¿Un dólar caro es bueno o malo para un país dolarizado como el Ecuador?

Tener el dólar como moneda oficial tal vez es el deseo de varios países, pero también tiene algunas desventajas que le contamos en esta nota

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QUITO — Un dólar caro ha hecho que casi todas monedas regionales se deprecien. Pero en Ecuador no, pues desde el año 2000 el dólar es la moneda oficial y, aunque este podría ser aparentemente un escenario deseable, la verdad es que tener una economía dolarizada también tiene sus desventajas. En esta nota le contamos mejor.

LO POSITIVO

Lo bueno de que Ecuador tenga la única economía dolarizada de Sudamérica es que las importaciones se abaratan. Es decir, para el ecuatoriano es más conveniente comprar afuera, especialmente en países con monedas más depreciadas como el peso colombiano o el sol peruano, que son las naciones más cercanas.

Así lo explica la docente de la Universidad de Las Américas UDLA Susana Herrero, para quien la mayor ventaja de contar con una moneda fuerte es, precisamente, comprar afuera bienes y servicios a menor costo. Y este beneficio se aplica tanto al sector productivo como al consumidor común.

En el caso de los ciudadanos, estos están aprovechando la depreciación de otras monedas en la actual época de vacaciones para visitar lugares que les favorecen económicamente, como Colombia, Argentina y Perú. Aunque los costos de los tiquetes aéreos se mantienen en niveles elevados, en destino todo es mucho más barato para el ecuatoriano viajero, como lo contamos hace un tiempo en esta nota: Ventajas del dólar para el ecuatoriano: turistear gastando menos.

Incluso se han reactivado los viajes a la frontera con Colombia que se volvieron una tendencia hace varios años. Los ecuatorianos llegan a ciudades como Ipiales o Pasto y aprovechan para hacer compras de supermercado, ropa, juguetes, etc.

Por el lado de las empresas, en cambio, la ventaja estaría en adquirir maquinaria y bienes industriales que no se producen en Ecuador para mejorar los procesos productivos casa adentro.

HORA DE POTENCIAR LA INDUSTRIA

Herrero considera que si algo tiene que aprovechar el país en estos momentos es apurar y mejorar su industrialización, pues “esta es una oportunidad para comprar bienes para la industria, tecnología, etc… todo lo que estamos ‘obligados’ a comprar afuera nos va a salir más barato”.

Entonces, lo ideal sería en este momento trabajar con los empresarios, pequeños y grandes, para analizar qué bienes y servicios necesitarían importar, sobre todo en términos de maquinarias. “Esta puede ser la excusa para cambiar la matriz productiva”, apunta la experta en Economía Aplicada.

LO NEGATIVO

Definitivamente, lo peor de tener un dólar por arriba es que las exportaciones nacionales se encarecen y el Ecuador se vuelve menos competitivo con relación a sus pares. Y ya lo han advertido los empresarios, exportadores y analistas que se muestran preocupados ante la posibilidad de perder sus nichos, es decir, de que sus compradores prefieran productos más baratos de países vecinos que son bastante similares, pues cabe recordar, además, que alrededor de 75% de la oferta exportadora del país es primaria (camarón, banano, café y flores).

HORA DE DIFERENCIAR LAS EXPORTACIONES

¿Qué debería hacer el Ecuador ante este escenario? Herrero insiste en ver la crisis como una oportunidad y trabajar en este preciso momento en aumentar el valor agregado a los productos, es decir, que los productos nacionales sean escogidos por su calidad y no por su precio.

Esto porque el principal problema del país es que su producción es bastante similar que la del resto de países de la región y existen muy pocos bienes que sean exclusivamente ecuatorianos o únicamente ecuatorianos. “En los últimos 10 años hemos empezado industrializar un poco nuestra materia prima y aunque ahora empiezan a estar un poco más transformados, hay que pensar en dar un salto más allá”, puntualiza la experta.

Se debería, entonces, mejorar “la inversión y comunicación sobre nuestro comercio, sobre los bienes y servicios que estamos ofreciendo”, pues “probablemente hay pocos momentos tan buenos en la historia comercial reciente del Ecuador para poder hacerlo”.

Para la docente, esta es la oportunidad de apuntalar la diferenciación de los productos ecuatorianos y “diferenciar nuestra flor, nuestro banano, nuestro chocolate… empezar a crear esa marca que sea única y lograr ese ese sueño de que no haya flor que pueda competir con la flor ecuatoriana, porque el nombre de flor ecuatoriana significa otra cosa”.

A decir de Herrero, “pocas ventajas comerciales han tenido los países que no hayan sido resultado de una crisis o de un problema, porque te obliga a ponerte pilas”.

LAS OPORTUNIDADES

Como se ha explicado previamente, a pesar de que los retos son múltiples, considerando además la presión inflacionaria existente, el Ecuador puede poner a su favor la apreciación de su moneda. Pero no se trata de un trabajo únicamente de la empresa, sino de una política pública que debe ser encaminada desde el Gobierno.

Pues aunque “no somos el país más barato del mundo para producir, tampoco tenemos que perseguirlo, es decir, no es buscar ser lo más barato sino buscar cómo nos diferenciamos y empezar nosotros a generar nuestra estrategia comercial”.

Lo que quiere decir Herrero es que lo que le ha servido a los países vecinos o de otros continentes puede que no sea aplicable al Ecuador ya que esas estrategias han respondido a un contexto y realidad específicos. “Lo que necesitamos son políticas comerciales dirigidas a diferenciar nuestros bienes y servicios y si por precios no vamos a poder competir, tenemos que diferenciarnos o empezar a abrir los nuevos mercados”, anota.

Esto considerando sobre todo que el encarecimiento del dólar no será algo de corto plazo, pues los mercados muestran que la tendencia se mantendrá y al momento el dólar se ha convertido en una “moneda refugio”. Los grandes capitales están refugiándose en el dólar ante la depreciación de monedas regionales y de otras mundiales como el euro. Ante esta realidad, el Ecuador tiene un reto enorme que debe ser ineludiblemente enfrentado.