Un litro de yogurt es más costoso que un litro de whisky en la Venezuela sobrevaluada

Como parte de los fenómenos económicos que se vienen presenciando en la nación suramericana, la importación resulta el negocio más rentable

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Caracas — Revisar un precio entre dos y tres veces se ha vuelto imprescindible en Venezuela, hasta comprobar que el monto reflejado sí es en dólares, aunque este resulte excesivo, sobre todo por el producto del que se trata.

El costo por un litro de yogurt líquido, con frutas o natural, ha incrementado considerablemente en los últimos meses, situándose actualmente en 15 dólares por un litro 750 ml, y entre 10 y 12 dólares por un litro, dependiendo de la compañía fabricadora.

“Ni en Dubai”, han sido los comentarios que sobresalen en las redes sociales por parte de algunos consumidores, que en torno al incremento que se ha venido presentando en el yogurt, es comparado con artículos importados, como el litro de whisky, que puede ubicarse entre 7 dólares por un litro de licor de whisky o blended y hasta 11 dólares por un 750 ml de whisky escocés.

“El precio de la leche cruda ha estado incrementándose sustancialmente en los últimos períodos, sobre todo ahora que empieza la sequía. En la industria, aunque hay un énfasis de tratar de mantener los precios más bajos, los costos de producción siguen aumentando, y no hay una relación directa en cuánto lo qué nos cuesta fabricar estos productos y el precio del salario”, comenta Roger Figueroa, presidente de la Cámara Venezolana de la Industria Láctea (Cavilac), en conversación con Bloomberg Línea.

Desde Bloomberg Línea se solicitaron comentarios al respecto a la gerencia del Grupo Polar, sobre los distintos costos de producción y estos no fueron respondidos inmediatamente.

El precio del yogurt venezolano, siendo el más costoso de la región en hasta 1.550%, con respecto al precio en Argentina, calculado al dólar blue, en 0,65 dólares el litro o con una variación menor de 150%, en comparación con otro de los más altos, como es el de Honduras, en 4,02 dólares el litro, no es el único producto que experimenta una distorsión económica en sus costos, en la Venezuela sobrevaluada.

Esta referencia ha sido analizada por el economista Víctor Álvarez, quien en su más reciente artículo se enfoca en la diferencia de costos entre el salmón ahumado de Noruega y el cerdo frito nacional, siendo el primero más económico, como parte del mismo fenómeno.

“En vez de producir en un país castigado por los sobrecostos que generan los cortes de electricidad, el racionamiento de agua, la escasez de gas industrial, las deficientes telecomunicaciones, el deterioro de la infraestructura y la migración del talento humano, el negocio más rentable es importar, mucho más si las importaciones están exoneradas del pago de arancel e IVA”, dice Álvarez en su escrito.

Ya desde 2019, la administración de Nicolás Maduro viene extendiendo un beneficio tributario en torno a las importaciones, que incluye a la leche, carne, granos, trigo, avena, golosinas o preparaciones con cacao, entre otros alimentos. Los más ventajosos en esta ecuación, son los más de 100 bodegones instalados en la capital, por encima de los supermercados tradicionales.

La sobrevaluación de la moneda nacional es otro elemento considerado por expertos, que aseguran es parte de una estrategia artificial, implementada por el Ejecutivo para la estabilización del tipo de cambio, cuyo valor real es proyectado en más de 20 bolívares, por encima del actual precio oficial, reflejado en 5,7 bolívares por dólar, según el Banco Central de Venezuela.

Y es en el mercado real, donde las irregularidades en el tipo de cambio son desveladas frente a una continua aceleración de precios en dólares, mientras el poder adquisitivo en bolívares del venezolano sigue disminuyendo.

“En esas condiciones de sobrevaluación del tipo de cambio, exoneración de aranceles e IVA es inviable la promesa gubernamental de sustituir importaciones por producción nacional para abastecer el mercado interno y exportar”, insiste Álvarez en su artículo, mientras plantea la misma solicitud hecha por sectores productivos al Palacio de Miraflores, de corregir las condiciones en la competencia contra los productos importados.

Claro que, se entiende que esto implicaría una devaluación del bolívar para encarecer las importaciones, subiendo el arancel a 30% y el IVA a 16%, según el ejercicio que aplica el economista, galardonado a nivel nacional en ciencias, para la elaboración de su informe.

El representante de Cavilac explica también que de no atenderse esa desproporción actual entre la capacidad de compra que tiene el venezolano frente a lo que califica como “pulverización del bolívar”, y se continúa favoreciendo a las importaciones sin atender la producción nacional, el aumento de los artículos podría ser mayor para finales de año.