG Uruguay, afirmó a Bloomberg Línea que el aumento estuvo en el margen de lo esperado, aunque de su parte había indicado que una suba de 25 puntos básicos era una “señal suficiente”. En ese sentido, señaló que “en caso de continuar con una senda agresiva en el proceso de aumento de tasas, mayor será el riesgo de atraso cambiario”.

“En lo personal no me hubiera comprometido en anunciar futuras subas de tasas de la misma magnitud. Hubiera preferido una estrategia de ‘wait and see’”, añadió. Dentro de sus argumentos, sostuvo que el trimestre agosto-octubre de 2021 fue “el de inflación más alta en los en los últimos siete años”, por lo que es “razonable” esperar una desaceleración en los próximos meses. “Eso tal vez podría ameritar suspender, o al menos reducir, la magnitud de la suba de tasas en las próximas reuniones”, dijo.

Por su parte, Santiago Jauregui, portfolio manager de Gletir Corredor de Bolsa, afirmó que los 50 puntos básicos “es una decisión escuchando al mercado” y “en línea con lo esperado”. Además apuntó que se mantiene una buena demanda por bonos en Uruguay.

La evolución de las expectativas

Tras la anterior reunión del Copom del 6 de julio, el BCU manifestó su “preocupación” por la “rigidez” de las expectativas de los agentes del mercado. Y el aspecto volvió ser mencionado en el comunicado de este lunes.

En la última encuesta de Expectativas de Inflación del BCU, difundida el 19 de julio, los analistas proyectaron una inflación para fin de año en 8,6% y a 24 meses en 6,9%, en ambos casos por fuera del rango meta. Una nueva encuesta de expectativas del BCU será difundida este martes.

Tanto Cichevski como Jauregui advirtieron que la inflación persistente atiende a factores de la coyuntura externa como el incremento del precio de los commodities y a dificultades de las cadenas de suministro, que afecta la oferta de productos. De todos modos, Uruguay ya tenía un nivel promedio de inflación de entre 7% y 9%, incluso antes del último shock de precios.

Más allá de los factores coyunturales, el gerente de CPA Ferrere indicó que la falta de un cambio de las expectativas también responde a asuntos estructurales, entre los que destacó la indexación de los salarios. En ese sentido, Cichevski señaló que, en caso de acordarse eventuales en algunos sectores ajustes por inflación pasada, sería “algo defendible desde el punto de vista de la recuperación de los ingresos de esos sectores, pero que no constituye una señal positiva para reducir las expectativas de inflación”.

Consultado, Sibille de KPMG Uruguay afirmó que “las expectativas no ceden porque los antecedentes juegan en contra”. “Desde que el techo de la meta de inflación se fijó en 7%, durante el 84% del tiempo la inflación efectiva estuvo por encima de dicho techo. Por eso recuperar la credibilidad para que ésta pueda convertirse en un ancla en sí de la política monetaria es una tarea difícil para el BCU”, concluyó.