Bogotá — Luego de que la economía colombiana tuviera su peor caída en la historia (-7%) por la crisis derivada del coronavirus en 2020, el PIB repuntó en 2021 (10,6%) y para 2022 se espera que el país sea uno de los que más crece en la región (arriba del 6%), sin embargo, en 2023 el PIB caería a 3,2% según expectativas del Minhacienda, lo cual complicaría el panorama nacional.
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De acuerdo con Renzo Merino, vicepresidente adjunto de Moody’s y analista para Colombia, la administración de Gustavo Petro, que inicia el 7 de agosto próximo, debe tratar de encontrar balances. “En adelante, el crecimiento económico será importante para mejorar la sostenibilidad fiscal y reducir el nivel de deuda”.
Merino añadió que el gobierno de Petro necesita mantener un nivel de PIB entre 3,5% y 4%, lo cual requiere de la confianza de los inversionistas. En caso de crecer menos de eso, alertó el experto de Moody’s, “podemos ver complicaciones fiscales como fue el caso de México, que por eso le bajamos la calificación”.
“Colombia debe continuar la consolidación fiscal, hay factores que benefician como el precio del petróleo y los mayores ingresos, pero será importante cumplir la regla fiscal. Para el país también es importante las tensiones sociales y lo que eso significa para el riesgo político y la percepción de los inversionistas”, resaltó Merino.
El analista recordó que la calificadora cambió el año pasado la perspectiva de la nota de Colombia “a estable por la formación de consensos para buscar políticas que estabilizan al país, porque tiene contrapesos institucionales y un rol relevante de instituciones independientes macroeconómicas como el Banco de la República y la nueva regla fiscal”.
Sobre la reforma tributaria, que se espera sea presentada en los próximos días una vez se posesione Gustavo Petro, Merino comentó que “necesitamos ver el proyecto y su proceso de aprobación, sin embargo, el escenario neutral es el más asociado a la perspectiva estable que tenemos desde el año pasado y es que la reforma compense parcialmente el aumento del gasto social, con una baja gradual del déficit fiscal y en línea con la regla fiscal”.
No obstante, el experto agregó que “el escenario positivo sería una reforma más estructural que compense el gasto social y acelere el cierre del déficit fiscal; el negativo sería una reforma insuficiente para compensar el gasto y que deteriore más el déficit fiscal”.
Vale recordar que según José Antonio Ocampo, ministro de Hacienda designado por Petro, la reforma tributaria apuntará a recaudar alrededor de $50 billones -cifra optimista para muchos expertos- y se enfocará principalmente en “cómo fortalecer la renta de personas naturales de altos ingresos, cómo eliminar beneficios tributarios de empresas y sectores y qué normas adicionales se requieren para reducir la elusión y evasión tributaria”.
