Buenos Aires — En medio de un fuerte clima de expectativa por parte del sector privado, el flamante ministro de Economía, Sergio Massa, dio a conocer una batería de medidas en busca de afrontar la crisis económica por la que atraviesa la Argentina. Sin embargo, economistas y analistas del mercado argentino coincidieron en que las iniciativas podrán tener un impacto positivo en el corto plazo, pero no resolverán los problemas “de fondo” que hay en el país. Así, la luna de miel de los agentes económicos con Massa podría ser de corta duración.
Entre las principales medidas anunciadas tras asumir a la cartera económica, el líder del Frente Renovador anticipó que se pagará un bono para jubilados, se investigarán casos de subfacturación de exportaciones, se “reordenarán” los planes sociales, se cumplirá con la meta de 2,5% de déficit primario, se recortará el subsidio de tarifas para casi cuatro millones de argentinos y se apostará a un canje voluntario para los vencimientos en pesos de los próximos 90 días. Además, Massa prometió poner fin al financiamiento monetario del Tesoro hasta fin de año.
Impacto fiscal de los cambios en las tarifas de luz y gas
“Encaramos una segmentación que hoy nos muestra que casi cuatro millones de hogares argentinos no solicitaron usar los subsidios. Entre los más de nueve millones de hogares que sí pidieron mantener el subsidio vamos a promover el ahorro por consumo”, indicó Sergio Massa, quien anticipó: “En luz vamos a subsidiar hasta 400 kWh, alcanzando el 80% de los usuarios, pero sólo el 50% del consumo total residencial”. Se trata de un nuevo plan para limitar el consumo energético subsidiado, que no estaba previsto originalmente.
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Según analizó el director en Energía de la consultora Ecolatina, Daniel Dreizzen, Massa hizo anuncios “interesantes” en esa materia: “Asumió que todas las personas que no se inscribieron hasta ahora, que él estimó en cuatro millones de hogares, automáticamente dejarán de percibir el subsidio. Hay que ver cómo se aplica porque quizás hay gente que se olvidó de anotarse”.
“El ministro aclaró que los que sí reciben van a tener un límite a un cierto consumo, lo cual tiene mucho sentido porque si no, se fomenta a consumir más por parte de los que están subsidiados”, explicó en diálogo con Bloomberg Línea.
Si bien sostuvo que “no se dieron muchos detalles sobre los sectores que quedan subsidiados, parece que esa combinación sí puede tener un efecto fiscal un poco más importante”.
“Se había estimado que se aplicaba la quita de subsidios al 10% de la población de mayor poder adquisitivo y eso daba que se podían reducir los subsidios en 1% del total de los 15 mil millones que se estiman para este año. Con este anuncio, debería ser un poco más”, estimó.
De todos modos, manifestó que “se debe ver cómo se aplica” porque, al limitar a un número, “hay complejidades técnicas que van a surgir próximamente”, como, por ejemplo, las vinculadas con los medidores.
Los dólares del Banco Central
Víctor Beker, director del Centro de Estudios de la Nueva Economía (CENE) de la Universidad de Belgrano, aseguró que Massa realizó dos “anuncios positivos”, con referencia al cese de los adelantos del Banco Central al Tesoro nacional y al acuerdo para que exportadores adelanten US$5.000 millones.
La falta de un plan integral contra la inflación
“El primer anuncio implica atacar una de las fuentes, no la única, del actual proceso inflacionario. El segundo, junto con unos US$2.000 millones, provenientes de organismos multilaterales, da oxígeno a las exhaustas arcas del Banco Central, mientras se instrumentan las medidas que posibiliten mejorar el resultado de la balanza comercial”, afirmó Beker.
Pese a ello, advirtió que “enfrentar un proceso inflacionario de la envergadura actual, que amenaza alcanzar el 100% anual, requiere un plan integral, conformado por un conjunto de medidas fiscales, monetarias, cambiarias y de ingresos coordinadas y simultáneas”. “Por ahora, no aparece”, apuntó.
Además, remarcó: “Se corre el peligro de que anuncios parciales, aunque vayan en la dirección correcta, no estén a la altura de las expectativas despertadas por la designación”.
¿Freno en la emisión?
Aldo Abram, director ejecutivo de la fundación Libertad y Progreso, proyectó un “impacto inicial positivo” de las medidas: “Probablemente, genere alguna expectativa positiva que alcanzaría para frenar por un tiempo la corrida cambiaria, pero no resuelve ningún problema de los que tiene la Argentina”.
“Solamente a través de tomar más deuda en dólares están tratando de aumentar las reservas. En definitiva, adelantar exportaciones es una deuda y, con relación al anuncio de créditos, hay que ver si consiguen la suma”.
“Hay que salir del cepo, no buscar la manera de sostenerse en el tiempo porque eso lo que hace es dejarnos cada vez más endeudados. Si se piensa que porque no habrá más adelantos transitorios directos no se va a emitir más, se está viendo una película equivocada”, cuestionó.
En ese sentido, argumentó que “el Banco Central ha estado financiando indirectamente al Tesoro, comprando sus bonos en el mercado secundario de deuda”.
“Seguramente, esa estrategia va a seguir hacia adelante. Más allá de otras, que fuercen en cierta forma o incentiven a los grandes inversores institucionales a colocar su dinero en bonos del tesoro”, puntualizó.
Por ello, aseguró que se debe “hacer una reforma laboral profunda y del Estado profunda, así como también una reforma tributaria”. “Las medidas van a tener un impacto positivo por un tiempo, pero los problemas siguen ahí”, resaltó.
Así, advirtió que lo anunciado por el nuevo equipo económico es un “plan para tirar para adelante o durar, pero no para resolver los problemas en Argentina”.
Moody’s: ¿Metas del FMI debilitadas?
Gabriel Torres, vice president - senior credit officer de Moody’s Investors Service, analizó: “Moody’s considera que estas medidas son moderadamente positivas en términos crediticios, ya que el Gobierno argentino ha tenido grandes dificultades para sostener la consolidación fiscal”.
“En vista de la elevada volatilidad política en el país, Moody’s espera un escaso apoyo general a las políticas de austeridad antes de las elecciones presidenciales de 2023, lo cual seguirá debilitando la capacidad del país de cumplir con las metas del FMI, especialmente en materia fiscal”.