Buenos Aires — La Argentina enfrenta hace semanas una crisis cambiaria y un escenario de fuerte incertidumbre en el mercado, que se agravó tras la renuncia de Martín Guzmán al Ministerio de Economía. Desde entonces, se mantiene una corrida que llevó a los dólares paralelos a niveles máximos, en un contexto de aceleración de la inflación. Para el ex presidente del Banco Central de la República Argentina (BCRA), Guido Sandleris, esa situación responde a “las consecuencias del desmanejo de la política económica que viene llevando adelante” el Gobierno, incluyendo haber tomado una deuda “equivalente a US$33.000 millones al año”.
Sandleris estuvo al frente de la autoridad monetaria entre 2018 y 2019, durante la presidencia de Mauricio Macri, cuestionada desde el oficialismo actual por haber tomado un préstamo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por más de US$57.000 millones, de los que se desembolsaron unos USD 44.000 millones.
En la primera mitad de este año, el Banco Central buscó seguir empujando el rebote económico y fue relativamente permisivo con las importaciones
Guido Sandleris
Previo a ello, fue secretario de Política Económica y jefe de asesores del Ministerio de Hacienda de la República Argentina y en 2016 se desempeñó como subsecretario de Finanzas de la provincia de Buenos Aires. “Esta crisis muestra que esa forma de pensar la política económica se agotó”, argumentó y pronosticó: “Si no registran que tienen que cambiar de rumbo en cuanto a la política económica, la situación se va a seguir agravando”.
Para el ex funcionario de la administración de Cambiemos, la inflación este año tendrá un piso del 80% en la proyección más optimista, por lo que remarcó: “Se tienen que hacer cargo de este desastre al que nos están llevando”. “El kirchnerismo en ningún momento pudo comportarse responsablemente para sostener o construir estos equilibrios macroeconómicos”, apuntó.
Bloomberg Línea: Atravesamos días en los que los dólares paralelos se mantienen con una fuerte tendencia al alza. ¿Cuál es tu análisis al respecto?
Guido Sandleris: Más allá de lo que se puede ver en un día puntual, lo que tenemos es las consecuencias del desmanejo de la política económica que viene llevando adelante este Gobierno. Si se tiene que poner fecha desencadenante a este proceso, diría que es el 8 de junio, hace un mes y medio casi. Ese día empezó una corrida en un mercado que no se lleva tanto las tapas de los diarios como el dólar, que es el mercado de bonos en pesos indexado por la inflación. Ese día se dio un evento en un contexto de cierta intranquilidad, que ya había entre inversores con lo que venía haciendo el Gobierno en términos de su política económica. En ese momento, una empresa estatal de energía decidió vender una cantidad relevante de bonos en pesos, unos 9 mil millones. Los tenía en un fondo del Banco Nación. Cuando esa noticia se ve en el mercado, los inversores empiezan a decir: ‘¿Qué pasa? ¿Qué saben que nosotros no?`. Eso generó una corrida contra los bonos CER, que eran los primeros instrumentos que utilizaba el Gobierno para financiarse. Días después, se produce una caída muy fuerte en los precios. Ese fue el inicio de la corrida que después contagió a los mercados cambiarios paralelos.
¿Y por qué se contagiaron los mercados cambiarios paralelos?
Básicamente, porque la respuesta del Gobierno a esta corrida tuvo dos componentes. Uno, cierto endurecimiento del cepo y, otro, establecer que el Banco Central iba a emitir los pesos necesarios para que, si hiciera falta, comprar los bonos en pesos que los inversores no querían. El BCRA empezó a intervenir, poniendo un piso.
¿Qué es lo que está detrás de todo esto?
Detrás de todo esto hay dos fenómenos: por un lado, una crisis política dentro del Frente de Todos, pero desde el punto de vista macro, lo que pasó es que sucedió algo este año atípico en la tradición de los gobiernos kirchneristas. Te diría que hasta este año, pandemia mediante, el Gobierno había seguido el manual básico de política económica kirchnerista: expandir el gasto público, financiar un poco de eso con más impuestos y lo que falta, con emisión o deuda en pesos. Ese es el esquema básico que implementaron. En el primer trimestre de 2020 el Gobierno ya había tenido un déficit fiscal más grande que todo 2019 de Macri. Así habían arrancado y la pandemia lo exacerbó. Llegamos al año electoral con el “plan platita” y, a principios de este año, cuando, debilitado por las elecciones del año pasado, el Gobierno decide prolongar ese “plan platita”. En años impares, “plan platita” a full, atraso de tarifas, cambiario, intentando generar un plan no sostenible y en los años pares, algo de correcciones de esos desequilibrios para dejar espacio para la próxima elección. Este año eso no ocurrió. Llegó el año par y el Gobierno, en lugar de corregir desbalances, los continúa acumulando. El “plan platita” se hizo eterno este año. Eso generó que, a pesar del acuerdo que hubo con el FMI, no se respetó demasiado y siguieron con ese proceso. Al mismo tiempo, en la primera mitad de este año, el Banco Central buscó seguir empujando el rebote económico y fue relativamente permisivo con las importaciones.
