La transformación de La Guaira, una de las nuevas Zonas Económicas Especiales de Maduro

Una cinta costera, al estilo panameño, busca convertirse en el principal atractivo del litoral central del país, el que por muchos años estuvo abandonado, sin respuesta oficial

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Vargas — Una rueda de la fortuna, ya por terminar, impresiona en la cinta costera reconstruida en La Guaira, a 30 minutos de la capital venezolana, que recientemente se convirtió en una de las nuevas Zonas Económicas Especiales decretadas por Nicolás Maduro, en un esfuerzo por atraer inversión extranjera al país, y sortear las dificultades que ha dejado el modelo rentista petrolero.

A pocos metros de la noria importada desde China por el difunto exgobernador de La Guaira, Jorge García Carneiro, y como parte del resto de la decoración instalada en algunos puntos claves de los 3,8 kilómetros de extensión de la cinta costera, sobresale también un avión de carga, convertido en escultura y con promesas de restauración, cercano a un busto de Simón Bolívar, una estatua de Hugo Chávez y una colorida e iluminada fuente.

“Hoy La Guaira es centro de entretenimiento, de rumba, diversión de toda la gente de la Gran Caracas. Cuánto emprendimiento, cuánta música (...) La Guaira es más bella hoy por hoy que Miami. Le da tres patadas a Miami, yo he estado ahí con Cilia”, comentó Maduro durante una alocución transmitida en el canal de televisión del Estado, en una jornada para mostrar avances en el motor emprendedor.

En el mismo acto, participaba José Alejandro Terán, actual gobernador de esa entidad, electo en noviembre pasado, quien antes se desempeñó como alcalde de Vargas, precisamente cuando fue aprobado por el Consejo Legislativo la modificación de la constitución regional para el cambio de nombre del estado, propuesta hecha por García Carneiro, con la finalidad de “corregir un error histórico”.

Terán, asumiendo el pase de Maduro en aquella locución a principios de agosto, estuvo a cargo de la entrega de financiamiento a emprendedores en La Guaira, pero ya, desde principios de su gestión, aplicaba políticas económicas en esta materia, que de acuerdo a sus cifras, suma 10.135 familias con emprendimientos entre enero y marzo.

Los nuevos chiringuitos, como se le conoce a los pequeños establecimientos a orilla de playa, eran parte de las demostraciones del nuevo rumbo tomado en la zona costeña, que a través de una ordenanza emitida en junio de 2020, hacía mención a una serie de exoneraciones que podría aplicar el alcalde, a título de incentivo fiscal, a empresas importadoras y exportadoras.

Ya así, La Guaira empezaba a prepararse para la anunciada Ley de Zonas Económicas Especiales, que fue aprobada a finales de junio de 2022, con la inclusión posterior de cinco ciudades específicas, entre ellas el litoral central, lo que no tomó por sorpresa a sus habitantes.

“Aquí se está moviendo el dinero desde hace tiempo. El que no hace dólares es porque no sale a producir”, dijo un vendedor de pescado frito, en la playa Alí Baba, mientras señalaba a las instalaciones dispuestas para un karting, que fue inaugurado en febrero.

Son las 5 de la tarde, y la música retumba entre los locales de venta de alimentos en la parte superior de la pista. Los más jóvenes acuden en grupo para acceder al circuito, que tiene un costo de 20 dólares por 10 minutos de disfrute, manejando uno de los vehículos.

“Están tratando de incentivar el consumo en una zona muerta”, dice Yván, un joven estudiante de derecho, quien reside en Catia la Mar, dónde ha podido constatar la construcción de algunos bodegones, convertidos en un nuevo modelo de negocios en todo el país.

El lujo, todavía no tan presente, es parte de las promesas para el estado, ahora como ZEE. Acorde a la Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional electa en 2020, de mayoría chavista, se cuenta con el plan para el Eje Turístico, con miras a la recuperación de los hoteles Sheraton y Meliá; así como la playa Los Cocos en la parroquia Caraballeda.

También se estableció una propuesta estratégica para el desarrollo de la zona económica en 69.339 kilómetros de costas de La Guaira, que comprenden el puerto de La Guaira y el Aeropuerto Internacional Simón Bolívar de Maiquetía, enfocado en la disminución de los procesos de logística o de traslado en la producción de materia prima y su exportación.

El malecón o cinta costera, es la imagen principal en ese intento de desarrollo, con el que se ha buscado igualmente cubrir el resto del caos en la ciudad. Ocurre lo mismo con el estadio de béisbol, Fórum de La Guaira, que también cambió de nombre a Jorge Luis García Carneiro, y el que funciona como sede principal del equipo Tiburones de La Guaira, de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional.

La soledad en sus alrededores contrasta con la colorida iluminación, que impulsa la idea de estar en otra ciudad. Algunos lugareños comunicaron incluso sentirse más seguros, pese a que ello solo pueda tratarse de solo una sensación.

“Se cree que el índice delictivo se redujo con toda esta transformación, pero lo cierto es que ha aumentado y lo confirmas con los reportes en prensa. Pasa lo mismo con los servicios públicos”, resaltó una habitante en Macuto, referente a las fallas eléctricas o a las deficiencias en la distribución de agua y gasolina.

Un par de vehículos marca Mustang son exhibidos en las alcabalas policiales, que en la entidad son temidas por propios y ajenos, luego de que en abril fuese aprobada la asignación de un porcentaje de las multas para cada funcionario a cargo de imponerlas.

Los automóviles de alta gama, sin embargo, son considerados un artilugio por los habitantes de las zonas más vulnerables o riesgosas. Lo comparan con el desgaste de las ambulancias en los hospitales, o la las precarias condiciones en las que operan los bomberos del estado.

“Hay falta de personal, y ese proceso de denunciar puede durar hasta 40 minutos, eso si atienden. Llamas al 911, y te refiere a Emergencias Baruta o al 911 Nacional, que puede tomar tu denuncia o referirte nuevamente al equipo en el estado”, agregó un usuario, que aún así, se mantiene con altas expectativas ante la posibilidad de una mejora con la ley de ZEE, y los proyectos planteados, a los que les ve mayor potencial frente a otros planes de la oposición.