Bloomberg — En ciudades de toda Gran Bretaña, la población está intensificando las protestas contra el aumento del costo de la vida y el alza de las facturas de energía de los hogares, que se prevé que alcancen las $5.000 libras esterlinas (US$6.000) el próximo año. Y las grandes empresas están tomando nota.
“Estas cifras se salen de lo normal y están fuera del alcance de la mayoría de la gente en todo el país. Por eso, cuando los manifestantes piden que se congele el tope de precios, entiendo perfectamente de dónde vienen”, dijo el CEO de Scottish Power, Keith Anderson, en un comunicado publicado el domingo en el sitio web de la empresa.
El ejecutivo instó al gobierno a que ofrezca su apoyo “en la medida y la escala” de la pandemia de Covid-19.
Una campaña denominada “Power To The People Glasgow” organizó el viernes una protesta ante la sede de Scottish Power, que es propiedad del gigante energético español Iberdrola SA (IBEN). La iniciativa, lanzada por el concejal laborista local Matt Kerr y la sindicalista Frances Curran, reclama la congelación de los precios de la energía, el fin de los contadores de prepago (un método de pago más caro que suelen utilizar los hogares más pobres) y el fin de las comisiones por pago de deudas.
Otra organización, “Enough is Enough” (Ya basta), tiene previsto iniciar una serie de 50 concentraciones en todo el Reino Unido el miércoles. El grupo de izquierda, respaldado por la diputada laborista Zarah Sultana y por dirigentes sindicales como Mick Lynch, pretende eliminar la carga financiera de los consumidores. Sus objetivos incluyen un aumento salarial en términos reales, la reducción de las facturas de energía, el fin de la pobreza alimentaria, la construcción de viviendas asequibles y el aumento de los impuestos para los que más ganan y para las corporaciones.
Una iniciativa popular, “Don’t pay” (No pagues), insta a los consumidores a dejar de pagar las facturas energéticas. A medida que la gente hable entre sí y corra la voz, el impago se convertirá en una postura socialmente aceptable frente a la injusta y desleal escalada de precios de las compañías energéticas”, dijo a Bloomberg el organizador de “No pagues”, Jeffrey James, en una declaración enviada por correo electrónico. Hasta el momento, casi 170.000 personas se han comprometido a dejar de pagar sus facturas de energía en octubre y más de 30.000 se han apuntado a organizar reuniones hasta el momento.
La iniciativa “Don’t pay” se puso en marcha durante una manifestación sindical en junio y cobró fuerza después de que empresas energéticas como Shell Plc y Centrica Plc, que suministran gas y electricidad a casi un tercio de los hogares del Reino Unido, registraran ganancias récord.
Shell ha repartido una prima salarial del 8% a la mayoría del personal y tiene previsto devolver US$6.000 millones en efectivo a los accionistas en forma de recompra, mientras que Centrica, propietaria de British Gas, reanudó los dividendos por primera vez desde el inicio de la pandemia.
“El impago masivo no es una idea nueva”, dijo James, refiriéndose a los “Poll Tax Riots” (disturbios por el impuesto electoral) que vieron una oposición generalizada a un gravamen introducido por la primera ministra Margaret Thatcher y que finalmente contribuyó a su caída. “El ritmo al que ya está cobrando impulso en pueblos, ciudades y comunidades de todo el país demuestra que podemos estar dirigiéndonos hacia un momento similar”.
En octubre, todos los hogares del Reino Unido recibirán 400 libras del gobierno para ayudar a pagar las facturas de energía, pero el aumento de los precios al por mayor significa que es poco probable que la ayuda esté a la altura de la magnitud del problema. Según el servicio de comparación de precios Unswitch.com, la deuda energética en julio ya era más del doble de la del pasado septiembre, alcanzando un total de $1.300 millones de libras, y eso antes de que entre en vigor en octubre un aumento previsto del tope de precios de la energía.
Estas protestas se producen en un momento en el que una ola de huelgas recorre el país en respuesta al aumento de los precios y la caída de los salarios reales. Miles de trabajadores, desde abogados hasta conductores de tren, han organizado paros, mientras que los trabajadores de Royal Mail y Correos harán lo mismo dentro de unas semanas. Las enfermeras del Servicio Nacional de Salud de Inglaterra y Gales votarán si hacen huelga el mes que viene, en lo que podría ser el primer paro de la historia del Real Colegio de Enfermería.
Coll McCail, organizador de “Power To The People Glasgow”, dijo que se siente inspirado por la acción industrial vista en todo el Reino Unido. “Se está generando un clima en el que la gente se siente preparada para luchar no sólo contra su empleador, sino también contra su compañía energética y su casero”, dijo. “Demuestra lo harta que está la gente”.
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