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¿Y eso implicó riesgos para el Gobierno?
Lo que sentía el Gobierno que tenía para mostrar era el rebote económico y, al hacerlo, tomó riesgos importantes, apostando a la resurrección. Eso que trataron de hacer implicó en la práctica que durante este año hubo mucha emisión de pesos y el BCRA no acumuló reservas en un período que es clave, que es el que va entre marzo y junio, con la liquidación de la cosecha, con precios récord, empujado por la guerra entre Rusia y Ucrania. La combinación de mucha deuda en pesos, la falta de acumulación de dólares, generó la incertidumbre que mencionaba al principio. La chispita que encendió la corrida fue la venta de bonos y esa corrida, de alguna manera, se lleva a Guzmán, que renuncia, dejando una economía con muchos desequilibrios y problemas.
¿Entonces, lo que vemos estos días se vincula con ese proceso?
Lo que estamos viendo es la continuación de ese proceso. Más allá del endurecimiento del cepo, de subir 10 puntos el impuesto que va a cuenta de Ganancias no ha dado señales claras ni tomado acciones concretas para corregir un poco los desequilibrios. Y a eso le sumamos las dudas de si el Frente de Todos va a poder consensuar dentro del Frente de Todos mismo un plan de acción que permita corregir los desequilibrios.
Actualmente hay una ausencia de referencia y la incertidumbre es total. ¿Hasta dónde puede subir el blue?
Esto es una corrida, estamos en una crisis, sin duda y una de las lecciones de las corridas cambiarias es que, son como una bola de nieve: si las parás pronto, es mucho más fácil que cuando van adquiriendo volumen. El Gobierno tiene muchos problemas para tomar decisiones y armar un plan de acción. Salen anuncios sin coordinación y hay incertidumbre respecto de si el anuncio va a ser implementado. Toda esa falta de liderazgo y gestión conspira. Cuanto más tiempo pasa, la situación se agrava. Otro lugar en el que lo siente la gente es en la inflación.
¿De cuánto es la proyección para este año?
Si uno es optimista, el piso es 80%, pero si de acá a fin de año la inflación va a un promedio de 6% mensual, vamos a terminar más cerca del 95% y todo hace prever que el dato de julio va a ser peor que el más alto que tuvimos este año. Los indicadores de alta frecuencia sugieren que el piso de julio va a ser del 7%. Estamos en un escenario de crisis. Pasamos a otro nivel. La inflación este año va a ser un poquito menos del doble que en 2021 y la gente lo siente en el bolsillo. Los precios son como semáforos de la economía. Señalan qué abunda y qué falta.
Hace solamente unos meses se esperaba que fuera de 60% en el mejor de los casos. Se van corriendo mucho las expectativas
Mi impresión es que el acuerdo con el FMI es criticable. Es un acuerdo que patea todos los problemas para adelante, pero además tenía una proyección ridícula de inflación. Veo esta dinámica con preocupación. Quiero enfatizar que hay gente que lo sufre. El “plan platita” genera transitoriamente cierto bienestar en algunos sectores, pero después viene esta consecuencia financiera, que es preocupante.
¿Ves cierta negación por parte del Gobierno respecto de la importancia de la suba del dólar blue? Insiste en que no se debe tener en cuenta porque es un mercado ilegal.
El dólar blue es informal, pero tenés dos formales, legales de dólares paralelos que son el MEP y el Contado con Liquidación. Todos los precios que ven en esos mercados revelan información. Lo que nos están diciendo es que la gente, desde un asalariado hasta una empresa, no está queriendo quedarse con los pesos. La situación es preocupante. El Gobierno con medidas aisladas no va a poder detener ese proceso. Tiene que armar un plan de acción muy rápido e implementarlo. Necesita, por un lado, dar cierta garantía de que el “plan platita” terminó. Necesita corregir los desequilibrios de estos dos años y medio. Si se mira la deuda, que el kirchnerismo tanto se quejó de la que tomó el Gobierno de Macri, está tomando deuda a una velocidad que es equivalente a US$33 millones al año. El Gobierno de Macri tomaba a un ritmo de US$12.000-13.000 millones al año. Ellos argumentaban que no importaba porque era en pesos. Yo decía siempre: “Cuidado porque importa, y es peligroso”. Llegó. Estamos viendo un poco ese momento.
