Caracas — Venezuela se convirtió por primera vez en una subsede de los Army Games 2022, una competencia internacional organizada por Rusia, con la participación de 270 equipos militares de países de Europa, Asia, África y América Latina.
El campo de entrenamiento militar de Alabino, en la región de Moscú, es la sede principal de los juegos que han sido referidos como los Olímpicos de Guerra, y los que se fundaron en 2015, con el Ministerio de Defensa ruso como patrocinador principal.
La ciudad de Barquisimeto, al occidente venezolano, funcionará como subsede en esta primera edición, recibiendo desde el pasado 6 de agosto a las delegaciones de Rusia, Bielorrusia, Uzbekistán, Myanmar, Abjasia y China, de acuerdo a lo reportado por el gobernador del estado Lara, Adolfo Pereira.
Entre el 13 y el 27 de agosto, en el Fuerte Terepaima, Cabudare, se desarrollarán actividades de recorrido con obstáculos naturales y artificiales, pistas de batalla, zonas de tiro y el biatlón de tanques, una de las principales competencias.
La Fuerza Armada Nacional Bolivariana así como el Ministerio de la Defensa han estado al frente de las comunicaciones relacionadas con el evento, aunque con baja promoción desde los más altos niveles del gobierno venezolano.
Para Rocío San Miguel, especialista en temas militares y presidente de la ONG Control Ciudadano, la ausencia de publicidad podría atribuírsele al costo político que representa para el país, y su exposición con respecto a la presencia de actores internacionales con fuerza militar, a pesar de la información reservada que se pueda mantener sobre datos cuantitativos detrás de los equipos participantes.
El objetivo final del evento, en el que Venezuela habría mostrado un bajo rendimiento durante la primera jornada, obteniendo la cuarta posición en el biatlón de tanques, se ubica más allá de los logros que puedan alcanzar los equipos victoriosos, a juicio de San Miguel.
“A Rusia le ha venido bien en materia de diplomacia militar, de consolidar lazos con aliados estratégicos (...) Todos los países que funcionan como subsede, son compradores de armas rusas, es una ecuación ganar-ganar para Rusia, y tiene ese elemento particular que por primera vez se realiza en el Hemisferio Occidental, que no es afín a la incidencia rusa”, explica en conversación con Bloomberg Línea, referente a las nueve subsedes seleccionadas.
Andrei Serbin, internacionalista y experto en materia de seguridad, coincide en que la idea de Rusia, a través de los Army Games, es consolidar los lazos militares con aquellos países dispuestos a adquirir equipamiento ruso a mediano o largo plazo.
“Elegir a Venezuela como subsede, tampoco es innovador, porque Vietnam ya fue el año pasado subsede, era normal que buscaran a otro país para que fuera subsede este año, y era relevante incluir un país latinoamericano, y qué mejores lazos que los que ya tiene con Venezuela”, comenta en contacto con BBL.
La relación entre la administración de Nicolás Maduro y Vladimir Putin, que ha sido reforzada con las demostraciones de respaldo al Kremlin, en medio de la guerra en Ucrania, sigue utilizándose como parte de la estrategia rusa para asegurar su presencia en la región, a la que ahora se le añade este elemento.
Serbin, aunque asegura que los Army Games no reflejarían una instancia de cooperación de alto riesgo, por no presentarse precisamente bajo un formato de maniobras combinadas entre países, sí formaría parte de los elementos que Rusia ha manejado para demostrar su presencia en la nación suramericana.
“Rusia siempre ha sido explícita con el mensaje que envía a Estados Unidos y parte de ello es ser una molestia, pero me parece más significativo la visita de bombarderos nucleares, o la venta de equipos militares durante la era Chávez. Este no es un mensaje oculto, es un elemento más de una estrategia, de demostración”, explica el analista.
El beneficio económico detrás de los Army Games, estaría más orientado a los avances que pueda obtener Rusia, a juicio de Serbin, una vez que se permita concretar acuerdos militares, con los que hasta ahora se ha visto limitado.
Para Venezuela, sin embargo, actividades militares como las que se podrán experimentar en las llamadas ‘Olimpíadas de Guerra’, representan una fuente de orgullo a lo interno de su Fuerza Armada, a la que se le permitirá medirse y competir con otros países.