¿Qué esperar de la relación entre Ecuador y Colombia tras la llegada de Petro?

Si los gobiernos, que hoy son de diferente ideología, mantienen el pragmatismo y el trabajo técnico, la relación podría ser muy provechosa para estos socios naturales

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QUITO — Pragmatismo y pensamiento técnico serían los dos puntos clave de la nueva relación entre Ecuador y Colombia con la llegada de Gustavo Petro al poder, considerando que los gobiernos de ambos países hoy tienen ideologías distintas. Por un lado, Petro inicia su periodo siendo la primera administración de izquierda en su país, mientras que el ecuatoriano Guillermo Lasso mantiene un enfoque de centro derecha.

Sin embargo, las dos naciones tienen muchos puntos en común: son socios comerciales naturales, tienen una frontera compartida cercana a los 586 kilómetros, además de mantener una histórica relación de intercambio migratorio; pero también han tenido que enfrentar en conjunto al flagelo del narcotráfico y al conflicto armado que se ha permeado por los límites fronterizos.

¿Pero que los gobiernos sean distintos ideológicamente influirá mucho en la relación bilateral? Karen Garzón, directora de Relaciones Internacionales de la Universidad Internacional SEK, cree que no, al menos no debería, pues Ecuador y Colombia tienen muchos puntos en común y, además, junto a Perú, pertenecen a la Comunidad Andina, algo que los une aún más.

La experta considera incluso que este “es un escenario interesante para que se pueda incluir en la agenda otras temáticas con enfoque más social”, dice a Bloomberg Línea. Por ejemplo, ambos países podrían potenciar el trabajo relacionado con migrantes y refugiados ya que históricamente Ecuador ha sido uno de los países receptores de esta población.

Que Colombia tenga por primera vez en la historia un gobierno de izquierda es una oportunidad para que se empiecen a tratar los ejes de inversión social entre los dos países. Va a ser una oportunidad para encontrar otros puntos en común, un ganar-ganar”

Karen Garzón, directora de Relaciones Internacionales de la Universidad Internacional SEK.

EL PRAGMATISMO COMO PALABRA CLAVE

Para Garzón, la palabra clave es pragmatismo, que además es una “fortaleza” del Gobierno de Lasso que “no ha satanizado a otros gobiernos de izquierda” sino que “le interesa posicionar al Ecuador en el mundo y fortalecer la relaciones bilaterales, así como con los multilaterales y con los diferentes organismos internacionales”.

Entonces, ese pragmatismo, que se basa en no cerrar las puertas a ningún país que tenga relación con Ecuador, puede funcionar para la relación con Colombia como para otros países, pues actualmente el ecuatoriano es casi el único Gobierno de derecha en la región, exceptuando a Brasil.

“Ecuador, indistintamente de la ideología que tenga un Gobierno, está analizando cómo se puede vincular comercialmente y beneficiar comercialmente de una transacción con otro país”, anota la docente al insistir en que mucho dependerá de cómo Lasso utiliza a su favor este pragmatismo “porque vivimos en un mundo global, donde la característica es la interdependencia, todos dependemos de todos”.

SER TÉCNICOS, LO SEGUNDO

Si bien las dos naciones no comparten ideología, sí pueden ser complementarias en varios aspectos, siempre y cuando lo técnico sea lo fundamental. Es decir, “lo técnico debe primar sobre lo político”.

Para ello, los equipos de ambos países deberán analizar -cuando llegue el momento- qué productos son complementarios dentro del intercambio comercial, pues “es importante que vean estas complementariedades y analicen si un país puede abastecer al otro de alguna manera”.

“La ideología es algo temporal, los Gobierno son temporales, pero las relaciones bilaterales son permanentes”.

Karen Garzón, directora de Relaciones Internacionales de la Universidad Internacional SEK.

EL INTERCAMBIO COMERCIAL

En 2021, el comercio no petrolero entre los dos países dejó un saldo desfavorable de US$ 870 millones para Ecuador, pues las importaciones tuvieron mayor preponderancia que las exportaciones. En el caso de las exportaciones, alcanzaron US$ 823 millones en 2021, lo que significó un incremento del 13% con relación a 2020.

En el 2021, Colombia se constituyó en el quinto mercado de destino para las exportaciones no petroleras del país. Actualmente, este mercado acoge alrededor de 1.042 productos exportados.

En el primer quimestre de 2022, las exportaciones no petroleras a Colombia se incrementaron en 45%, mientras que las importaciones no petroleras desde Colombia aumentaron en 35%.

Los principales productos de exportación a Colombia son: conservas de atún, tableros de madera, grasas y aceites vegetales, minerales y metales y camarón; entre los cinco principales productos se concentra el 53% de las exportaciones no petroleras.

En el caso de los productos de importación se encuentran: vehículos y partes, plástico y manufacturas, productos farmacéuticos, cosméticos y otros productos químicos. Entre los cinco primeros productos se concentra el 45% de importación no petrolera.

Las importaciones no petroleras desde Colombia se incrementaron en 25% en 2021. El 52% de las importaciones no petroleras corresponden a materias primas y bienes de capital.

EL PARAGUAS DE LA CAN

La Comunidad Andina es el gran paraguas que cobija a estos dos países y bajo su protección se han impulsado proyectos comunes. “Tenemos importantes transacciones comerciales con Colombia y ambos somos parte de la CAN, entonces, no creo que vaya a haber un cambio brusco, al contrario, creo que se van a respetar todos estos acuerdos y proyectos en los que se han venido trabajando con las particularidades de cada país”.

Dentro de CAN, por ejemplo, recientemente se aprobó la unificación de la tarifa de roaming, pero también están otros proyectos en el tintero, relacionados con migración, infraestructura, turismo, ambiente, educación, comercio, entre otros. “Todo esto ayudará a fortalecer el organismo, que es muy importante para ambos países”, anota la experta.

QUÉ PODRÍA DEBILITARSE

Si bien las relaciones bilaterales en su conjunto mantendrían su senda estable, un aspecto que podría debilitarse sería la seguridad fronteriza, toda vez que Petro “no tiene una agenda que se vaya a centrar en la seguridad nacional”, como sí eran las agendas de las administraciones de derecha de Colombia.

Esto “podría traer algún tipo de repercusión para nosotros, sobre todo por las guerrillas internas que tiene Colombia, puesto que se utiliza a Ecuador como un paso para las drogas y eso va a hacer que el país tenga que fortalecer, invertir más en seguridad fronteriza y en control de las fronteras”, sostiene Garzón.