Bloomberg — Un Ikea de Shanghái mostró escenas de pánico el pasado sábado, luego de que autoridades sanitarias intentaran cerrar la tienda y poner en cuarentena a quienes se encontraban dentro tras enterarse que un contacto estrecho de un paciente de Covid-19 había estado allí.
La posibilidad del cierre de la tienda hizo que los compradores salieran corriendo y gritando, en un intento de dejar el edificio antes de que se bloquearan las puertas, según mostraron imágenes publicadas en redes sociales.
Los 25 millones de habitantes de Shanghái ya tienen experiencia lidiando con confinamientos: se les prohibio dejar sus casas durante dos meses esta primavera boreal en un esfuerzo de erradicar el Covid-19.
Las autoridades sanitarias de la ciudad dijeron que habían impuesto “medidas de control temporales” en la tienda tras descubrir que un contacto cercano de un niño de 6 años con una infección asintomática había estado allí. No dijeron cuándo estuvo la persona en la tienda. Todas las personas que se encuentren en Ikea y en otras zonas afectadas deberán permanecer en cuarentena durante dos días y luego realizarán cinco días de vigilancia sanitaria, dijo Zhao Dandan, subdirector de la Comisión de Salud de Shanghai, en una reunión informativa celebrada el domingo.
Imágenes del confinamiento en Ikea
Los cierres repentinos desplegados en el marco de la estrategia Cero Covid de China-en la que se prohíbe a los habitantes de un edificio o distrito urbano salir de él sin previo aviso- han provocado numerosos casos de pánico en todo el país. En los últimos meses, los residentes del centro tecnológico de Shenzhen, la capital de la provincia de Sichuan, Chengdu, y la isla vacacional de Hainan han escalado vallas, han corrido por la playa y han salido a borbotones de las torres de oficinas tras enterarse de que se iban a imponer cierres.
El lunes se registraron 2.312 nuevos contagios en todo el país, la primera vez en más de tres meses que se superan los 2.000 casos durante tres días consecutivos en China. La ampliación del brote está demostrando que ningún lugar es seguro, incluidas las zonas turísticas en las que los residentes esperaban relajarse o las regiones que han salido recientemente de los peores brotes.
En un vídeo que circula por las redes sociales, se oye un anuncio en el interior de Ikea en el que se dice que las autoridades pidieron al centro comercial que cerrara inmediatamente e impidiera a la gente entrar o salir. Cuando los guardias de seguridad y los trabajadores sanitarios con equipos de protección personal intentaron cerrar una puerta para evitar que la gente saliera, decenas de personas gritaron y empujaron contra ella hasta que se liberaron, según muestra el vídeo.
En respuesta a las directrices de prevención de la epidemia, Ikea Shanghai Xuhui cerró temporalmente los días 14 y 15 de agosto, y volverá a abrir el martes, según informó la empresa en un comunicado.
Los que no consiguieron salir fueron encerrados en la tienda desde las 20 hs hasta poco después de la medianoche, cuando fueron trasladados a hoteles de cuarentena, según un visitante que publicó su experiencia en Douyin, la versión china de Tiktok.
Los habitantes de Shanghái vivieron un confinamiento traumático en abril y mayo mientras la ciudad intentaba acabar con el mayor brote que ha visto China desde que comenzó la pandemia. Se ordenó a la gente que se quedara en casa, y muchos pasaron hambre debido a la falta de alimentos. A pesar del coste social y económico, el Presidente chino Xi Jinping sigue empeñado en el enfoque Cero Covid, dejando al país cada vez más aislado.
Recientemente, la ciudad vio una racha de siete días de cero casos locales que terminó el 11 de agosto con un repunte de siete infecciones.
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