QUITO — A Jenny le pagan US$ 100 mensuales por cuidar a un niño, a Roberto US$ 90 semanales por pintar una casa y Yoksa gana US$ 15 diarios vendiendo arepas en un parque de Quito. Todos ellos son venezolanos, y para ninguno ha sido fácil sobrevivir desde que llegaron a Ecuador.
“No me puedo quejar, al menos tengo trabajo y la gente me ha tratado bien”, cuenta Roberto a Bloomberg Línea. Y dice eso a pesar de no contar con seguridad social ni ganar siquiera el sueldo básico (US$ 425). Al mes reúne US$ 360 y con eso debe dar de comer a sus tres hijos. Ha vivido seis años en Quito y, a pesar de ello, no termina de formalizarse.
La informalidad, la pobreza y el estatus migratorio irregular son tres condiciones que marcan a la población migrante y refugiada venezolana en Ecuador; pero no solo eso, también tienen dificultad para cubrir sus necesidades básicas y han debido recurrir a más de una estrategia para sobrevivir. A pesar de ello, nueve de cada diez encuestados asegura que quiere permanecer en Ecuador.
Según un informe recientemente publicado por el Grupo de Trabajo para Refugiados y Migrantes (GTRM), 67% de los venezolanos encuestados no accede a alimentos suficientes, cifra que aumenta al 69% entre las familias que tienen niños, niñas y adolescentes. Adicionalmente, un 79% de la población vive de trabajos informales y 72% tiene ingresos per cápita de máximo US$ 84 al mes.
Ese es el caso de Yoksa, que mensualmente obtiene alrededor de US$ 300 con la venta de arepas, pero al dividir ese monto para los cuatro miembros de su familia (ella y tres niños), resulta a US$ 75 per cápita. “Es complicado, hay días que comemos dos veces o sola una, pero como sea me las he arreglado con tal de no mandar a mis hijos a pedir a las calles”.
Para entender mejor las cifras, se debe considerar que Ecuador alberga el tercer número más alto de personas refugiadas y migrantes de Venezuela en el mundo, con un poco más de 513.000 personas. De las cuales, alrededor de 73% vive actualmente en condición irregular. “Con un 91% de las personas encuestadas que ha mencionado querer quedarse en Ecuador, prevalece la necesidad de fortalecer la integración”, señala el reporte.
LAS PRINCIPALES NECESIDADES
Las personas encuestadas tuvieron la posibilidad de identificar las tres principales necesidades que enfrentan. El 82,8% de los hogares menciona que el acceso a alimentación es la mayor necesidad identificada, seguida de albergue o alojamiento, en un 64,4%, y empleo, en un 52,6%.
Otra categoría importante es el acceso a servicios médicos, con un 26,5%. En total, se registran 6.455 respuestas y estas cuatro categorías agrupan al 78,5% de las menciones.
Gráfico 1
Necesidades priorizadas por los grupos familiares
Si se comparan las respuestas con evaluaciones previas (julio-agosto de 2020 y mayo de 2021), se observa que las cuatro principales necesidades en todos los años son alimentación, albergue/alojamiento, empleo y servicios médicos. Así, en 2022, el acceso a alimentos sigue siendo la necesidad principal de los grupos consultados.
También se registra un cambio entre alojamiento y empleo en la segunda y tercera posición, siendo que las necesidades de alojamiento aumentaron y se colocaron en segundo lugar en comparación al año anterior, desplazando la necesidad de empleo al tercer puesto. Cabe anotar que las necesidades de documentación y educación, para mayo de 2022, tienen un mayor porcentaje de menciones en comparación con 2021.
Al analizar las principales necesidades según el género, no se observa un cambio en el ranking entre las categorías de necesidades, pero sí es posible diferenciar que “el género femenino confiere mayor ponderación a servicios médicos y educación, en tanto que el género masculino otorga mayor peso a empleo y la obtención de documentación”, categoría que incluye asesoramiento para el asilo y la regularización de la situación migratoria.
SEGURIDAD ALIMENTARIA
Está claro que la principal necesidad de los grupos familiares encuestados es el acceso a alimentación. Pero para analizar a mayor profundidad esta temática, se consultó si el grupo familiar tuvo o no suficientes alimentos para sostener a todos sus miembros durante la última semana.
