América Latina escapa al pesimismo; FMI revisa al alza su pronóstico para 2022

La región se beneficiará del desempeño de sus economías más grandes. Sin embargo, el organismo advierte que los ruidos de recesión globales suenan con más fuerza

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Bloomberg Línea — La tormenta económica que pronostica el Fondo Monetario Internacional (FMI) no será tan fuerte en América Latina y el Caribe como para reducir su pronóstico de crecimiento para la región este año, según se desprende del más reciente World Economic Outlook que publicó el organismo este martes. A pesar de que el pesimismo marca las proyecciones del informe para 2022, el desempeño de la región sobresaldrá por encima de las grandes potencias del mundo.

El FMI revisó al alza las expectativas para América Latina y el Caribe y ahora calcula que crecerá 0,5 puntos porcentuales (pps.) más este año, en comparación con la estimación de abril pasado. Esto significa que el PIB regional avanzaría un 3,0%, por encima de las cifras previstas para las economías avanzadas.

Se espera que en las próximas semanas el FMI entregue sus cálculos para cada uno de los países de la región, pero ya anticipó que la revisión al alza se debe al desempeño que tendrán sus economías más grandes.

El organismo con sede en Washington destacó el progreso que tendrán Brasil, México, Colombia y Chile. Sobre los dos primeros, los dos PIB más grandes de la región, adelantó sus proyecciones de crecimiento: ahora espera que avancen 0,9 pps. y 0,4 pps. más durante este año, respectivamente, en comparación con lo que dijo en abril.

La economía brasileña cerraría 2022 con una variación positiva de 1,7%, mientras que la mexicana registraría un crecimiento de 2,4% al finalizar el año. Adicionalmente, el FMI adelantó el pronóstico para la economía argentina: calcula que este año tendría una variación de un 4,0%, mientras que mostraría un avance de un 3,0% el próximo año.

Los países de América Latina y el Caribe se han visto beneficiados por los aumentos de los precios de las materias primas, como el petróleo, cuyo valor ha aumentado más de un 25% en lo que va del año. Esto ha ayudado a mejorar los ingresos y los términos de intercambio de los países.

El pronóstico del FMI para Brasil está ligeramente por debajo de las expectativas del gobierno de Jair Bolsonaro, que espera un crecimiento de un 2%, aunque iguala las proyecciones que entregó el Banco Central de ese país en junio pasado, citando un primer trimestre más fuerte de lo esperado, incluido un impulso de las exportaciones y el consumo familiar.

Moody’s ya había anticipado en un informe que el aumento de los precios del petróleo, el cobre, el maíz y la soja apoyarán los ingresos de exportación de los productores regionales. La calificadora consideró que Brasil probablemente será el principal beneficiado de la región gracias a que su producción de petróleo y gas natural está aumentando de forma constante y debido a sus exportaciones de mineral de hierro, soja y maíz.

En el caso de México, de acuerdo con la encuesta de Expectativas de Citibanamex el pronóstico de crecimiento del PIB está en un rango de entre 1,2% y 2,4% en 2022. Los indicadores que hay disponibles en el país para el segundo trimestre del año, como la producción industrial y las ventas en tiendas de autoservicio, sugieren cierta mejoría de la actividad económica, según dijo José Carlos Sánchez, economista jefe de HSBC en México, a Bloomberg Línea.

Sin embargo, los nubarrones comenzarán a tomar forma de tormenta a partir de 2023, según el fondo, que espera que el crecimiento de América Latina y el Caribe se desacelere a un 2,0%, una caída de 0,5 pps. en comparación con los pronósticos de abril.

La desaceleración del crecimiento también tiene que ver con la política monetaria más restrictiva por parte de los bancos centrales para lidiar con los altos niveles de inflación, agregó el informe.

“El endurecimiento monetario sincronizado resultante en todos los países no tiene precedentes en la historia y se espera que sus efectos perduren, con una desaceleración del crecimiento mundial el próximo año y una desaceleración de la inflación”, dijo Pierre-Olivier Gourinchas, consejero económico y director de estudios del FMI.

Menor crecimiento mundial

Más allá de la región, el panorama que tiene la entidad a nivel global es cada vez más sombrío: la economía mundial, ya golpeada por el Covid-19, ahora se enfrenta a la desaceleración de Estados Unidos, China y Rusia y a una inflación que pasó de considerarse transitoria a convertirse en un riesgo persistente.

El organismo con sede en Washington espera que el crecimiento mundial se desacelere a un 3,2% en 2022, luego de crecer un 6,1% el año pasado, lo que representaría 0,4 pps. menos que lo que veía en el informe de abril.

La revisión a la baja está mayormente explicada por el desempeño que tendrán las grandes potencias del mundo. Estados Unidos crecerá un 2,3% este año y un 1,0% en 2023 como consecuencia de un menor nivel de consumo privado, ante la caída del poder adquisitivo de los hogares y el impacto del endurecimiento de la política monetaria de la Reserva Federal.

Incluso, el informe cita el modelo de previsión del Banco de la Reserva Federal de Atlanta, el cual sugiere que podría haber comenzado ya una recesión técnica en ese país (dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo).

El crecimiento de China también se revisó a la baja en 1,1 puntos porcentuales a 3,3% debido a los confinamientos por el Covid-19 que persisten en ese país, y a la profundización de la crisis inmobiliaria.

Ruidos de recesión

Junto al desempeño económico, los cálculos del organismo indican que la inflación global llegará a un 8,3% en 2022 (un 6,6% en las economías avanzadas y un 9,5% en los mercados emergentes). La política monetaria para enfrentar los altos precios terminará por pasarle factura al crecimiento mundial, lo que se verá reflejado en un alza de tan solo un 2,9% para 2023.

A pesar de que en las cuentas del escenario base del organismo no hay una reducción en el PIB global entre 2022 y 2023, algo que normalmente se asocia con una recesión mundial, el informe sí advirtió que la incertidumbre económica ha aumentado la posibilidad de que esta se presente. Incluso recordó que “la probabilidad de que se inicie una recesión en las economías del Grupo de los Siete es de casi el 15%”, lo que es cuatro veces mayor a su nivel habitual.

“El mundo pronto puede estar tambaleándose al borde de una recesión global, solo dos años después de la última. La cooperación multilateral será clave en muchas áreas, desde la transición climática y la preparación para una pandemia hasta la seguridad alimentaria y el sobreendeudamiento”, añadió Gourinchas.

Para la entidad multilateral, el riesgo de una recesión es especialmente alto en 2023, pues espera que “el crecimiento toque fondo”, caigan los ahorros de los hogares acumulados durante la pandemia e incluso se puedan presentar “pequeñas perturbaciones” que terminen por estancar a las economías.