Da la impresión de que el mercado le dio cierto margen en las primeras horas a Batakis y luego, cuando se vio que no había una medida muy contundente, se retomó la dinámica de corrida. ¿Cómo lo ves?
En general, a lo que uno tiene que acostumbrarse con las corridas es que no son procesos lineales. Evito personalizar los comentarios porque creo que esto es el resultado de una serie de políticas económicas que se venían implementando, que es el esquema básico del kirchenrismo. Las peleas entre Alberto y Cristina generan más ruido, pero no son la causa de este problema. Las causas son las políticas económicas. Las peleas son un síntoma de estos problemas económicos porque reflejan la crisis de un esquema, de una forma de pensar y hacer la política económica que es anacrónica, que no funciona, que fracasó. Entonces, esas peleas reflejan eso y lo agravan. Cuando uno piensa en el recambio de ministro, seguramente, la forma en que ocurrió agregó algo de ruido y la ministra Batakis, creo que parte de lo que sufre, es esta incertidumbre respecto de que no se anuncia un plan claro de acción de cómo va a corregir estos problemas. Segundo, aun si lo anunciara, ¿lo podrá implementar? Esas son las dudas que tenemos todos, que tienen los mercados y creo que es lo que está empujando esta corrida, lo cual no es un proceso lineal, lo repito.
El Gobierno hoy parece que no logra convencer a sus propios votantes, pero tampoco al mercado.
Creo que el problema que está teniendo es que la forma en la que tradicionalmente pensaba la política económica está chocando contra sus previsibles límites. Ya emitieron demasiados bonos en pesos y pesos, entonces, está llegando a su límite. Todas las decisiones son complejas. Esta crisis muestra que esa forma de pensar la política económica se agotó y lo que pasa es que en ese esquema, asume una nueva ministra y nos preguntamos de quién del Frente de Todos tiene apoyo y hay silencio. Estamos en un momento en el que la inflación se está acelerando mucho, con un 80% de piso, lo cual sería un logro. El Gobierno tiene un enorme déficit de credibilidad, además del déficit fiscal. Si no registran que tienen que cambiar de rumbo en cuanto a la política económica, la situación se va a seguir agravando. Y ahora todo lo que vemos son parches para aguantar un poco más.
En medio de la incertidumbre, se llegó a hablar de un desdoblamiento cambiario. ¿Cómo ves una posible implementación? ¿Es viable?
No creo que medidas aisladas resuelvan el problema. Son varios los desequilibrios. Soy muy escéptico de que haya una medida salvadora. Acá necesitás un plan que ataque los problemas en forma simultánea. Ese conjunto de medidas tiene que contar con el apoyo político del Frente de Todos. No puede desentenderse y actuar como si fueran oposición dentro del mismo Gobierno. Se tienen que hacer cargo de este desastre al que nos están llevando. El kirchnerismo en ningún momento pudo comportarse responsablemente para sostener o construir estos equilibrios macroeconómicos. Aquel que hace las reformas son costosas porque gastar más te hace popular hasta que llega la inflación. Discutir si ese gasto financiado con emisión genera o no inflación es ridículo. El mundo va a estar mandando cohetes a Marte y en Argentina vamos a seguir discutiendo si la emisión genera inflación
Cuando asumió el Gobierno de Cambiemos, apuntaba a la administración de Cristina Kirchner por el que aseguran que se tuvo que pedir el préstamo al FMI. Ahora, Alberto Fernández se queja de que tuvo que empezar a pagarle al Fondo y cuestiona a la gestión anterior. ¿Es cómo un círculo en el que un Gobierno responsabiliza al otro?
Hay un rol importante de economistas, analistas y periodistas en explicar esto. No es todo lo mismo. No es lo mismo el que viene cuando hay un pequeño incendio y le tira gasolina, que el que trata de apagarlo. No es lo mismo un Gobierno que trata de bajar el déficit y paga un costo político, que el Gobierno que lo hace crecer. El Gobierno de Alberto Fernández recibió una economía, que es cierto que no había mostrado en términos de crecimiento y baja de la inflación los resultados que hubiéramos querido, pero que había básicamente cerrado buena parte de los desequilibrios. No alcanzó, no llegó el momento de ver los frutos de esas políticas, pero el déficit fiscal había desaparecido, la cantidad de pesos que había en la economía no estaba desproporcionada a lo que la gente quería tener en el bolsillo. Esa situación que recibió Alberto Fernández en poco más de dos años, con pandemia de por medio y una cuarentena que agravó todo, generó un descalabro total. Hay gente que trató de resolver los problemas y gente que lo agravó. Yo lo veo muy claro. Si mirás los números, respaldan eso.