Caracas — De las proyecciones de crecimiento para Venezuela en 2022, el país ha venido registrando modestas cifras, cuyo balance anualizado de la actividad económica se ubicó en 12,3% durante el primer semestre, de acuerdo al Observatorio Venezolano de Finanzas, una institución privada vinculada a la oposición.
Desde el Banco Central de Venezuela, aunque no se han mostrado indicadores relacionados con el crecimiento en el país, Delcy Rodríguez, vicepresidenta de la administración de Nicolás Maduro, reportaba un aumento de 86% en el comercio nacional a principios de mayo, e ingresos de hasta 147 millones de dólares en exportaciones durante los primeros tres meses.
A la recuperación de la industria petrolera, a la que ha sido atribuida en gran medida el leve crecimiento de la economía venezolana luego de una intensa caída de su Producto Interno Bruto de más del 80%, se le suma el alivio de algunas sanciones económicas de Estados Unidos, que incluye la autorización de exportación de crudo venezolano a Europa en medio de la guerra en Ucrania, impulsada por Rusia.
El ascenso de la producción petrolera fue de 36,3%, con una estabilización de los barriles producidos en el orden de los 700.000 diarios, según el OVF, con base en los datos proporcionados por la Organización de Países Exportadores de Petróleo y otras fuentes secundarias.
Además del alza petrolera, el OVF hizo referencia al mayor gasto del gobierno y al cierre del ciclo hiperinflacionario, lo que apuntó a un incremento de 16,6% en el segundo trimestre de 2022. “Se trata de un crecimiento modesto si se toma en consideración las grandes declinaciones de la producción de bienes y servicios ocurrida en 2019 y 2020″, se lee en el documento compartido en su portal oficial.
La cartera de crédito, que también ha sido estudiada por la institución privada, registró igualmente un repunte, calculado en 21% básicamente al consumo, luego de significativas caídas en la variable y la ampliación de las erogaciones por parte del Estado, en gasto corriente.
Asdrúbal Oliveros, director de Ecoanalítica, señaló recientemente en el foro Prospectivas 2022 de la Universidad Católica Andrés Bello que el gasto público representó el 14% del PIB, mientras que casi el 30% de la economía nacional podía dividirse en lo obtenido por actividades ilícitas con el 21% y las remesas con el 6%.
Para Oliveros, que considera que la producción petrolera se mantendrá durante el resto del año, alcanzando los 756,7 mil barriles diarios para el cierre de 2022 a un precio de 78,7 dólares por barril, sostuvo también que los ingresos fiscales petroleros representan 2% del PIB y los no petroleros el 5%.
“El PIB anual pasará de 0,9% en 2021 a 9,7% este año; el PIB petrolero de 2,8% a 8,7%; mientras que el PIB no petrolero subiría de 0,5% a 9,8%”, agregó el economista durante la conferencia celebrada la semana pasada, en la que también se abordó la desigualdad en la mejora económica nacional, con la mitad de la población con solo dos comidas al día.
El resto de las proyecciones
Luego de que la economía venezolana se recuperara en 6,8% en 2021, y el OVF registrara un aumento de 7,8% durante el primer trimestre de 2022 en la actividad económica, diversos organismos e instituciones internacionales ofrecieron sus pronósticos con un promedio entre 1,5%, por parte del Fondo Monetario Internacional y hasta un 20%, fijado por el Credit Suisse.
Incluso, la entidad suiza aumentó su nivel de convicción con respecto a lo que significaba la segunda estimación de 20%, luego de un aumento radical de 4,5%, tomando en consideración la información recibida sobre producción petrolera venezolana e ingresos fiscales.
En el caso de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, cuya proyección fue de 5%, un dato mayor al resto de los países en América del Sur, su director de la División de Desarrollo Económico, aseguró en entrevista a Bloomberg Línea que se trataba de una estimación para el primer semestre mientras que para el segundo tiempo del 2022, se experimentaría una desaceleración de la actividad económica no petrolera y una mayor estabilidad en la dinámica de los precios del crudo.
Asimismo, retrataba que la principal limitación en el crecimiento también iba de la mano con el déficit energético, y la capacidad del Estado para resolver los tradicionales problemas en la producción y exportación de crudo.
