Bloomberg — La situación de la economía es una de las principales preocupaciones de los estadounidenses, aún si la lista completa es muy larga. Y esto supone un gran problema para los demócratas de cara a las elecciones de medio término, que tendrán lugar en noviembre.
Según un nuevo estudio de Bloomberg Economics, el índice de miseria, que se calcula sumando las tasas de inflación y de desempleo, es un indicador que permite predecir la tendencia electoral.
La conclusión es la siguiente: de acuerdo con los patrones de votación del pasado, el partido del presidente Joe Biden puede esperar perder entre 30 y 40 escaños en la Cámara de Representantes y algunos en el Senado, eliminando con creces las escasas mayorías demócratas en ambas cámaras.
Pero la economía es sólo una parte del cálculo que hacen los votantes. Los demócratas esperan que la ira causadas por las leyes sobre el aborto y las armas y el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021 por parte de una turba de derechas den energía a sus partidarios.
Hay muchos modelos de previsión que utilizan todo tipo de datos, no sólo los económicos, y predicen una serie de resultados. La empresa de análisis Inside Elections, por ejemplo, considera que las pérdidas demócratas en la Cámara de Representantes oscilarán entre 12 y 30 escaños. Otros indican desde un empate, con ambos partidos terminando más o menos donde empezaron, hasta ganancias del Partido Republicano de 45 escaños o más.
¿Otra paliza?
Sin embargo, el consenso es que los demócratas se enfrentan a una dura batalla. Últimamente, los titulares económicos son suficientes para sugerir que el partido en el poder está a punto de sufrir un revés.
La semana pasada, la Reserva Federal llevó a cabo las mayores subidas consecutivas de las tasas de interés desde principios de la década de 1980, en un intento de controlar la subida de los precios mediante la presión sobre los consumidores y los compradores de viviendas. Y el gobierno informó de que la economía de EE.UU. se está contrayendo desde principios de este año, lo que ha provocado una disputa partidista en Washington sobre si el país está ya en recesión.
Oficialmente, es probable que no lo esté, en parte porque sigue creando muchos puestos de trabajo. La baja tasa de desempleo y la abundancia de puestos de trabajo vacantes serán el argumento más fuerte de los demócratas en materia de economía en la próxima campaña.
Es el otro componente del índice de miseria el que está causando los problemas, y haciendo que muchos estadounidenses sientan que ya están luchando contra una especie de desplome.
La inflación anual alcanzó en junio el nivel más alto de los últimos 40 años, el 9,1%, lo que eleva el índice de miseria al 12,7%. Es probable que no disminuya tanto antes de que los estadounidenses acudan a las urnas.
Bloomberg Economics prevé una lectura del índice del 12% en octubre. Si se eliminan los peores meses de la crisis de la pandemia a principios de 2020, la cifra se aproxima a los niveles más altos registrados en una década o más, rivalizando con las consecuencias de la Gran Recesión, cuando el desempleo alcanzó el 10% y los demócratas recibieron lo que el entonces presidente Barack Obama llamó una “paliza” en las elecciones de mitad de mandato.
‘Difícil de interpretar’
Desde entonces, la convulsión causada por el Covid-19, única en su estilo, ha llevado a algunos analistas a cuestionar el poder predictivo de los modelos basados en la economía.
“Es muy difícil interpretar las cifras económicas ahora mismo”, dice Larry Bartels, de la Universidad de Vanderbilt. “En las elecciones presidenciales de 2020, la enorme subida de los ingresos debida al estímulo de la pandemia implicaba una victoria aplastante de Trump, mientras que el enorme descenso del PIB implicaba un arrasamiento. Obviamente, la verdad estaba en algún punto intermedio”.
Los últimos sondeos genéricos, que eliminan las características específicas de las carreras individuales, no son desastrosos para los demócratas. En el promedio de RealClearPolitics, los demócratas están a la zaga de los republicanos por menos de un punto porcentual, en comparación con la diferencia de 4 puntos de hace seis meses.
Estas cifras a nivel nacional son difíciles de traducir en escaños, debido a las peculiaridades del mapa electoral, incluyendo la reorganización de los escaños del Congreso después del censo de 2020. Sin embargo, sugieren que los demócratas podrían obtener mejores resultados de lo que predice el índice de miseria, lo que ayudaría a Biden a rebatir la idea de que el partido necesita un candidato presidencial diferente en 2024.
‘Miseria genuina’
Aun así, el índice tiene un historial decente desde que fue acuñado por el asesor del presidente Lyndon Johnson, Arthur Okun, en la década de 1960. Señaló una ventana de oportunidad para Donald Trump en 2016, y una victoria de Biden cuatro años después.
El índice de miseria es un poderoso predictor porque se basa en cosas que tocan a todo el mundo, dice Frank Luntz, un encuestador que a menudo ha ayudado a elaborar los temas de conversación republicanos sobre cuestiones económicas.