En 2022, el 34% de los grupos familiares informó tener acceso a una cantidad suficiente de alimentos; este porcentaje es mayor al observado en 2021 (27%) y al 2020 (28%). Si se suman las categorías de acceso parcial y no acceso a alimentación suficiente, se observa que en conjunto para 2022, el 65,9% de los grupos registra problemas para acceder a alimentos, mientras que fue 73% en 2021 y 72,0% en 2020.
“Los datos dejan en evidencia que existe una mejoría en el acceso a alimentos respecto a 2021; no obstante, se tiene todavía un porcentaje alto de grupos familiares con problemas para acceder a alimentos”, señala el texto.
Gráfico 2
Acceso suficiente a alimentos
Si se dividen a los grupos familiares según el rango de ingresos mensuales reportado y se analiza el acceso a alimentación suficiente, se observa que “mientras mayor es el ingreso más son los grupos que reportan tener acceso suficiente a alimentos y menor es el porcentaje que indica no tener acceso a alimentos”.
Para efectos del análisis comparativo –explica el documento-, al pasar de un rango de ingresos mensuales muy bajo (US$ 0 a 80) a otro ligeramente superior (US$ 80 a 150), se observa que varios grupos familiares pasan de una situación de carencia total de alimentos a una situación de restricción parcial y de acceso suficiente.
Si se avanza en la distribución de ingreso en los rangos de US$ 150 a 240 y de US$ 240 hasta 1.000, se distingue una reducción importante (de 19 puntos porcentuales) en quienes indican tener acceso de forma parcial y un aumento considerable (de 20 puntos porcentuales) en quienes indican tener acceso suficiente a alimentos.
El estudio también indagó sobre las estrategias utilizadas por los hogares que señalan no tener acceso a alimentos para hacer frente a esta carencia y observó que en 2022:
- 87,8% de grupos familiares consume alimentos más baratos o de menor calidad
- 79,6% reduce el tamaño de las porciones de comidas por día
- 73,6% reduce el número de comidas al día
- 67,5% pide alimentos prestados/fiados a familia y amigos
- 54,1% restringe los alimentos de algún miembro del grupo familiar para beneficiar a los niños/niñas.
Estos porcentajes no han cambiado significativamente al compararlos con 2021.
INTEGRACIÓN ECONÓMICA
El estudio consultó a los entrevistados sobre su situación laboral y concluyó que en 2022 el 65,7% de las personas tiene empleo. Respecto a 2021, es una disminución de 4,2 puntos porcentuales en el desempleo. Como referencia, estos indicadores son menores a los observados a nivel nacional en Ecuador, en donde el 94,1% de las personas en edad laboral tiene alguna forma de empleo en zona urbana para abril de 2022.
Respecto a las personas empleadas formalmente, se evidencia que 21% de la población encuestada trabaja en el sector formal y el 79% en el informal. Se observa un deterioro de este indicador respecto a 2021. Jenny es parte de esta estadística. Ella recibe en su casa a niños pequeños para cuidarlos. Por cada uno, percibe mensualmente entre US$ 85 y US$ 100, y aunque esos ingresos le permiten vivir relativamente bien, su trabajo es informal, no está afiliada a la seguridad social ni emite facturas por sus servicios.
“Para nosotros todo es más complicado: sacar RUC, facturas, afilarnos al Seguro Social… por eso no lo he hecho y no creo que lo haga tampoco”, sostiene,
Además, los datos muestran que el ingreso laboral mensual promedio que percibe un hogar conformado por hasta cuatro integrantes es de US$ 212,81, mientras que los hogares de 5 a 8 miembros reciben un ingreso medio de US$ 235,54.
“No obstante, los hogares más numerosos, que van desde 9 hasta 12 miembros, reciben un ingreso de US$ 260,56, siendo totalmente lo opuesto para los hogares que se constituyen con más de 12 personas, que reciben al mes US$ 73,33″, anota el reporte.
Como referencia, al estimar el ingreso laboral per cápita promedio de los integrantes de los grupos familiares, el 72,7% no supera los US$ 85,60, valor equivalente a la línea de pobreza medida por ingresos a diciembre de 2021 para Ecuador. En 2021, el 86% de los integrantes de los grupos familiares no superó los US$ 84,05 (línea de pobreza de diciembre 2020), por lo que existe una mejora respecto a dicho año.
