Un ingeniero venezolano, recién graduado o con un año de experiencia, debería percibir como ingreso mínimo un monto de 649,91 dólares (3.763 bolívares a la tasa de cambio oficial), acorde a un reciente tabulador actualizado por el Colegio de Ingenieros de Venezuela, aplicable para agosto.
En el esquema firmado por el ingeniero Enzo Betancourt, presidente de la institución fundada en 1861 que agremia ingenieros, arquitectos y otros profesionales afines, se hace hincapié a la clasificación por nivel y experiencia profesional, así como el factor de experiencia.
Lo contemplado en el manual de contratación del CIV abarca de 0 a más de 30 años ejerciendo la profesión, estableciendo la cifra más elevada en 2.513 dólares (14.552 bolívares a un tipo de cambio en 5,79 bolívares por dólar), sincronizada con un factor de experiencia valorado en 5.22 puntos.
Los sueldos intermedios para los profesionales en ingeniería son ubicados entre 1.083 dólares (6.272 bolívares) y 1.767 dólares (10.231 bolívares), según el tabulador difundido en las redes sociales del CIV, en el que se extiende el llamado a organismos privados y públicos.
La revisión de salarios que es actualizada constantemente, se da en medio de protestas por falta de presupuesto para pagos en la administración pública y críticas en el sector ingeniero, precisamente por la ausencia del cumplimiento del tabulador en las ofertas laborales, que más bien promedian un ingreso entre 200 y 400 dólares como mínimo para un ingeniero, dependiendo de su especialización.
La migración de ingenieros en la industria petrolera nacional, que suma cifras de hasta 80% de ausencia laboral, es una muestra de los bajos salarios que se devenga actualmente en la profesión, frente a una economía que pese a haber logrado dejar atrás el ciclo hiperinflacionario, ha presentado datos de variación de precios nuevamente en aumento.
Desde el CIV se han propuesto además acudir a la Asamblea Nacional electa en 2020, de mayoría chavista, para la presentación de dos leyes que permitan transparencia y comportamiento ético, dirigidas hacia la digitalización y el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, en la agenda 2030 de la ONU, y fundamentadas en en principios legales y normativos vinculados a la metodología BIM.