“La razón por la que el índice de miseria sigue siendo importante es que se trata de una auténtica miseria para muchos estadounidenses”, dice Luntz. “La inflación de los alimentos y los combustibles es tan alta y tan universal, y afecta a todos los votantes de todas las comunidades de todos los estados”.
Las cifras a nivel estatal también son una lectura sombría para los demócratas. Algunos campos de batalla clave como Ohio y Nevada tienen índices de miseria más altos que la media nacional.
En Nevada, el Partido Republicano tiene la oportunidad de remontar en un estado que Trump perdió por poco dos veces. Hay una carrera clave en el Senado entre la titular Catherine Cortez Masto y su contrincante republicano Adam Laxalt, así como varias contiendas competitivas en la Cámara de Representantes.
La actual Cámara de Representantes cuenta con 220 demócratas frente a 211 republicanos, lo que significa que un cambio en un puñado de escaños podría dar lugar a una mayoría republicana, mientras que el Senado está dividido al 50%.
‘No puedo pagar mi alquiler’
La miseria inducida por la inflación es lo más importante para los votantes de Nevada, y muchos ven a Biden como el culpable, aunque también hay cierta simpatía por el argumento demócrata de que los precios abusivos de las compañías petroleras o de los propietarios tienen parte de la culpa.
El aumento del costo de la vivienda está teniendo un impacto singular. “Acabo de recibir un aumento y sigo sin poder pagar el alquiler”, dice Sierra Farley, una madre soltera de 31 años con dos hijos, que dice que tendrá que mudarse de su casa de alquiler en el suburbio de Summerlin, en Las Vegas, a finales de agosto. “Va a subir US$450 al mes”. Farley, como muchos otros habitantes de Nevada, dice que aún no ha empezado a centrarse en las elecciones y no sabe a quién votará en noviembre.
Para entonces, los demócratas de Biden deberían tener más logros económicos en su haber. El acuerdo sorpresa de la semana pasada sobre un proyecto de ley de gastos e impuestos con el senador Joe Manchin, que había estado bloqueando el paquete, da al partido la oportunidad de demostrar que puede cumplir con cuestiones clave como la reducción de los precios de los medicamentos recetados y la expansión de la producción de energía.
Los demócratas han intentado culpar de la inflación a la invasión rusa de Ucrania, que hizo subir los precios de la energía y los alimentos, mientras que los republicanos han señalado el estímulo a la pandemia que Biden impulsó poco después de asumir el cargo.
‘No es abstracción’
La diputada Gwen Moore, de Wisconsin, otro estado “pendular”, ha sido una de las demócratas que más se ha pronunciado para hacer frente al argumento del índice de miseria. Dice que el partido debería dejar de discutir sobre las definiciones de recesión, recordar a los votantes los programas liderados por los demócratas que les ayudaron a superar la pandemia, reconocer el dolor económico actual y explicar cómo lo mejorarán.
“La gente lo está viviendo. Esto no es una abstracción”, dice Moore. “Cuando se acercan al surtidor de gasolina, a la tienda de comestibles, están experimentando su propia depresión o recesión personal, no importa cuáles sean las cifras”.
La gasolina lleva más de un mes bajando, lo que supone un cierto alivio, pero otros precios, sobre todo los de los alimentos y el alquiler, siguen subiendo a gran velocidad, lo que hace que el índice de miseria aumente.
También hay algunas variaciones por regiones que ayudan a explicar por qué las opiniones sobre la economía son mucho más negativas entre los republicanos. El índice de miseria aumenta más rápidamente en los estados rojos que en los azules. Eso se debe a las diferentes trayectorias que han seguido las economías locales en la pandemia.
A principios de 2020, los confinamientos en los estados rojos fueron generalmente menos estrictos, por lo que esas zonas tuvieron un menor aumento del desempleo. Fueron los estados azules los que tuvieron mayores tasas de desempleo, y por tanto mayores lecturas del índice de miseria.
Este año, es la inflación, más que el desempleo, la que hace subir el índice, y los enormes aumentos de los alquileres significan que muchos estados rojos, así como campos de batalla como Nevada, están experimentando una subida más pronunciada del costo de la vida.
Además de los riesgos para los demócratas, la mayoría de los analistas consideran que un índice de miseria impulsado por los altos precios (como ocurre ahora) es una peor noticia para los políticos en ejercicio que uno impulsado por la tasa de desempleo.
Mientras que algunas personas pierden su trabajo en una recesión, y aún más se preocupan de que les pueda pasar a ellos, casi todos los estadounidenses sienten el impacto de la inflación.
“Cuando todo el mundo se ve afectado”, dice Luntz, el encuestador, “el impacto electoral se agrava”.