Bogotá — Las secuelas sociales y económicas ocasionadas por la Covid-19, dejaron como resultado problemas tan diversos y graves como la crisis logística, la escasez de materias primas, y la falta de energía, alimentos y semiconductores.
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Lo anterior, sumado a la guerra de Rusia y Ucrania, ha ocasionado una inflación mayor al 9% en Estados Unidos, una de las economías más estables en el mundo.
Siendo esté el pico más alto que ha tocado este país en los últimos 40 años y que de alguna u otra forma impactará en los distintos mercados de América Latina.
Estos hechos afectan especialmente a las empresas y startups de la región, las cuales dependen de que haya una estabilidad en los mercados para poder vender y mantener su estabilidad económica.
Mientras, la caída en los índices bursátiles más importantes como el Dow Jones, el S&P 500 y el Nasdaq, o los impactos que han tenido fondos de la talla de Softbank y Tiger Global Management, desaceleraron las inversiones extranjeras y generaron que el levantamiento de inversión sea más difícil y costoso.
Por esa razón, las fintech ganan cada vez más terreno en la actualidad, ya que tienen soluciones empresariales diversificadas en deuda y liquidez, a las cuales pueden acudir los empresarios sin importar su tamaño y necesidad.
Incluso, según la última estimación del Cambridge Centre for Alternative Finance (CCAF), el volumen total de dinero generado por plataformas de finanzas alternativas fue de US$113 mil millones a nivel mundial.
Este volumen se estimó a partir de los recursos obtenidos por plataformas digitales de servicios financieros que fueron entregados a individuos, negocios y otras organizaciones de recaudación de fondos.
Para el economista Pablo Santos, quien es fundador de Finaktiva, las empresas deberán ser eficientes con el uso del capital que tienen, estratégicas en el mercado y tendrán que encontrar nuevos métodos de financiación.
“Por lo tanto, los emprendedores deberán dejar de lado, por lo menos este año, ese deseo de obtener capital por medio del equity, y ver a la deuda como una solución financiera frente el panorama actual para tener una mayor liquidez y dar respuestas a sus obligaciones. Allí, las fintech serán uno de los mejores mecanismos para diversificar la liquidez que requieren porque son más rápidas, ágiles y facilitan las necesidades de las empresas vs. las de la banca tradicional”, agregó Santos.
Y es que el ecosistema de fintechs latinoamericanas es uno de los más relevantes en el mundo, ya que representa la cuarta parte de las organizaciones de este tipo que existen actualmente. Esto, teniendo en cuenta que, en menos de cuatro años, estás compañías crecieron un 112%, luego de pasar de ser tan solo 297 en el 2018 a cerrar el 2021 con 2.482, según el último reporte publicado por el Banco Interamericano de Desarrollo, BID Invest y Finnovista.
Pablo Santos explica que si bien estás cifras son alentadoras, es momento en el que se va a frenar también el desarrollo y creación de startups de este tipo, para una etapa de consolidación del mercado, en el que deberán dar mayores ofertas de valor y, mostrar que en verdad son una solución para las personas y empresas en estos momentos.
Además, rescató el trabajo que vienen desarrollando fintechs como Jeeves, Tribal o Clara, ofreciendo tarjetas de crédito corporativas para compañías y Pymes; o de startups mexicanas como Konfío que se han especializado en sus mercados en otorgar préstamos a Pequeñas y medianas empresas con un periodo corto de aprobación.
“A esto, es fundamental resaltar que las líneas de financiación que manejamos desde Finaktiva como Crédito Mujeres, empresarial + SUAM o Pyme a la medida, serán necesarias en estos tiempos para aquellas empresas que están en etapa de crecimiento y requieren de liquidez constante, mientras que el factoring y confirming, beneficiarán a las medianas y grandes compañías”, añadió el CEO de esta fintech.
En medio de esta situación, hay que resaltar que el aumento en las tasas de interés por parte de los bancos centrales también significará un menor crecimiento en el otorgamiento de créditos y una calidad más débil por parte de estas entidades financieras, durante este año. A su vez, esto determinará una mayor presión para las fintechs que deberán ser más competitivas y mejores oferentes ante las necesidades que se presentan en la actualidad.