En cuanto a la pobreza extrema (US$ 48,24), se observa que 41,9% de los integrantes de los grupos familiares se encuentra bajo la misma. Este porcentaje fue de 55,9% en 2021, año en que la línea de pobreza extrema fue US$ 47,37. “A pesar de la mejora observada en 2022, los indicadores reflejan la necesidad de medios de vida de las personas venezolanas en movilidad”, destaca el informe.
SE PRIORIZA MÁS LA COMIDA
Al consultarles sobre la priorización del gasto en alimentos y bebidas, vivienda, educación, salud y artículos de higiene en el presupuesto familiar, los gastos en alimentos y bebidas son los principales, pues 73% los catalogó como prioridad alta.
Se observa entonces que, a pesar de que educación es una de las principales necesidades, al momento de destinar los recursos económicos el 32% la califica como prioridad baja y 31,6% como prioridad media.
Gráfico 3
Priorización de gastos según categoría
ESTATUS MIGRATORIO
Para indagar sobre el estatus jurídico, migratorio y las necesidades de regularización, los investigadores consultaron sobre el tipo de visa con la que cuentan los encuestados y se obtuvo que en 2022 un 73,3% no posee visa o tiene una visa vencida, “por lo que se encuentran en una situación irregular”. Respecto a 2021 se observa un incremento de 11,5 puntos porcentuales en el porcentaje de personas en esta situación.
Excluyendo a los encuestados que prefirieron no contestar esta pregunta, se observa que, en 2022, un 25,2% tiene algún tipo de visa. En 2021 este porcentaje fue 35,2%, “por lo que se observa un deterioro”.
Respecto al tipo de documento de identidad del país de origen, se encontró que el 67,9% tiene cédula o documento de identidad vigente, el 24,5% tiene pasaporte expirado, solo el 18,8% tiene pasaporte vigente, 14,2% tiene su cédula o documento de identidad expirado, 12,9% tiene su registro de nacimiento, 2,9% no cuentan con ningún documento y un 0,6% prefiere no contestar.
Pero, además, 85,6% de hogares tuvo que emplear alguna estrategia de afrontamiento, como pedir dinero prestado a amigos y familia para satisfacer sus necesidades esenciales (66,7%). Le sigue el aumentar las horas de trabajo, con 57,8% de menciones. En tercera posición, el 36,4% reporta vender bienes, en cuarta posición está pedir dinero en la calle (15,5%), en quinta posición, sacar a los niños, niñas y adolescentes de la escuela (6,2%) y, por último, el 2,5% manifiesta que ha tenido que enviar a algún niño, niña y/o adolescente del grupo a realizar actividades de subsistencia del hogar.
Gráfico 4
Porcentaje de grupos familiares que ha tenido que implementar diferentes estrategias para satisfacer sus necesidades esenciales
“En este contexto humanitario difícil, procesos como el de regularización anunciado por el Gobierno son clave”, dijo Giovanni Bassu, representante de ACNUR en Ecuador y colíder del GTRM. “Tener un estatus regular en el país les permitirá tener la oportunidad de trabajar, tener más protección laboral y, además, poder aumentar su capacidad de adquirir insumos básicos, y así de poder contribuir más a la economía local”, añadió.
En este ejercicio se levantaron 2.240 encuestas en 23 provincias del país. Los grupos familiares encuestados tienen un mayor porcentaje de mujeres mayores de 18 años (59,4%) y de niños, niñas y adolescentes (43,0%) ya que las bases de datos utilizadas para obtener la muestra de la Evaluación Conjunta de Necesidades corresponden a beneficiarios de asistencia humanitaria, donde los grupos familiares con mujeres y niños, niñas y adolescentes son prioritarios.
El tamaño de los grupos familiares para 2022 es de 3,8 en promedio; este valor es superior al 3,5 proyectado para Ecuador en 2020. Los hogares encuestados están compuestos por 8.555 miembros, integrados en un 43,0% por niños, niñas y adolescentes entre 0 y 17 años, en 54,1% por adultos entre 18 y 65 años y en un 2,9% por adultos de más de 65 años.
Jenny, Robert y Yoksa esperan que la regularización que anunció el Gobierno hace algunas semanas se cristalice, pues quien huye de su país lo hace buscando más oportunidades, y no días más complicados que los que dejaron atrás.