Buenos Aires — A horas de conocerse la inflación de julio, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) ofreció al mercado Letras de Liquidez (Leliq) a 28 días de plazo a una tasa de 69,50%. Se trata de la mayor suba de tasa por parte de la autoridad monetaria desde que asumió el presidente, Alberto Fernández, en una medida que apunta a frenar una inflación galopante.
La suba de 950 puntos básicos se comunicó a los operadores a través del sistema local de negociación Siopel, según personas con conocimiento directo del asunto, que pidieron no ser nombradas porque la información no era pública aún.
Con este incremento, la tasa efectiva anual (TEA) quedó en 96,8%, y una tasa efectiva mensual (TEM) del 5,7%, según los cálculos del economista de EcoGo, Sebastián Menescaldi.
La anterior suba había sido a 60% (800 puntos básicos), representando en ese momento la mayor alza desde agosto del 2019.
Cerca de las 15:00hs, el mismo BCRA confirmó oficialmente la decisión, y agregó además que “en pos de aumentar el incentivo al ahorro en pesos”, se elevaron “los límites mínimos de las tasas de interés sobre los plazos fijos de personas humanas, estableciendo el nuevo piso en 69,5% anual para las imposiciones a 30 días hasta 10 millones de pesos”.
Para el resto de los depósitos a plazo fijo del sector privado la tasa mínima garantizada se fijó en 61%.
¿Por qué subió tanto la tasa el BCRA?
La entidad presidida por Miguel Pesce justificó la suba en base a la aceleración inflacionaria en julio.
“Luego de dos meses en los que la inflación mostró una tendencia a la baja, los precios se aceleraron en julio en el contexto del incremento que se observó en la volatilidad financiera a nivel local y que afectó negativamente a las expectativas de inflación”, explicó el BCRA en su comunicado.
“Debido a ello, el BCRA considera necesario incrementar una vez más la tasa de política monetaria y acelerar así el proceso de normalización de la estructura de tasas de interés activas y pasivas de la economía para acercarlas a un terreno positivo en términos reales”, continuó.
El Banco Central apunta a que esas tasas reales positivas logren apuntalar la demanda de pesos, en consonancia de lo que el país acordó con el Fondo Monetario Internacional.
Una suba inesperada, y posiblemente insuficiente
“Es una sorpresa. Lo vemos como positivo. Surge primero la duda respecto a cuál será la tasa de inflación pero lo que se ve es que están intentado anclar la demanda de pesos y bajar la expectativas de dólares encareciendo el costo del dinero en pesos y alentar la liquidez de la soja y de la tenencia de dólares”, aseguró Menescaldi, de EcoGo.
Como efectos de esta medida, Menescaldi agregó que la suba de tasas “podrá estabilizar un poco más la demanda en pesos y que bajen las cotizaciones de los dólares financieros pero no está claro cuál será el efecto sobre las reservas”.
- ¿Cómo impacta sobre la actividad y los dólares paralelos? “La tasa no afecta tanto la actividad en Argentina porque el sistema de crédito es muy pequeño. Igualmente, una suba tan fuerte debería afectar negativamente. Por otro lado, también traerá un poco más de estabilidad. Entrará flujo de capitales para hacer carry, y eso estabilizará a los dólares financieros por un tiempo”, explicó Menescaldi.
Por su parte, Pablo Repetto, de Aurum Valores, consideró también que “la suba es mucho mayor a la esperada, porque se estaba hablando de 600 puntos básicos”.
Con respecto a los posibles impactos de la medida, evaluó que “va a aumentar el costo cuasifiscal del Banco Central, y obligar al Tesoro a pagar tasas más altas”.
“En definitiva es una apuesta para tratar de recomponer la demanda de pesos, que viene cayendo permanentemente, y es una apuesta jugada, teniendo en cuenta que la credibilidad es baja, y la demanda de pesos está por el piso”, continuó.
En ese sentido, evaluó que “las expectativas de devaluación y de inflación son tan altas, que ni siquiera esto podría llegar a ser suficiente: estamos hablando de una tasa efectiva mensual de alrededor de 5,5%, contra una inflación que viene arriba de 7%, con agosto picando arriba de 8%, y con un dólar que está claramente atrasado en términos reales, con brecha y sin acumulación de reservas”.
Un incremento acertado
Para el economista Iván Carrino, la suba constituyó “una medida acertada”.
“En todos los países de la región han hecho lo mismo, pero lo que sí se puede criticar es que la decisión tardó mucho tiempo en llegar”, agregó Carrino, sosteniendo a la vez que “dados estos valores de tasa de interés, yo avanzaría en una salida del cepo cambiario, porque si no, tarde o temprano vas a tener el impacto de la devaluación que solo se está posponiendo”.
“Desde mi punto de vista hay que salir del cepo y subir las tasas lo necesario para que una vez comience a bajar la inflación, poder volver a reducir la tasa de interés,” sentenció. Y concluyó: “Obviamente hay quienes se preocupan por el tema de la deuda del BCRA y el aumento en el monto de los intereses de Leliq, ¿pero qué proponen? Si es por eso, ¿estarían de acuerdo en bajar la tasa a 0% y entonces reducir los intereses de Leliq a 0? Supongo que no porque eso nos llevaría a un colapso hiperinflacionario”.